La nueva ley de Reino Unido sobre contenidos en los medios, la llamada 'Media Bill', está poniendo de los nervios a los servicios de vídeo bajo demanda. Algunos de ellos, como Netflix, están ya amenazando con tomar medidas como respuesta a esta norma y sus amenazas de sanciones contra el contenido que las autoridades juzguen inapropiado.
Según Variety, la plataforma de Ted Sarandos se plantea retirar de la circulación parte del catálogo disponible para sus usuarios británicos para así quedar a cubierto de posibles sanciones. Netflix ya había expresado su irritación contra una ley que considera "ambigua" y potencialmente "costosa" para las partes afectadas.
Frente a una ley que exigirá "imparcialidad" a la hora de abordar temas de actualidad y asuntos que puedan ser objeto de "polémica política o industrial", el servicio de VOD afirma no ver otra salida que "retirar contenidos de forma preventiva".
"La amplitud y la variedad del contenido de Netflix, consideradas como puntos fuertes de nuestra oferta a la hora de maximizar las opciones de los espectadores británicos, podrían convertirse en un riesgo potencial", afirma un comunicado de la empresa. Benjamin King, máximo responsable de Netflix en Reino Unido, se refirió en abril a la ley de medios como "un peligro para la libertad de expresión".
¿A qué se expone Netflix?
La 'Media Bill' sometería a las plataformas de vídeo bajo demanda a las mismas regulaciones que afectan a las cadenas de TV. De esta manera, tanto Netflix como Prime Video, Disney+ y el resto de gigantes del ramo quedarían bajo la supervisión de la comisión reguladora Ofcom, y se verían expuestas a multas de 250.000 libras (alrededor de 290.000 euros, o 310.000 dólares) si lanzasen contenido que esta considerase "dañino".
La respuesta oficial de Netflix al Comité de Cultura, Medios y Deportes señala que los términos fijados por la ley para identificar dichas transgresiones son demasiado amplios y ambiguos. Asimismo, la plataforma se teme un auge del llamado 'turismo de quejas'. Es decir, aluviones de denuncias de sus contenidos ante Ofcom por parte de usuarios de otros países.
Disney+, una de las competidoras más directas de Netflix, ha elevado también una protesta formal ante el comité. Según esta plataforma, las diferencias entre la televisión generalista y el vídeo bajo demanda son demasiado grandes como para someter ambos medios a una misma legislación.
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