Valquiria es el mejor personaje LGBT de Marvel, y estas 5 razones lo demuestran

Valquiria (Tessa Thompson).
Marvel

Si has visto ya Thor: Love and Thunder, seguro que estás de acuerdo con nosotros en una cosa: Valquiria (Tessa Thompson) lo peta. Y lo peta fuerte, además. Sobreponiéndose a su poco lucido rol en Thor: Ragnarok, la actual rey de Nuevo Asgard triunfa convirtiéndose en uno de los mejores activos de la película. 

Desde ya podemos afirmar que la doncella escudera resulta, frente a una triste falta de precedentes, el mejor personaje LGBT de Marvel. Ante un panorama presidido por los eufemismos, las apariciones anecdóticas para cubrir cuota y otros subterfugios, Thompson y Taika Waititi han perfilado una figura a la que las personas de orientación no normativa podemos reconocer y jalear desde el patio de butacas. ¡Por fin! 

Las razones para esto son muchas y variadas, así que las enumeramos a continuación. Solo una advertencia antes de empezar: si tu reacción ante este reportaje es clamar contra una presunta dictadura de lo políticamente correcto o hablar de un supuesto "lobby LGBT", tendremos claras dos cosas. La primera, que eres heterosexual, y más bien cerrado de mente. La segunda, que de cómics Marvel tienes muy poca idea. 

Razón 1: No necesita salir del armario

Actualmente, entre miembros del colectivo, la expresión "salir del armario" está siendo muy cuestionada, por no decir que reprobada. Y, sin ánimo de meternos en este debate, señalemos que Valquiria está al margen del mismo por una razón clarísima: ella nunca ha estado dentro. 

Si bien Ragnarok despachaba la orientación sáfica de 'Val' de forma poco noble (mediante un detalle en un flashback que había que mirar con lupa), en Love and Thunder el personaje va felizmente a las claras. Así pues, ya no hay dudas sobre el hecho de que perdió a su novia en la batalla contra Hela, y que no le importaría encontrar a una joven soltera y de buen ver (a juzgar por lo visto en el filme, que esta hable griego clásico es un plus).

Valquiria (Tessa Thompson) ve morir a su novia en 'Thor: Ragnarok'.
Marvel

Pero lo mejor de todo es que esto aparece en los diálogos y la acción de forma natural, sin grandes revelaciones ni closet dramas que valgan. Puede que futuros héroes marvelitas sí tengan que pasar por ese calvario, pero en Asgard las cosas funcionan de otra manera, por suerte. 

El único momento intensamente emocional que plantea esta condición ocurre durante la conversación entre 'Val' y Korg, cuando este último le aconseja a su amiga que deje de ahogar en alcohol las penas de la viudez y siga con su vida. En esa misma charla, además, la heroína se confiesa miembro del "team Jane", algo de lo que nadie podría culparla: hablamos de Natalie Portman empuñando un martillo místico, gente.

Razón 2: Su carácter es fiel a los cómics

En estos tiempos posmodernos que vivimos, resulta irónico tener que explicarle a la gente que "fiel" y "literal" no son lo mismo. Pero así es: aunque la Valquiria de cine no calque a original(para empezar, no es rubia), resulta una adaptación del personaje muy apañada.

Porque, más allá de su aspecto físico o de su lugar en la continuidad, los rasgos de 'Val' que recordamos sus fans son los siguientes: es más bruta que un arado de vertedera (check), monta sobre un caballo alado (check) y es una de las guerreras más temibles tanto de Asgard como de Midgard (check). En cuanto a lo de que le gustan las chicas, basta con mirar las viñetas de abajo. 

Valquiria y la arqueóloga Annabelle Riggs ('Fearless Defenders' nº1, 2013).
Marvel Comics

Así pues, en espera de que Marvel incluya a la arqueóloga Annabelle Riggs (la chica del pelo castaño) en su nómina de personajes, y que les de a Valquiria y a ella un final más feliz del que tuvieron en los tebeos, cabe añadir dos cosas. 

La primera, que el personaje de Thompson ha aparecido en los cómics, donde hemos aprendido que se llama Alta y la hemos visto morrearse con Brunilda (la Valquira canónica). La segunda: eso de que entre las guerreras asgardianas de élite no abundan las heteros ha sido un secreto a voces entre los autores de Marvel, y entre los 'marvel zombies', al menos desde los 80. Para que ahora vengan cuatro ofendiditos a cortar el rollo.

Razón 3: Es una truhana y una señora

Según hemos señalado, los personajes abiertamente LGBT en los medios mainstream suelen caer en defectos como la falta de relevancia en el argumento y, sobre todo, una excesiva propensión al melodrama en torno a su sexualidad. Cosas ellas que, si bien a veces tienen sentido, resultan prescindibles en una película de superhéroes, y más aún en una de Thor. 

