Mira Sorvino ha confesado que su carrera se fue al traste, tras ganar el Oscar a la Mejor actriz de reparto en 1996 por Poderosa Afrodita, debido al boicot que Harvey Weinstein ejerció sobre su trabajo. Las denuncias contra el productor de Hollywood y depredador sexual fueron el eje sobre el que se concibió el movimiento #MeToo, que destapó a todos aquellos que utilizaron su posición de poder para abusar, agredir y acosar a las profesionales del sector.
Han pasado siete años desde que la historia saliera a la luz y, sin embargo, pocas cosas han cambiado en la industria cinematográfica. Así, a raíz de los nuevos comentarios de Sorvino, la actriz Susan Sarandon ha querido señalar que, pese a los avances, aquellos que apoyaron al magnate hollywoodiense aún continúan en sus puestos.
"No creo que hayamos hecho la limpieza posterior que deberíamos haber hecho", ha confesado Susan Sarandon. "No creo que la gente hable lo suficiente sobre las personas que ayudaron a los Harvey Weinsteins del mundo, que todavía están trabajando y que son igual de responsables".
La actriz norteamericana se refería a los que "sabían cuándo se enviaba gente a un hotel, aquellos que no prestaban atención cuando alguien se quejaba y reflexionaban sobre cómo la sexualidad femenina seguía siendo un pilar de este negocio", según lo que ella ha presenciado desde que comenzó su carrera en los 70.
Los casos de abuso continúan en el cine
"Es muy confuso ser una chica joven y saber que están comprobando tu viabilidad según lo sexy que eres", añade Sarandon sobre las jóvenes que se sintieron indefensas ante los casos de abusos que, por desgracia, aún continúan proliferando.
En España, sin ir más lejos, el caso de Carlos Vermut y las numerosas acusaciones de violencia sexual contra el director han vislumbrado la necesidad de tener un mayor control, así como también ha ocurrido estos meses en Francia con las denuncias contra Gerard Depardieu, Jacques Doillon y Benoît Jacquot.
Sarandon demuestra una vez más su compromiso con las causas sociales, aunque le cueste algún que otro quebradero de cabeza. Recientemente, la actriz estadounidense era una de las pocas, junto a otros intérpretes como Melissa Barrera o Mark Ruffalo, que denunciaba el genocidio que se está produciendo en Gaza, provocando que su agencia la despidiera. Esto no impedía que la norteamericana siguiera manifestado su desagrado hacia el gobierno de Israel, con un discurso en Nueva York que emocionaba a las redes sociales.
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