‘The Batman’: Zoë Kravitz bebió leche como un gato para preparar su papel de Catwoman

La actuación del método exige sacrificios imprevisibles.
Zoë Kravitz en 'The Batman'
Zoë Kravitz en 'The Batman'
Warner Bros.
Zoë Kravitz en 'The Batman'

A medida que pasa el tiempo queda claro que el llamado “método”, modificar el comportamiento en el set bajo el pretexto de vivir el personaje y actuar mejor, solo es una excusa para comportarse despóticamente con los compañeros de trabajo. Eso en el mejor de los casos: en el peor tenemos anécdotas bastante intolerables que tienen que ver con Jared Leto en buena parte (a cuenta de los bromazos que le gastó como Joker al reparto de Escuadrón suicida) y luego hay una categoría propia de conductas hilarantes. En esta entra por méritos propios Jeremy Strong protagonizando Succession sin saber que es una comedia, y ahora Zoë Kravitz llevando muy lejos su papel en The Batman.

En la nueva película del murciélago de Gotham que dirige Matt Reeves, Kravitz comparte cartel con Robert Pattinson como Bruce Wayne, mientras ella encarna a un personaje de nutrida herencia audiovisual como Catwoman. Antes que ella han venido Michelle Pfeiffer o Anne Hathaway, y para distinguirse de sus sucesoras Kravitz se sometió a un riguroso proceso para meterse en la mente de una mujer felina. Si bien, según el tono de la entrevista que mantuvo con Jimmy Kimmel en The Tonight Show, es posible que todo sea una exageración. Una a la que animó el mismo presentador, preguntándole si Kravitz llegó a “beber leche de un tazón” para entender la actitud de la antiheroína.

La respuesta de Kravitz: “Quizá… ¡soy del método, tío!”. Kravitz dejaba caer que había bebido leche como si fuera una gata de verdad para encarnar a Selina Kyle, y aunque las risas que sucedieron atinaba a quitarle solemnidad al momento, sí se apresuró a revelar que la preparación para el rodaje fue dura, y que en efecto tuvo que conocer mejor el comportamiento de los gatos. “Vi un montón de vídeos de gatos, de felinos, peleándose”, explica Kravitz, que hace unas semanas también estrenaba Kimi, de Steven Soderbergh. “Y lo que me interesaba mucho es el hecho de que no puedes leer su cara en absoluto, lo que creo que hace que la gente les tenga miedo. No puedes saber lo que van a hacer”.

Los gatos tienen un rostro a priori bastante inescrutable, lo que según la actriz contribuye a que sean bastante intimidantes. Suponían un buen referente para interiorizar a Catwoman, aunque los responsables de la película querían que fuera aún más lejos en su documentación. “Fue lo más difícil de controlar de todo el rodaje. Las acrobacias locas eran fáciles, pero conseguir que un gato se quedara en un sitio era imposible”, prosigue. "Intentaron que conociera a los gatos de Selina y es curioso porque decían ‘entrenamiento a la 1:30, luego ensayo a esa hora, y luego hora del gato’. Yo preguntaba ‘¿qué es la hora del gato?’”.

“Y simplemente tenía que meterme en una habitación con un montón de gatos, con los que iban a ser mis gatos. Pero no les importaba. Yo me sentaba ahí y ellos se alejaban sin hacer nada”. No hay quien controle a los gatos, y sin duda esa es la mejor enseñanza posible de cara a interpretar a Selina Kyle. 

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