Muy escueto. Tan solo una primera píldora de información para mantener al tanto a sus fans. Shyamalan es uno de los nombres de referencia en el género fantástico, siempre ocupado en varios proyectos a la vez, y uno de ellos es Trap ("Trampa" en español), la película que significa además su regreso a la productora Warner Bros. tras su paso por Universal y que tiene previsto estrenarse el año que viene.
Lo dicho, de momento muy poco ha avanzado sobre el argumento, pero ha revelado que se tratará "de un thriller psicológico en un concierto". El anuncio lo ha realizado a través de un vídeo, junto a su hija Ishana, que también tiene previsto seguir los pasos de su padre debutando como directora de largometrajes en 2024 con The Watcher, definida como "un cuento de hadas gótico". El vídeo se ha difundido en el marco de CineEurope, el evento dedicado a la industria cinematográfica que ha tenido lugar estos días en Barcelona, desde este lunes 19 al jueves 22 de junio.
Así que para darle un poco más de empaque a la concisa información revelada por Shyamalan deberemos repescar otras declaraciones suyas, del pasado mes de febrero, en el que Shyamalan aseguraba que sería "un thriller insólito y nuevo comparado con lo que ha estado realizando últimamente, pero estoy entusiasmado con la historia".
Y no deja de ser curioso que ambos, padre e hija, casi coincidan a la par en estrenar sus próximos proyectos porque The Watcher tiene fijada la fecha de estreno en cines para el 7 de junio de 2024, mientras que Trap llegará casi dos meses después, el 2 de agosto.
El secreto del 'nuevo' éxito de Shyamalan
El cineasta estadounidense de origen hindú se labró una enorme reputación, y obtuvo un taquillazo, con su segundo largometraje (prácticamente su debut) en 1999 gracias a El sexto sentido. Un fenómeno que pese a todo lastró sus posteriores trabajos, desde El protegido (2000) a After Earth (2013), con el público y la crítica esperando hisotrias con sus famosos e inesperados giros de guion finales, y pinchando a la hora de elaborar superproducciones, como la citada After Earth o la adaptación de Airbender, el último guerrero (2010). Incluso se llegó a ganar las antipatías, e insultos, de buena parte de la prensa especializada norteamericana.
Se esperaba mucho del nuevo maestro del terror y la fantasía, y lo que ofrecía parecía no estar a la altura de la expectación. Y aunque no hay dudas sobre la calidad de El protegido, tanto Señales como El bosque y La joven del agua son títulos ya emblemáticos, de lo mejor de su filmografía, pero en su momento también fueron el blanco de feroces críticas.
Todo cambió a partir de 2015 con La visita, rodada al estilo found footage y con un mísero presupuesto de 5 millones de dólares. Y allí Shyamalan se reencontró de nuevo con el favor de crítica y público. Una etapa en la que salió reforzado al año siguiente con la acogida excepcional que obtendría con Múltiple. Apenas había costado 9 millones de dólares y en taquilla ingresó 278,5 a nivel mundial, además de cosechar reseñas más que notables.
El secreto estaba en eso, en contar con un presupuesto muy reducido (incluso en la serie Servant de Apple TV+, ejerciendo de productor ejecutivo y también dirigiendo varios episodios), que daría beneficios por más o menos poco que recaudara, y no causar tanta expectación como en sus anteriores obras e intentar darle a sus seguidores lo que sí esperan de él.
Por ello, si decimos que sus dos anteriores largometrajes, Tiempo y Llaman a la puerta, recaudaron en cines apenas 90,1 y 54,7 millones de dólares respectivamente no estaríamos hablando tampoco de un fracaso, a nivel de taquilla, porque sus costes de producción se situaron entre los 18 y 20 millones. Buenas críticas, rentables en taquilla y fans contentos, ¿Qué más se le puede pedir?
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