Querido detective: las películas más importantes de Philip Marlowe

El huelebraguetas insignia del noir vuelve a las pantallas con el rostro de Liam Neeson y la dirección de Neil Jordan.
Liam Neeson en 'Marlowe' y Humphrey Bogart en 'El sueño eterno'.
Liam Neeson en 'Marlowe' y Humphrey Bogart en 'El sueño eterno'.
Cinemanía
Liam Neeson en 'Marlowe' y Humphrey Bogart en 'El sueño eterno'.

¿Tienes un problema de esos que requieren discreción? ¿Vives en Los Ángeles? ¿Puedes pagar veinticinco pavos al día, más gastos? Entonces tal vez podamos ayudarte: acude al sexto piso del edificio Cahuenga, en el 6389 de Hollywood Boulevard, y dile a Philip Marlowe que vas de nuestra parte. Si tienes suerte, el detective por excelencia de la literatura y el cine podrá hacerse cargo de tu caso. Si no la tienes, lo mismo te cruzas con uno de esos matones que a veces se asoman a su despacho. 

Creado por Raymond Chandler en 1939, Marlowe hizo historia de la literatura criminal con El sueño eterno, una novela aclamada tanto por los críticos como por lectores ansiosos de chulería, sarcasmo y misterios irresolubles. Por supuesto, no tardó en pasar al cine y la TV, y ahora regresa a la pantalla grande con el rostro de Liam Neeson en Marlowe.

Robert Mitchum, Elliott Gould y, por supuesto, Humphrey Bogart son algunos de los actores que le han prestado su rostro al detective en sus adaptaciones. Aquí recordamos sus casos más importantes. 

'La dama del lago' (1946)

Mientras ejercía como “testigo amistoso” (vulgo “chivato”) para la ‘caza de brujas’, Robert Montgomery firmó y protagonizó este experimento que aspiraba a recrear la narración en primera persona de las novelas mediante la cámara subjetiva: el espectador solo ve el rostro de Marlowe en los espejos.

'Adiós muñeca' (1975)

A los 58 años, Robert Mitchum se convierte en el Marlowe más crepuscular. El actor repetiría papel con Detective privado (1978), cinta que osaba adaptar de nuevo El sueño eterno y que supuso la despedida fílmica del sabueso hasta que James Caan le interpretó en Poodle Springs (1998).

'Historia de un detective' (1944)

Esta adaptación de Adiós, muñeca, la segunda novela de Marlowe, sirvió para que el detective debutara en la pantalla con nombre y apellidos (y el rostro de Dick Powell) tras dos películas que aprovechaban sus aventuras cambiándoles el protagonista. Dirige Edward Dmytryk (El motín del Caine).

'Marlowe, detective muy privado' (1969)

Arrearle una paliza a Marlowe puede ser tu trampolín a la fama: Schwarzenegger (Un largo adiós), Stallone (Adiós, muñeca) y Bruce Lee, que arruinó el despacho de James Garner en esta adaptación de La hermana pequeña, lo demostraron.

'Philip Marlowe'  (serie, 1983-1986)

Además de las siete novelas escritas por Raymond Chandler, Marlowe protagonizó numerosos relatos que sirvieron de combustible para uno de los primeros títulos de ficción producidos por HBO, con Powers Boothe de protagonista. El show, lujoso pero acartonado, duró dos temporadas en antena.

'Un largo adiós'  (1973)

Robert Altman y la guionista Leigh Brackett (El sueño eterno) reinventan a Marlowe como un perdedor entrañable con la jeta de Elliott Gould que deambula por el corrupto Los Ángeles de los 70 en busca de la verdad y de su gato fugitivo. Aclamada hoy como un clásico, se la pegó en taquilla.

'Marlowe' (2022)

“En esas malas calles debe caminar alguien que no sea malo, que no esté ni corrompido ni asustado”: las palabras con las que Raymond Chandler describía al detective podrían ser también un retrato del Liam Neeson más arquetípico, algo que Neil Jordan aprovecha para ponerle al investigador los rasgos del irlandés. El filme no está basado en ninguna obra del autor original, sino en La rubia de ojos negros, novela escrita con seudónimo por John Banville (Príncipe de Asturias de las Letras en 2014).

'El sueño eterno' (1946)

“Quiero una historia de misterio que me mantenga en vilo como El halcón maltés”, decía Humphrey Bogart en el tráiler de esta película. Y Lauren Bacall respondía a esa petición poniendo en sus manos una novela cuya enmarañada trama (ni el propio Chandler sabía quién asesinó al chófer) se volvió aún más inextricable gracias a Leigh Brackett, Jules Furthman y William Faulkner, sus guionistas. 

Bendito enigma insoluble: con Howard Hawks viniéndose arriba tras la cámara, ‘Bogie’ y Bacall convirtiendo el largo rodaje en su luna de miel, secundarios robaescenas como Dorothy Malone y un libreto inmejorable, El sueño eterno resultó un exquisito despiporre con el que no pudieron ni la censura ni el productor Jack Warner, autor de aquella nota que rezaba: “Ha llegado a mis oídos que os lo estáis pasando bien en el plató. Eso debe acabarse”.

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