Sundance 2023 | Michael J. Fox cuenta su historia en un emotivo y excelente documental: "El temblor era un mensaje del futuro"

El actor cuenta su historia en primera persona en el documental ‘STILL: A Michael J. Fox Movie’.
Michael J. Fox
Michael J. Fox
Courtesy of Apple
Michael J. Fox

Florida, 1990, Michael J. Fox se despierta en una suite de hotel. Aturdido, con el sol en la cara y una polilla revoloteando, se cubre la cara con su mano y ve cómo su meñique se mueve sin control. “No era mi dedo, era el dedo de otra persona”, recuerda con su voz actual, temblorosa, en off. En 1990, Michael J. Fox aún era el rey de Hollywood, el rey del mundo. Llevaba cinco años en la cumbre, desde el estreno de Regreso al futuro y con la sitcom Enredos de familia recién terminada tras siete exitosas temporadas. Estaba en lo más alto y estaba a punto de empezar a caer sin posible solución.

Así arranca el emotivo y excelente documental STILL: A Michael J. Fox Movie (que estrenará Apple TV +), la vida del actor que en aquella mañana de 1990 antes de cumplir 30 años tuvo los primeros síntomas de la enfermedad de Parkinson. “El temblor era un mensaje del futuro”, dice con un guiño a su saga más famosa. 

Y saltamos a verle hoy en día, con sus 61 años, más bajito aún de lo que siempre fue, saliendo a caminar en su calle de Nueva York, acompañado de su terapeuta. Paso a paso, más despacio, le dice todo el rato, en seguida se cae. Además de los temblores y las parálisis, las caídas son uno de los síntomas desafortunados de esta enfermedad sobre la que se pierde el control del cuerpo. Las entrevistas fueron hechas en diferentes momentos, de hecho, porque a lo largo del rodaje el actor tuvo dos serias caídas, en una se rompió la mejilla y los huesos alrededor del ojo; en otra la mano y el brazo.

Pasado y presente se van mezclando en una película que juega con un montaje muy ágil mezclando escenas de sus películas, imágenes de archivo (making of, entrevistas, vídeos caeros) y entrevistas a cámara en la actualidad o momentos de su vida hoy, sus terapias, sus médicos. El documental se llama STILL, en inglés quiere decir “quieto, inmóvil, tranquilo”. Un adjetivo que, según cuenta el propio Fox, nunca le representó.

Michael J. Fox a la carrera

Michael J. Fox recuerda cómo de pequeño corría y corría, se escapaba de casa para comprarse caramelos antes de poder casi ni hablar. Corría en el colegio y el instituto porque al ser tan bajito era su mejor salida a los acosos de otros compañeros. También su sentido del humor le salvaba. Con ese gracejo por delante entró en el Club de drama y por su aspecto siempre más joven de lo que era empezó a conseguir sus primeros papeles. “Yo tenía 16, buscaban a un niño de 12” y lo logró. Ese fue su primer papel. Y con esa cara de eterno adolescente se marchó a Hollywood.

Tracy Polla, Michael J. Fox y Davis Guggenheim.
Tracy Polla, Michael J. Fox y Davis Guggenheim.
Cinemanía | Cinemania

Entre los castings importantes que casi superó estuvo el de Gente corriente, “pero Robert Redford estuvo pasándose el hilo dental”, recuerda con sorna. En los primeros tres años, iba consiguiendo papelitos pero nada que le permitiera subsistir. Sobrevivió a base de comida basura, en un cuchitril en el que lavaba los platos en la ducha y sin muebles porque tuvo que venderlos. Su última oportunidad antes de volverse a Canadá era el casting de Enredos de familia. Papel que consiguió aunque solo gracias al apoyo del público en la grabación del piloto. La cadena no le quería y él acabó siendo, inesperadamente, la estrella del show.

En la serie enamoró a Spielberg, quien le quería para Regreso al futuro, pero la cadena se negó y ni se lo contó a Fox hasta que Steven les rogó después de que el anterior actor, Eric Stoltz, fuera un desastre. “Costaba una pasta pero iban a volver a rodar todo conmigo”, cuenta. Y también relata los tres meses y medio que pasó simultaneando los dos rodajes, durmiendo solo dos o tres horas al día. Siempre corriendo.

Escondiendo la enfermedad

Correr, siempre correr. Esa era la vida de Michael J. Fox. Nunca quieto. Y tampoco en pantalla, donde tiene una buena lista de carreras. Corrió también para ser una estrella de la noche a la mañana. Y corrió para esconder su enfermedad: tomando pastillas, con pequeños trucos manuales… La ansiedad y el miedo le condujeron a la bebida, a alejarse de su familia. Hasta que no pudo más. Siete años después del diagnóstico, cuando de nuevo triunfaba en TV con Spin City, contó la verdad y empezó a desaparecer de pantalla poco a poco.

Hoy, en retrospectiva, casi parece agradecido de alguna forma. Paradójicamente, la enfermedad que le hace estar en constante movimiento (y constante dolor, dice en un momento solo preguntado por el director) le hizo detenerse y disfrutar del momento, de la familia que tiene con la actriz Tracy Pollan, a la que conoció en Enredos de familia. “La fama era una mentira, una falsedad. La enfermedad es una mierda, pero es real”, dice. 

Y aun así, sigue corriendo, sigue luchando, con su Fundación, con su trabajo personal. Sus médicos, terapeutas, familia le recuerdan que debe andar más despacio, pero él sigue acelerando. Incluso hoy le puede la responsabilidad de hacer que otros se lo pasen bien, se sientan mejor. La razón por la que ama la profesión de actor desde que oyó reír a aquel primer público en Enredos de familia. Él corre, pero se detiene: “Está bien no ser Michael J. Fox a veces”.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento