"Pensé que era una idea horrible": James Cameron cree que la tragedia del Titan podría haberse evitado

"Es desgarrador que fuera tan evitable", asegura el cineasta tras lo ocurrido con el sumergible.
James Cameron rodando 'Avatar'
James Cameron rodando 'Avatar'
James Cameron rodando 'Avatar'

Las circunstancias han conducido a que James Cameron, en tanto a estudioso de las profundidades y director de la película Titanic, salte a primera línea de actualidad. El sumergible Titan, fletado por OceanGate, implosionó mientras descendía a las profundidades para explorar el mismo translántico naufragado al que Cameron le dedicó su famosa película. Provocó la muerte de Stockton Rush, fundador de OceanGate, y otros cuatro ocupantes, y hasta que se supo pasaron varias horas de incertidumbre por el destino de la tripulación.

Una incertidumbre de la que Cameron, al parecer, no fue partícipe. Durante una entrevista en la CNN el director de Avatar: El sentido del agua se ha mostrado muy crítico con las “falsas esperanzas” que se le dieron a las familias en cuanto a las posibilidades de que los tripulantes del Titan pudieran sobrevivir. Se les sometió a “una farsa prolongada y pesadillesca, con la gente hablando de ruidos de golpes, oxígeno y todo eso”, asegura Cameron. “Yo sabía perfectamente que era fútil. Esperaba estar equivocado pero sabía que no lo estaba. Y me siento fatal por las familias que han tenido que pasar por todas estas falsas esperanzas”.

Más allá de su relación con el Titanic, Cameron conoce de primera mano este tipo de expediciones. Tiene una participación en Triton Submarines, que fabrica sumergibles para investigación y submarinismo, y él mismo descendió al temible Abismo del Challenger. Cuando supo de las intenciones de OceanGate pensó que era “una idea horrible”. “Ojalá hubiera dicho algo, pero asumí que habría alguien más listo que yo”.

Lo cierto es que había indicios de que podía ocurrir. En 2018 varios expertos avisaron que se necesitaban más pruebas, pero Rush quiso seguir adelante sin otras certificaciones de seguridad. Rush presumía de que solo rompiendo las normas se podían hacer avances significativos, algo que Cameron entiende hasta cierto punto: “No puedes tomar esta postura cuando tienes invitados inocentes que confían en ti”, afirma sobre los otros ocupantes, que pagaron 250.000 dólares por su billete.

En conclusión, Cameron opina que lo ocurrido con el Titan tiene reminiscencias con la propia tragedia del Titanic, espoleada por los mismos errores. “No recordamos las lecciones del Titanic”, asegura. “La arrogancia y soberbia que condenaron a ese barco son las mismas que llevaron a los ocupantes del Titan a su destino. Y rompe el corazón, es desgarrador que fuera tan evitable”.

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