[Sundance 2022] La estremecedora historia de Evan Rachel Wood y los abusos de Marilyn Manson, al descubierto en 'Phoenix Rising'

La actriz de ‘Westworld’ revela en este documental los abusos de Marilyn Manson y su lucha por ayudar a otra supervivientes de violencia doméstica.
Evan Rachel Wood
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Cinemania
Evan Rachel Wood

“Las siguientes imágenes describe y representa violencia doméstica y abuso sexual. Se aconseja la discreción del espectador”. Así arranca el documental Phoenix Rising, una película dividida en dos capítulos (solo el primero se vio en el Festival de Sundance, los dos juntos se estrenarán en HBO Max este año), en la que la actriz Evan Rachel Wood se ha decidido a contar toda su historia como víctima y superviviente de su relación con el cantante Marilyn Manson entre 2006 y 2011.

La actriz de Westworld se presenta ante la cámara, sin maquillaje, al natural, aún temblando a veces al recordar, se le saltan las lágrimas incontrolables cuando empieza a enseñar fotos de ella misma antes de conocer a Manson. “Es difícil mirar fotos de mí antes de que hubiera pasado nada”, dice. Y el cariño y la pena se mezclan mientras muestra fotos con su primer novio, Jamie Bell.

Rachel Wood hacía años que hablaba de haber sido víctima de abusos, pero fue en febrero de 2021 cuando se decidió a dar el nombre de Manson. La atención mediática, la cantidad de amenazas y mensajes de otras víctimas del cantante que recibió le animó a poner en marcha este documental. 

“Fui a Amy (Berg, la directora) desesperada por ser escuchada y para contar esta historia, para que la gente por fin preste atención a lo que contamos y cómo de serio es”, explicó después del pase oficial en el Festival. “Mi historia no es única, solo lo es porque ha estado bajo el foco, y ha recibido mucha atención virtual, pero todo lo demás es muy común”.

Evan Rachel Wood en Sundance.
Evan Rachel Wood en Sundance.
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En el primer capítulo, la mayor revelación, en la que se han centrado todos los titulares estos días, es que Evan Rachel Wood cuenta que Manson la violó por primera vez delante de la cámara, cuando rodaban el videoclip Heart-Shaped Glasess. Su testimonio, cruzado con las imágenes del vídeo, es estremecedor. Ellos ya eran pareja, pero aún estaban en una fase reciente. 

Todo el entorno de la actriz le dijo que no lo rodara, por lo explícito y violento que era sobre el papel. Pero ella, que solo tenía 19 años, enamorada y enganchada a este icono del rock que la hacía sentir especial, decidió seguir adelante. Habían hablado de una escena de sexo ficticia, cuando empezaron a rodar, Manson la penetró. Ella no pudo hacer nada, no supo qué hacer. Nadie en ese rodaje hizo nada. Como tampoco nadie la ayudó en la gira cuando él se ponía violento.

La denuncia de ese silencio cómplice del maltrato está presente en la película. Así como la responsabilidad que debe asumir la industria que permite y hasta alienta ciertos tipos de comportamientos e imágenes tóxicas. Como la que crearon alrededor de ella, cuando no tenía ni 15 años. A partir del estreno de Thirteen (2002), Hollywood y los medios empezaron a retratar a Evan Rachel Wood como una “adolescente problemática”, confundiendo personaje y realidad. “De ahí enseguida me pasaron a la Lolita”, dice ella. 

Cuando aún era una adolescente, que además había estudiado siempre en casa, "casi reprimida", dice, había crecido en una familia con “amenaza de violencia constante”, hasta que sus padres se separaron y ella se marchó a Los Ángeles, dejando a su hermano atrás, dieron una imagen con la que ella no se sentía representada. 

Ojalá la atención sobre el documental no se centre en esa revelación sobre el videoclip. Hay mucho más en el testimonio de Evan Rachel Wood. Mucho más dolor. Y, sobre todo, mucha más lucha. La actriz ha fundado junto a su amiga (y también víctima de Manson), Ilma Gore, la Phoenix Act Coalition, no solo para dar visibilidad a la violencia doméstica y protección a las víctimas, sino para conseguir cambios en las leyes. 

En esa lucha consiguieron ampliar el estatuto de limitaciones en California que hacía que un delito de abuso sexual prescribiera entre uno y tres años de haber sucedido. Aunque ellas reclamaban ampliarlo a 10 años, lo dejaron entre tres y cinco años.

Rachel Wood y Gore están ahora recogiendo información de todas las víctimas de Manson que las han contactado, organizando pruebas propias y de otras para continuar en su lucha. Una lucha en la que espera que esta película le ayuda. “Es el momento de contar la verdad. De contar mi versión. No puedo dejar que la cuenten por mí y la gente creerá lo que quiera creer. No es mi trabajo convencerles. No miento. Mi trabajo es contar la verdad y es lo que he hecho. Es todo lo que puedo hacer”.

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