La línea roja de Quentin Tarantino: no soporta la muerte de los animales en el cine

El director se dejó caer por el Festival de Cannes para dar una charla sobre sus obsesiones.
Quentin Tarantino junto a Brad Pitt en 'Érase una vez... en Hollywood'
Quentin Tarantino junto a Brad Pitt en 'Érase una vez... en Hollywood'
Quentin Tarantino junto a Brad Pitt en 'Érase una vez... en Hollywood'

Está confirmado: la última película de Quentin Tarantino es The Movie Critic y no girará en torno a Pauline Kael, sino a un desconocido crítico varón que escribía reseñas canallas en una revista porno de los años 70. Así pudo confirmarlo el director durante una charla que dio en el marco del Festival de Cannes hace unas semanas. Durante este evento dio detalles sobre su décimo largometraje antes de la retirada, pero sobre todo se dedicó a encadenar reflexiones sobre su visión del medio.

Este año Tarantino publicó Meditaciones de cine, libro con el que espera empezar a dedicarse a la crítica, y en esta línea se mantuvo durante un encuentro con el público que ha sido subido a YouTube. Así pues, de la charla también hemos podido extraer una llamativa observación de Tarantino con respecto a la violencia. El director de Pulp Fiction es conocido por utilizarla con fruición y normalmente carácter lúdico, pero tiene muy claro que esta solo puede aplicarse a humanos. La violencia contra los animales es algo que rechaza de pleno.

“Tengo un gran problema con matar animales en las películas”, asegura. “Es una línea que no puedo cruzar. Con los insectos también. Al menos que pague para ver un documental bizarro, no pago para ver muertes reales. Parte de la forma en que funciona todo esto es que es pura fantasía”. “Nunca mataría a un animal”, insiste, sin especificar si se refiere a una muerte ficticia o a una muerte verdadera por exigencias del guion (lo que, de todas formas, en la actualidad está penado).

“Por eso puedo soportar las escenas violentas, solo estamos haciendo el tonto”, continúa. “Pero a un animal, un perro, una llama, una rata, le importa una mierda tu película. Mataría a un millón de ratas, pero no necesariamente quiero matar a una en una película o ver cómo la matan en una película, porque no quiero pagar por ver una muerte real”. Esto es lo que conduce a que Tarantino suela tomarse la violencia de esa forma. “Casi siempre no es la violencia lo que me molesta. Tiene que ver más con una cuestión de incompetencia”.

La violencia es un recurso muy preciado para él, y le ha ayudado a resolver problemas de escritura. “En Malditos bastardos me sentí acorralado y pensé ‘¿qué hago?’. Y luego se me ocurrió. ‘Mátalo, joder, ¿puedo hacerlo?, bueno, sí, es mi historia'”, recuerda Tarantino. Aunque hay veces que la violencia es, fundamentalmente, catártica. “En el caso de Érase una vez en Hollywood lo escribí para salvar a Sharon y matar a todos esos hijos de puta”, cuenta con respecto al asesinato real de Sharon Tate, que interpretó Margot Robbie en la película y aquí salvó la vida.

Kurosawa hacía esto muchas veces. Se acorralaba a sí mismo y le pedía a sus guionistas que le sacaran de ahí”, concluyó, aunque posiblemente merezca la pena transcribir la totalidad de su charla. 

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