En 1962, la vida de Marilyn Monroe se hacía añicos. Llevaba sin trabajar un año y estaba delgadísima tras perder más de diez kilos, en teoría, por una operación de vesícula biliar, aunque ya era vox populi que había algo más. Unas circunstancias personales que no impidieron que el gran George Cukor la contratara para rodar Something’s Got To Give, un remake de Mi mujer favorita (Garson Kanin, 1940), junto a Dean Martin y Cyd Charisse.
Monroe no llegó al primer día del rodaje. Ni tampoco el segundo. Ni el tercero. Aducía problemas físicos. Cuando llegaba, tenía problemas para memorizar sus frases. Marilyn respondió a la confianza de Cukor haciendo lo que nunca nadie había hecho antes en el Hollywood sonoro: permitir que el director la filmara en topless, con solo la parte de abajo del bikini, bañándose en una piscina, para convertir el filme en un evento planetario. Un acontecimiento que nunca llegó. Su trágica muerte, antes de acabar la película y tras ser despedida por Fox, ha rodeado a Something’s Got To Give de un halo casi místico.
Con el material filmado, Fox acabó por hacer un montaje de casi 40 minutos –escena de la piscina incluida–, que es lo que podrá verse hoy en La Cabina, Festival Internacional de Mediometrajes de Valencia. Por primera vez en una pantalla grande española podremos apreciar su glorioso CinemaScope. Una cita imprescindible para cinéfilos y mitómanos, en la que la diva transmite esa fragilidad y sensualidad que la convirtió en la mayor estrella de su época, dirigida por un Cukor tan juguetón como en su época de Historias de Filadelfia (1940).
Otros "inèdits". Lo breve, si bueno...
Además de la competición de mediometrajes, el festival sirve para recuperar trabajos poco vistos, por su duración, de grandes nombres de la cinematografía mundial. Nuestra selección:
Lost in the Mountains (Hong Sang-soo, 2009)
El maestro surcoreano nos entrega una historia de dobles parejas en Jeonju, ciudad de provincias muy alejada de Seúl. Aspirantes a escritoras, profesores universitarios y, por supuesto, todo regado con muchísimo soju.
A conquista de Faro (Rita Azevedo Gomes, 2005)
¿Puede un hecho sucedido en 1249, la expulsión musulmana de una ciudad portuguesa, decirnos algo de nuestras relaciones sentimentales? Según Rita Azevedo Gomes, por supuesto que sí. Con una puesta en escena muy teatral y vodevilesca, y con grandes dosis de humor, dos parejas en un hotel destripan la masculinización de nuestra sociedad y cómo afecta a nuestra manera de entender el amor.
Mirando al mar (François Ozon, 1997)
Una historia muy de la primera época del inclasificable francés, con influencias más que obvias de la nouvelle vague, en la que nos entrega un impecable estudio fílmico de un espacio asfixiante. La vida de una mujer y su hija se ve alterada tras la llegada a su casa de veraneo de una campista. Fue el mediometraje decisivo para lanzar la carrera de tan prolífico autor.
Ich Bin den Sommer über in Berlin Geblieben (Angela Schanelec, 1993)
Ganadora de la Berlinale en 2019 con I was at home, but… (2019) la cinta es un magnífico documento de lo que se conoció como la Escuela de Berlín, y que formó junto a Christian Petzold y Thomas Arslan. Se abre con la propia Schanelec tecleando una historia en una máquina de escribir. A partir de ahí, la historia de tres mujeres y dos hombres se nos cuenta de esa manera que le es tan querida a la directora, con frialdad y autonomía, en la que no parece conocerse la relación entre los diferentes personajes.
¿Quieres estar a la última de todas las novedades de cine y series? Apúntate a nuestra newsletter.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios