¿Por qué Ridley Scott rechazó dirigir ‘Dune’?

El veterano director se había topado con un guion realmente bueno.
Ridley Scott rodando 'Marte'
Ridley Scott rodando 'Marte'
Ridley Scott rodando 'Marte'

Frank Herbert encontró rápidamente el éxito al publicar Dune, considerada una novela fundamental de la ciencia ficción. De ahí que, desde mediados de los 60, hayan sido muy numerosos los intentos de llevarla al cine, siendo la última adaptación de Denis Villeneuve la más lograda a juzgar por la recepción de la crítica y el público. El director canadiense se ha propuesto dividir la historia de Herbert en dos mitades y Warner Bros., tras unos meses algo angustiosos, ha dado luz verde a esta secuela a la espera de que Villeneuve se ponga a rodarla más pronto que tarde. Entretanto, está por ver si Dune se cuela en el circuito de premios, en compañía de films como La Casa Gucci o El último duelo.

Estos dos títulos están dirigidos por Ridley Scott, un realizador tan veterano que curiosamente ya estuvo a punto de dirigir una película de Dune, allá por los años 80. Fue cuando el director británico se había consagrado con clásicos de la talla de Alien, el octavo pasajero y Blade Runner, y parecía poseer un gran interés por la ciencia ficción. De ahí que se acabara cruzando en el camino del productor Dino Di Laurenttis, obsesionado con lanzar una película que oficiara de “respuesta adulta” al fenómeno Star Wars. Para ello, nada mejor que recurrir a la prosa de Frank Herbert, y al oficio que Scott ya había mostrado sobradamente.

Vía Total Film, Scott ha recordado estos días, y explicado por qué no se hizo cargo de Dune pese a contar con guion excelente. Contrariamente a lo que se ha llegado a decir de la novela, Scott no cree que sea un material tan difícil de llevar al cine (“Siempre ha sido filmable”, asegura) y recuerda su asociación con el guionista Rudy Wurlitzer, que entonces ya había colaborado con directores como Sam Peckinpah o Monte Hellman, fallecido este mismo año. “Tuve un guionista llamado Rudy Wurtlizter, de la familia Wurtlizer…”, explica Scott. “Había escrito dos películas: Pat Garrett y Billy el Niño con Bob Dylan y Kris Kristofferson, y Carretera asfaltada en dos direcciones con James Taylor”.

Ambos títulos son clásicos del cine americano, de modo que la epopeya de los Atreides parecía en buenas manos. El problema vino cuando De Laurentiis echó cuentas. “Dino me había metido en esto y dijimos ‘hemos hecho un guion y el guion es jodidamente bueno’. Entonces Dino dijo ‘es caro, vamos a tener que hacerla en México’. Dije ‘¿qué?’, y él dijo ‘México’. Y yo ‘¿en serio?, así que me envió a la Ciudad de México. Y con el mayor de los respetos para México, aquellos días era bastante cutre. No es que me gustara, precisamente”. A Scott le desagradó tanto este lugar que terminó distanciándose de la producción.

“Fui al estudio de Ciudad de México, donde los suelos eran de tierra. Y dije ‘no, Dino, no voy a afrontar esto’. Así que me aparté y me puse con Legend con Tim Curry y Tom Cruise”. A la citada Legend no le fue demasiado bien, pero desde luego no fue el gran fracaso que supuso aquel Dune que finalmente firmó David Lynch. Este director acababa de triunfar con El hombre elefante cuando De Laurentiis, según se bajó Scott, le ofreció dirigir Dune

La película fue tan masacrada por crítica y público que actualmente Lynch reniega de ella, y ha hecho bastante fácil que la versión de Villeneuve se erija como la mejor adaptación posible de Herbert.

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