6 argumentos contra la pena de muerte que nos ha enseñado el cine

Segar una vida por motivos penales no es sólo cuestionable desde el punto de vista humanitario: a veces, como nos demuestran estos filmes, puede producir un intenso bochorno.
Ejecución por silla eléctrica en 'La milla verde'
Ejecución por silla eléctrica en 'La milla verde'
Cinemanía
Ejecución por silla eléctrica en 'La milla verde'

Ya lo cantaba Javier Krahe: es un asunto muy delicado el de la pena capital. Y no nos referimos sólo al aspecto humanitario.

Una ejecución es algo que suele torcerse más pronto que tarde, resultando en situaciones que convierten el inevitable debate moral de la pena de muerte en algo incluso más absurdo. El cine nos lo ha enseñado, y nosotros te lo transmitimos con estos ejemplos selectos.

'El verdugo' (Luis García Berlanga, 1963)

Nino Manfredi y José Isbert, en 'El verdugo'
Nino Manfredi y José Isbert, en 'El verdugo'
(FlixOlé)

Argumento: da vergüenza ajena. La flojera que asalta al condenado antes de ir al patíbulo cuenta con una literatura copiosa y muy descriptiva. Ahora bien, hacen falta dos genios como Berlanga y Rafael Azcona para observar la otra cara del asunto: el pánico escénico que asalta al ejecutor (aquí, Nino Manfredi) antes de cumplir su tarea. Y no te decimos nada si, para colmo, el probo funcionario tiene que debutar en las cosas del garrote vil durante de unas vacaciones en Mallorca. 

Así las cosas, los ánimos se vienen abajo, las piernas no obedecen y uno acaba dando una pésima impresión tanto al reo como a la Autoridad. José Isbert, suegro y veterano del oficio, afirma que el problema se pasa con el tiempo, pero nosotros no lo tenemos claro.

'Top Secret' (Zucker, Abrahams, Zucker, 1984)

Argumento: equivocarse es más fácil de lo que parece. Otro razonamiento clásico contra la última pena es que, en caso de veredicto erróneo, no hay manera de presentarle al condenado unas disculpas apropiadas. Los cadáveres, ya se sabe, suelen hacer oídos sordos a esa clase de cosas. 

Para colmo, y como demuestra esta escena, el procedimiento de la ejecución a veces se presta a tremendas equivocaciones, tanto en lo que al método se refiere (que se lo pregunten a Clayton D. Lockett... bueno, no) como en lo tocante a la perspectiva del espectador. ¿A que, cuando viste esta película por primera vez, pensabas que iba a ser Val Kilmer quien se sentaría en la silla eléctrica?

'Juego de tronos' (serie, 2011-2019)

Argumento: es cruel. En nuestra sociedad moderna y avanzada, se supone que la pena capital es aplicada de formas 'humanas', relativamente indoloras y respetuosas con la dignidad del reo. Sin embargo, muchas veces se ha demostrado que no es así. 

Tampoco en mundos de fantasía: la decapitación de Ser Rodrik Cassel (Ron Donachie) a manos del chapuzas de Theon Greyjoy (Alfie Allen) prueba que quitar de en medio al prójimo mediante un tajo al cuello es una tarea reservada a profesionales señoriales como Eddard Stark (Sean Bean). ¿Dónde está el problema? Pues que a éstos nada les asegura que, cuando las cosas vengan mal dadas, se librarán de apoyar la cabeza en el tajo.

'La milla verde' (Frank Darabont, 1999)

Argumento: no creas que sale barato. Un pequeño dato histórico antes de continuar: aunque no inventó la silla eléctrica, 'honor' que correspondió a su ayudante Harold P. Brown, Thomas Alva Edison electrocutó en público a varios animales (entre ellos, un elefante) para demostrar los peligros de la corriente alterna favorecida por su eterno rival Nikola Tesla. 

El científico de Menlo Park, que de tonto no tenía un pelo, seguramente también pensaba en los beneficios que podía reportarle la cantidad de vatios que el cacharro devora durante su uso. Échale un vistazo al vídeo de arriba e imagina por cuánto debió salir la broma a final de mes: se te quedará la cara como a Tom Hanks, o peor.

'Bailar en la oscuridad' (Lars von Trier, 2000)

Björk en 'Bailar en la oscuridad'
Björk en 'Bailar en la oscuridad'
Cinemanía

Argumento: es inhumano. Según hemos señalado, una ejecución puede dar lugar a muchos momentos bochornosos. Y Von Trier, fiel a su costumbre (y a su manía de hacer sufrir a sus actrices) nos muestra puntualmente en el clímax de este dramón musical. Y, cuando creíamos que la cosa ya se había terminado, que la cieguecita Selma (Björk) iba a bailar al extremo de una soga y que podríamos irnos a casa... Pues va la tía y se pone a entonar el último número del show. Como gente de orden y aficionada a los eventos bien planificados, no podemos sino protestar ante tamaña falta de seriedad.

'Pena de muerte' (Tim Robbins, 1995)

'Pena de muerte', 1995
'Pena de muerte', 1995
Cinemanía

Argumento: todo lo evidente. Si bien el cine nos ha dado razones de sobra para verle el lado jocoso (o grotesco) a la pena capital, ahora toca dejarse de sátiras: además de esta película (con trabajos estupendos de Sean Penn, como el reo, y de Susan Sarandon, ejerciendo de monja), títulos como ¡Quiero vivir!, La viuda de Saint-Pierre, Primera plana y otros muchos han expuesto su versión sobre el tema. 

Algunos no renuncian a hacernos reír (menudo era Billy Wilder cuando se ponía), pero todos suelen concluir en que quitarle la vida a otro ser humano con un pretexto penal es, cuanto menos, cuestionable. Dado que en nuestro planeta la pena de muerte se aplica aún en 54 países, y que, según los últimos datos de Amnistía Internacional, en 2017 se cobró al menos un millar de vidas, esto debería hacernos pensar. Y mucho.

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