Entrevista

Miren Ibarguren: "La alfombra roja no tiene sentido si se usa para criticarte ferozmente"

Hablamos con la actriz sobre 'La novia de América', su trabajo en la serie original de Movistar+ 'Supernormal' y su visión del papel de la mujer en la actualidad.
Miren Ibarguren en la premiere de 'La novia de América'
Miren Ibarguren en la premiere de 'La novia de América'
Borja B. Hojas / Getty Images
Miren Ibarguren en la premiere de 'La novia de América'

Miren Ibarguren (San Sebastián, 1980) nos ha hecho partirnos de risa en series de éxito como Escenas de matrimonio, Aída y La que se avecina. Lo suyo parece un talento natural para la comedia. Aunque antes de consagrarse como estrella televisiva, la actriz perdió varios castings por no estar lo suficientemente buena. 

"Somos muchas las que sufríamos eso. Nos escudriñaban el cuerpo, y nos exigían poco menos que medir 1,80, por decirte algo. Creo que la profesión ha mejorado y que ahora lo que vale es el talento, porque está claro que el cuerpo se forma y deforma para hacer cualquier tipo de personajes”, comenta Ibarguren.

En La novia de América, la nueva comedia de Alfonso Albacete, encarna a una joven que recibe la llamada de su padre para decirle que se va a casar en México con una mujer que conoció por internet.

La novia de América pone sobre la mesa cuestiones como los romances entre amantes de edades lejanas. ¿Te sorprenden los prejuicios sociales que aún los rodean?Sí, me siguen sorprendiendo. Está bastante arraigado en la sociedad lo de que alguien más joven va a ir siempre a por tu dinero, como si tú no tuvieras derecho a que te amen.

Otro tema presente en la película es el de los choques culturales. ¿Sufriste alguno cuando viajaste a otro país?Más que choque te diría que he tenido bendiciones culturales, porque sí que es verdad que te sorprende cómo viven en otros sitios. Desde Francia hasta Mauritania, donde yo he estado, siempre he flipado. ¡Benditos choques culturales!

La película es una coproducción de México y España. ¿Has pensado en cruzar el charco para probar suerte en Norteamérica?La verdad es que me encantaría. Sí que lo he pensado, sí. Me hizo muchísima ilusión que me llamaran para hacer esta película en México. En primer lugar, porque me iba con uno de mis mejores amigos, Eduardo Casanova. En segundo lugar, por trabajar fuera de España. Me parece una suerte conocer equipos nuevos y ver cómo se trabaja allí.

También andas promocionando la segunda temporada de Supernormal, en la que das vida a la ambiciosa jefa de un banco de inversión. ¿Te consideras tan exigente y perfeccionista dentro y fuera de casa como ella?Hombre, yo personalmente sí que soy de castigarme un poquito cuando no llego a cosas a las que quiero llegar. También te digo que estoy en trámites de superarlo con mi psicóloga. Supernormal también habla de cómo vivimos la maternidad las mujeres en el entorno laboral, de qué pasa cuando tienes que dejar el trabajo porque vas a tener un hijo y de cómo es la vuelta luego. La serie lo refleja muy bien, además con un toque de comedia que le quita algo de peso al tema, porque estas cosas en la vida real suelen ser un poco descorazonadoras.

Parece que todavía hace falta desmontar el mito de la supermujer…Sí, desde luego. Además, que es algo que está ya pasado de moda. Ni hay supermujeres ni hay superhombres; la gente es humana y llega como puede al final del día. Deberíamos empezar a respetar eso un poco más, y dejar de tapar las carencias que tiene cada uno.

Llevas tiempo trabajando a las órdenes de tu pareja [Alberto Caballero, coproductor y codirector de La que se avecina]. ¿Te cortas mucho a la hora de llevarle la contraria?[Risas] En el trabajo no. Soy una actriz que trabaja a las órdenes de los directores y directoras. Pero si no estoy de acuerdo con algo, sí que se lo digo… ¡en casa!

¿A qué se debe tu obsesión por Nicolas Cage?Durante la pandemia, me puse a buscar cosas en Aliexpress, porque me encanta entrar allí y mirar cosas raras, y encontré merchandising de Nicolas Cage. Pensé: ‘Qué guay, porque no creo que él sepa que tiene chándales con su cara’. Me hizo tanta gracia que empecé a comprarlo. Luego pasó lo típico de que vas a un programa, te preguntan qué has hecho últimamente y tú, como no se te ocurre otra cosa, cuentas lo de Nicolas Cage. ¡Y ahora ya es algo que me va a perseguir toda la vida! [risas].

¿Le das mucho uso a ese chándal?Sí, sí. Oye, es pura moda, ¿eh? Con unos taconcitos, queda genial.

¿Te parece sexista la etiqueta de las alfombras rojas?De la alfombra roja me resulta un poquito extraño que tengas que mostrar cómo vas vestida delante de tanta gente para que luego opinen sobre ello. Si hacen mal uso de eso y empiezan a criticarte ferozmente, la alfombra roja no tiene sentido. Pero si tú lo ves como algo más liviano y dices: ‘Bueno, vamos a lucir los vestidos’, tampoco me parece tan mal. Todo depende del mal uso que se le dé a las cosas.

¿Consideras que el humor es un servicio público?Creo que sí que es un jaboncito que lava todos los dolores. De hecho, España es un país maravilloso y superrico en humor, porque nos reímos mucho de nosotros mismos.

¿Da la comedia para vivir?En mi caso sí que me da para vivir. Tengo suerte y enlazo un proyecto con otro, ¡hasta que me falten! De momento te puedo decir que estoy muy contenta con los trabajos que tengo. Lo más difícil en esta profesión es encadenar trabajos. Cuando tú paras y los demás no saben por qué has parado, o cuando acabas y no sabes cuándo van a volver a llamarte, es algo muy angustioso, aunque forma parte de la profesión. Yo de momento llevo una temporada muy buena y cruzo los dedos.

¿A ti quién te saca más sonrisas últimamente?¡Mi hijo! He sido madre hace poco, tengo un hijo de seis meses, y él es quien más sonrisas me saca, claro.

¿También te hicieron gracia las críticas al hecho de que tu personaje en La que se avecina use prótesis y fat suit en la última temporada?Entiendo que a la gente le molesten ciertas cosas de la ficción, y están en su derecho de quejarse. De hecho, siempre se aprende algo de todas las quejas. Desde luego, la intención de la serie nunca ha sido la de hacer daño a nadie. Simplemente, se trabaja sobre los personajes y se les da vida dándoles acciones y momentos para que pueda seguir la trama.

Creo que las críticas se adelantaron, porque en el caso del personaje de Yoli, la trama tiene un final positivo, ya que ella acepta su cuerpo tal y como es, y se va a vivir con su mejor amiga, feliz. No sé si esas críticas tienen que ver con el hecho de que se haya hecho en tono de comedia. No sé si La ballena (The Whale), donde Brendan Fraser también utiliza prótesis, recibiría esas mismas críticas.

¿Qué es lo que te tomas más en serio?Cuidar a mi gente querida. Eso sí que me lo tomo muy en serio.

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