El prestigioso y reconocido director italiano Paolo Taviani ha muerto este jueves 29 de febrero a los 92 años, tras una breve enfermedad, en la clínica Villa Pia de Roma, rodeado por su esposa, la diseñadora de vestuario Lina Nerli Taviani, y por sus hijos Ermanno y Valentina.
Junto a su hermano Vittorio, fallecido a los 88 años en abril de 2018, Paolo fue una de las grandes voces del cine de autor italiano de la segunda mitad del siglo XX sobre todo a raíz de la acogida de la crítica a Padre padrone (traducida como 'Padre patrón' en su estreno en España) codirigida por ambos y con la que ganaron la Palma de Oro en Cannes en 1977. Además, los dos fueron distinguidos con el León de Oro Honorífico de Venecia en 1986. Su labor se extiende durante más de 50 años e intentando ir un paso más allá de la herencia dejada por el neorrealismo italiano.
Aunque empezaron su carrera a mediados de la década de los 50, sus mejores obras llegarían después de Padre padrone con títulos como La noche de San Lorenzo (1982), situado en un pueblo toscano a finales de la Segunda Guerra Mundial y que servía como alegato antifascista; el filme de episodios Kaos (1984) basado en relatos del escritor siciliano Luigi Pirandello; el homenaje al cine de los pioneros del cine mudo de Good Morning, Babilonia (1987); y César debe morir (2012) con el que ganaron el Oso de Oro en la Berlinale y en la que escenificaban la obra teatral de Shakespeare interpretada por presos.
Nacido en 1931 en San Miniato, Toscana, Paolo era el menor de los dos hermanos. Su funeral será laico y tendrá lugar el próximo lunes en Roma, según recogen varios medios locales.
Revolucionarios e incansables
Su filmografía la integran más de una treintena de trabajos, entre cortos, series de televisión y largometrajes, desde el debut de Paolo y Vittorio en 1954 con el cortometraje San Miniato, luglio '44 hasta el largometraje Leonora addio de 2022 ya dirigido por Paolo en solitario y también basada en una novela de Luigi Pirandello, e impregnados casi siempre por su irrenunciable compromiso social y político,
Entre sus referentes, Roberto Rossellini y Pier Paolo Passolini como quedó patente en Un uomo da bruciare (Hay que quemar a un hombre) de 1962 y que los dos hermanos dirigieron en aquella ocasión junto a Valentino Orsini.
También, influidos por sus ideas y las revoluciones de Mayo del 68, realizaron San Michele aveva un gallo (No estoy solo) de 1972, su particular visión de la novela Entre lo divino y lo humano de Leon Tolstoi.
Poco antes del fallecimiento de Vittorio, estrenaron en 2015 Maravilloso Boccaccio en 2015 y, estando este ya gravemente enfermo, ambos colaboraron por última vez en Una questione privata de 2017 y que hubo de acabar rodando Paolo.
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