Hacer leña del árbol caído es triste, lo sabemos, pero es lo que hay: tras haber interpretado a Chani en la Dune de David Lynch, Sean Young ha vuelto a la ciencia-ficción con desiertos inmensos y gusanos gigantes... en Planet Dune, una exploitation rodada para aprovechar el tirón de la película de Denis Villeneuve.
Lanzada con el sello de The Asylum, la productora responsable de hitos como la saga Sharknado, Transmorphers, The Da Vinci Treasure o Android Cop, Planet Dune pertenece al género mockbuster. Es decir, a esas películas de serie B con un lejano parecido a los grandes lanzamientos de los estudios, rodadas a toda prisa y con presupuestos infames, en parte por cachondeo y en parte por si algún espectador ingenuo se traga el anzuelo.
Alejada de la primera división de Hollywood por sus problemas mentales desde comienzos de los 90, Young ha acabado participando en un filme cuya sinopsis habla de una fuerza expedicionaria que, tras aterrizar en un planeta desértico, se ve asediada por los inevitables gusanos de arena gigantes.
Así pues, Planet Dune parece mucho más cercana a Temblores y a sus secuelas que a la saga de los Atreides, los Harkonnen y la especia Melange. Esperemos, al menos, que a Sean Young le haya aprovechado su cheque.
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