Netflix quiere más audiencia y menos autores: se carga la película de Kathryn Bigelow y cambia radicalmente su producción

No corren buenos tiempos para el cine de autor en Netflix con su nuevo jefe en la división de películas. Dan Lin ha anunciado despidos y cancelado proyectos como 'Aurora', el caro filme apocalíptico de la oscarizada cineasta.
Netflix dice no a Kathryn Bigelow
Netflix dice no a Kathryn Bigelow
Cinemanía
Netflix dice no a Kathryn Bigelow

Llevamos siete años sin película nueva de Kathryn Bigelow y parece que vamos a seguir así más tiempo. La oscarizada directora de En tierra hostil (2008) estaba preparando para Netflix un atractivo proyecto apocalíptico titulado Aurora, con guion de David Koepp adaptando su propia novela, pero aunque tenía previsto rodarse este mismo año, se abandonó hace meses.

Así lo indica un artículo de The New York Times dedicado a detallar la nueva política de producción cinematográfica que se está asentando en Netflix desde la llegada de su nuevo jefe de la división de cine, Dan Lin, en sustitución de Scott Stuber, quien llevaba al frente desde que la empresa se metió en labores de producción en 2017.

Eso significa que fue bajo el mandato de Stuber cuando Netflix se presentó ante el mundo como una especie de refugio de libertad creativa (y presupuesto holgado) para que cineastas como Alfonso Cuarón (Roma), Martin Scorsese (El irlandés), los Coen (La balada de Buster Scruggs), David Fincher (Mank), Bradley Cooper (Maestro) o J.A. Bayona (La sociedad de la nieve) sacaran adelante proyectos personales que ningún otro estudio les financiaba.

También se financiaron costosísimos intentos de cine de acción popular precalentados para el éxito masivo -de Bright (2017) a Rebel Moon (2023), pasando por Alerta roja (2021) o El agente invisible (2022)- que, a pesar de amasar cifras de reproducción supuestamente espectaculares, de inmediato se precipitaron por el desagüe de la desmemoria colectiva. Eso ha cambiado.

¿Austeridad antes que calidad?

Tras la incorporación de Dan Lin a su puesto el pasado 1 de abril ya se han producido 15 despidos de ejecutivos del departamento que ahora dirige, y que ha pasado a organizar en base a los géneros de los proyectos en producción, en vez de su presupuesto como hasta ahora. El gesto está claro: la austeridad se impone y el propósito de Lin va a ser sacar mayor rentabilidad a cada dólar invertido. 

Eso significa que se producirá menos y con menos riesgo, por mucho que la compañía asegure que la búsqueda de calidad siempre va a ser su motor principal. De hecho, el lema reflejado en el artículo del New York Times es: películas mejores, más baratas y menos frecuentes. De esta forma, y centralizando en la propia Netflix las labores de producción y desarrollo en vez de acoger tantos proyectos ya armados, se busca tener más control sobre la calidad del resultado final.

Otra cuestión es si lo que entienda por calidad Lin (productor de La Lego película, It y el MonsterVerse durante su etapa en Warner Bros.) concuerda con las aspiraciones de libertad creativa y mirada autoral de ciertos cineastas o se guía enteramente por nociones del manual del buen productor de Hollywood. De momento, gente como Noah Baumbach, Guillermo del Toro o el mencionado Fincher tienen sus próximos proyectos agendados dentro de este nuevo modelo. Bigelow, ya no.

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