“Las utopías nunca funcionan”. Con esta frase pronunciada durante los primeros minutos de Cryptozoo, el cineasta Dash Shaw evidencia el peligro de la idealización. En un juego metafórico, el estadounidense hace uso del extenso universo de los críptidos, los animales mitológicos, extintos o pertenecientes al folclore: desde los faunos a los unicornios, pasando por las gorgonas, el Kraken o Baku, el devorador de sueños. Todos tienen cabida en un fantaseado zoo, con fecha de caducidad antes de su propia apertura
Los personajes de Lauren Grey y Joan trabajan en este centro de acogida para salvaguardar la protección de estos animales en peligro fuera de sus muros. Mientras tanto, los militares potencian su caza para su propio beneficio bélico. Pese a las buenas intenciones del zoo, los planes de exposición de las criaturas al público y la forma de obtenerlos demuestran el error hasta de las personas concienciadas con el respeto y el cuidado a la fauna.
En este punto, el cineasta demuestra una gran dote en la construcción de una alegoría (buscada o no) sobre los zoológicos actuales, abriendo la posibilidad al debate cada vez mayor entre la sociedad: ¿realmente viven en condiciones aptas los animales en estos lugares?
El discurso sobre el respeto hacia la naturaleza y los animales ha calado hondo entre la nueva hornada de cineastas millennials, que han sentado precedentes en el reflejo de estos en la animación con filmes como Wolfwalkers (presente en los premios Oscar de 2020).
Aunque la discusión se encuentra en su punto más álgido y centra el eje del filme, Shaw también hace uso de los críptidos humanoides para crear su propio alegato contra el diferente, obligado a ocultar lo que es y lo que siente. La forma de luchar contra el racismo y apoyar la pluralidad multicultural en la sociedad global.
No somos tan diferentes
Después de trabajar en su ópera prima de animación Todo mi instituto hundiéndose en el mar- donde ya demostraba su tono crítico contra las injusticias-, el cineasta cuenta ahora con algunas voces en la versión original que podrían sonarte...
Michael Cera, Lake Bell, Zoe Kazan o Alex Karpovsky son tan solo algunos de los actores que han formado parte del reparto, donde el diálogo conjuga a la perfección con la imagen espectacular y onírica de los que vemos en pantalla, alejada afortunadamente de los cánones de dibujo hacia los que la industria de animación comercial se dirige. Un acercamiento emotivo a los animales y las personas, demostrando que no somos tan diferentes.
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