Allá por 2008, Robert Pattinson se transformaba en una verdadera sensación entre el público adolescente al introducirse en la piel del vampiro más querido del cine en Crepúsculo. Un personaje que alcanzaba después de un casting que reunió a más de 5000 actores, entre ellos algunos que estuvieron a punto de hacerse con el papel como Ben Barnes (Las crónicas de Narnia) o Shiloh Fernandez (Posesión infernal).
De hecho, la autora de los libros originales, Stephenie Meyer, siempre pensó en Henry Cavill para interpretar a Edward Cullen, pero el desarrollo del filme llegó de forma tardía, siendo ya demasiado mayor para interpretar al chupasangres. Esto auspició el aterrizaje de un novato Pattinson, encontrándose de bruces con el estudio detrás de la película, quien consideraba que no era atractivo para interpretar este papel.
"Me llamaron y dijeron: '¿Crees que puedes hacer que ese tipo se vea bien?'. Yo respondí: 'Sí, lo creo. ¿Viste sus pómulos? Vamos a hacer un cambio de imagen en el pelo y va a empezar a hacer ejercicio. Va a estar guapísimo", ha revelado Catherine Hardwicke, directora de Crepúsculo, en el podcast Happy Sad Confused.
La transformación física de Robert Pattinson
"Al principio no me creyeron. Él simplemente caminó por allí con una camiseta manchada o algo así. Era Rob", añade Hardwicke. Por aquel entonces, las características físicas del británico chocaban con las del personaje, empezando por su color de pelo demasiado oscuro, y su baja forma física debido a que "pasaba mucho tiempo en el pub".
Sin embargo, la directora siempre apostó por la química que el actor mantuvo con Kristen Stewart, en el papel de Bella, después de un casting final que terminó convenciéndola. Pattinson voló específicamente desde Inglaterra al hogar de la cineasta en EE UU para ensayar una secuencia en la cama junto a su compañera de reparto en la propia habitación de la realizadora. Así lograba el papel.
Finalmente, Robert Pattinson terminó mudándose a Oregón (EE UU), donde comenzó a trabajar física y mentalmente en el personaje. A partir de entonces, Pattinson comenzó a realizar deporte cinco horas al día para hacer posible un cambio de imagen, mientras aprendía a luchar y a jugar al béisbol para las escenas que así lo requerían.
El físico escultural del actor enamoró a millones de espectadores de todo el mundo, cerrando bocas entre los jefazos de la compañía y convirtiéndolo en uno de los mejores actores pagados de Hollywood en las otras películas de la franquicia.
Pero el hombre siempre tropieza con la misma piedra. Pattinson volvía a moldear su cuerpo recientemente para interpretar al hombre murciélago en The Batman. Un superhéroe de DC para el que muchos consideraron que no era el perfil idóneo y que supuso un nuevo varapalo para un actor que confesaría lo reacio que es actualmente a las transformaciones físicas para una película.
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