Porque, si la historia va de dioses cachas con martillo, hablamos de una fantasía escapista. Y, si en dicha fantasía tenemos a una guerrera alienígena que, además, es lesbiana, lo que procede es mostrarla como una heroína de armas tomar que arrasa entre las doncellas de los Nueve Reinos y más allá cual si de un personaje del RPG Las ávidas espadachinas sáficas se tratase. 

Debido a ello, ese momentazo en el que la heroína le pone ojos de loba a una de las canéforas de Zeus (Russell Crowe) durante el ardor de la batalla, procediendo acto seguido a besar la mano de la señorita antes de abandonar la Ciudad de la Omnipotencia con la satisfacción del deber cumplido, queda desde ya como un hito en la historia del MCU.

Porque, si bien el drama sigue siendo tristemente necesario a la hora de abordar las orientaciones no normativas, es refrescante y alentador ver que eso no se aplica en el caso de Valquiria. Sobre todo porque nos hace pensar que, a lo mejor, tampoco debería aplicarse en el nuestro.

Sumado todo lo anterior, esperamos que, en un futuro, el mayor problema que padezca nuestra aventurera debido a su orientación sea no entender a la joven de marras cuando esta le dice "sagapó" entre ardientes miradas y libaciones de néctar olímpico.

Razón 4: No es una excusa ni una anécdota

A lo mejor, la reciente evolución de Valquiria nos llama la atención porque Marvel no se ha prodigado especialmente a la hora de mostrarnos personajes LGBT. Es más: es posible que el censo de personajes no heterosexuales del MCU haya tenido, hasta ahora, muchísimo de chapucero. 

Si volvemos la vista atrás: ¿con qué nos encontramos? Con un personaje insignificante en Vengadores: Endgame (interpretado por el codirector Joe Russo), con la hija de una pareja homoparental cuya identidad como lesbiana se ha quedado en referencia elíptica (América Chávez –Xochitl Gómez–) o con el matrimonio entre Ben y Phastos (Eternals), que nos hubiera llamado más la atención si la película no fuese tan aburrida. 

Por supuesto, siempre nos quedará el Loki de Tom Hiddleston, pero él tampoco cuenta demasiado: su sexualidad polimorfa solo ha recibido una mención en la serie de TV homónima, diez años después de que el personaje debutase enfrentándose a su hermanito el rubiales. 

Valquiria, en cambio, es un personaje de pleno derecho que no se ve definido integralmente por su sexualidad aunque esta aparezca sin subterfugios. Y que, además, resulta memorable y bien escrito. Algo digno de mención ya de por sí… pero que a nosotros nos gustaría tener en cuenta, más bien, como precedente. 

Razón 5: Es la primera de muchos (esperamos)

Wiccan, el hijo de Bruja Escarlata. Hulkling, el híbrido Kree-Skrull. Dragón Lunar, la artista marcial hija de Drax. Viv Visión, la vástago (artificial) de nuestro sintezoide favorito. Estrella del Norte, uno de los mutantes más veloces y más bordes del mundo. ¿Qué dos cosas tienen en común todos estos personajes? 

Pues, efectivamente, que todos pertenecen al canon de los cómics Marvel, y que todos son lesbianas, gays o bisexuales. Y, como ellos, muchos más, en una lista cada vez más larga cuyos miembros, esperamos, formarán algún día parte del MCU. Cuando eso ocurra, ojalá la mención a sus orientaciones siga los pasos de Valquiria, para así evitarnos el bochorno. 

En el género de superhéroes, saber alternar entre lo reconocible y lo sorprendente es una virtud capital. Y, en un mundo donde la existencia de las personas LGBT es un hecho cierto ("aceptado" es otra cosa, por desgracia), la mejor forma de reflejar eso no es presentar una aparición anecdótica como un logro, sino entender que la diversidad sexoafectiva es compatible con las broncas para salvar el universo.

Marvel debería entender eso en el futuro, encajando a sus héroes y heroínas no heterosexuales de forma natural y sin aspavientos, librándose de los tópicos y encajando a cada héroe o heroína en el tono que piden sus historias, como 'Val' en la saga del Dios del Trueno.

Así pues, tener un hijo gay debería suponer el menor de los problemas para Wanda Maximoff, y lo que debería importarle a Drax cuando Dragón Lunar le presente a su novia Phyla-Vell es descubrir que su hija está saliendo… ¡con una maldita Kree! Si no es así, ¿qué ocurrirá cuando los X-Men –el supergrupo más queer de la historia– debuten en el MCU? ¿Y cuando aparezca Deadpool en busca de una chimichanga? Seamos serios, por favor…

Cualquier otra perspectiva no solo sería un patinazo por parte del estudio, sino algo peor: sería propia de supervillanos. Y, como sabemos los 'marvel zombies', los supervillanos están ahí para que los héroes les den palizas.

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