El trabajo asalariado, ya se sabe, hace que uno vea las cosas desde otra perspectiva. Por ejemplo, si bien pasar una mediana cantidad de tiempo en pelota picada y en brazos de Cillian Murphy puede resultar una idea apetecible para un porcentaje no desdeñable de la humanidad, Florence Pugh lo experimentó de una forma muy distinta.
Porque, conviene matizar, la actriz experimentó ese trance en pleno rodaje de Oppenheimer, rodeada de personal al borde de un ataque de nervios debido a un problema técnico. Una situación que, como Pugh dice pudorosamente, "no es ideal".
La cámara no pudo resistirlo
"En mitad de nuestra escena de sexo, la cámara se rompió", ha revelado Florence Pugh durante un panel de la productora Universal (vía Entertainment Weekly). "La cámara se rompió cuando los dos estábamos desnudos, y aquel no fue el mejor momento".
La actriz prosiguió explicando cómo la avería les obligó a ella y a Murphy a quedarse como Dios los trajo al mundo, abrazados lo más estrechamente posible (recordemos: estaban en un plató rodeados de gente) esperando a que llegase el técnico especialista en ese tipo de avería.
Ahora bien: cuando llegó el experto, Pugh procuró sacar el máximo partido posible a la situación. "Pensé: 'Este es mi momento para aprender", explica. Así que le preguntó cuál era exactamente el problema con la cámara.
"Cada uno aprovecha sus momentos", bromeó la actriz. "Yo me puse en plan: 'Dime, colega, ¿qué le pasa al obturador?".
Desgraciadamente, ni este sacrificio ni su trabajo como Jean Tatlock (la amante de J. Robert Oppenheimer, el científico interpretado por Murphy) le ha valido a la actriz para ser nominada al Oscar. Recordemos que Oppenheimer aspira a 13 premios de la Academia, entre ellos Mejor director, Mejor película, Mejor guion adaptado, Mejor actor principal (Murphy) y Mejores actor y actriz de reparto, para Robert Downey Jr. y Emily Blunt.
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