Mickey Mouse pasa a ser de dominio público en 2024 (pero en Disney no están preocupados)

La compañía ha conservado los derechos exclusivos del ratón durante casi un siglo, al menos los de la versión original: aquella que protagonizó el corto 'El botero Willie'.
Fotograma de 'El botero Willie'
Fotograma de 'El botero Willie'
Disney
Fotograma de 'El botero Willie'

En 2023 Disney ha cumplido un siglo de existencia. Aniversario ilustre que evidentemente la compañía ha querido celebrar: todo un largometraje animado, Wish, fue diseñado para tal fin. El problema es que Wish dejó bastante que desear, tanto en crítica como en taquilla, y se alineó con otros múltiples fracasos (Mansión encantada, Indiana Jones y el dial del destino) a la hora de generar una sensación de declive coincidiendo con el cumpleaños. Un clima ruinoso que, quizá, podría acentuarse en 2024 con el paso de Mickey Mouse al dominio público.

El 1 de enero del año que viene, Disney perderá los derechos exclusivos del personaje que ha sido su gran estandarte durante la práctica totalidad de su historia (la Casa del Ratón, solemos llamar a la empresa). Lo curioso es que la directiva de Bob Iger no parece preocupada al respecto, ni ha hecho esfuerzo alguno por revertir la legislación estadounidense. El paso al dominio público garantizaría que cualquiera pudiera hacer sus propias ficciones con el protagonismo de Mickey Mouse, pero el quid de la cuestión está en que no de “cualquier” Mickey Mouse: solo el que protagonizó en 1928 El botero Willie.

Es decir, el Mickey Mouse de esta primera versión concreta, recién creada por Walt Disney y su socio Ub Iwerks tras perder a Oswald el Conejo de la Suerte a manos de Universal (la compañía pudo recuperar a esta criatura, por cierto, en 2006). El botero Willie, uno de los primeros cortometrajes animados en utilizar música sincronizada, fue el que presentó en sociedad a Mickey Mouse, el 18 de noviembre de 1928: hace casi 96 años. Era un Mickey Mouse muy distinto al que solemos reconocer: aparte de tener un temperamento más malévolo (en El botero Willie se dedicaba a torturar animales para generar música con ellos), su aspecto es más propio de un roedor: morro más acentuado y larga cola.

La normativa estadounidense estipularía que este Mickey Mouse, el de El botero Willie, es el que no tiene copyright: las versiones más modernas y bondadosas siguen protegidas. Aún así, es bastante excepcional que Disney haya mantenido bajo control a este ratón fundacional durante cerca de un siglo, y se explica tanto por las leyes del país como por la presión que la compañía ha ejercido periódicamente sobre ellas. Un breve resumen: originalmente, los derechos de exclusividad sobre una obra estaban fijados en 28 años susceptibles de renovación. Cuando se estrenó, El botero Willie podía pertenecer plenamente a Disney durante 56 años. Así que llegado 1984, la compañía perdería los derechos.

En 1976, sin embargo, el Congreso amplió la protección estándar a 75 años, de forma que El botero Willie podría “zarpar” llegado 2004. ¿Cómo se explica que Mickey Mouse haya seguido siendo propiedad de Disney veinte años más a partir de entonces? Por un sonoro proceso judicial que tuvo lugar en 1998. Fue entonces cuando Sonny Bono, famoso cantante pero también notable político, logró promulgar la Ley de Sonny Bono. Ley que ampliaría el margen a los 96 años actuales, y que aún así no acostumbra a ser conocida con ese nombre.

En su lugar, a la Ley de Sonny Bono se le apoda Ley de Protección de Mickey Mouse. Esto se debe a la movilización que Disney hizo de sus lobbies en el Congreso para conseguir que la ley prosperara, y pudiera mantener el control de El botero Willie durante el máximo tiempo posible. Ese tiempo ahora ha acabado, y como mencionábamos Iger no está preocupado: ni siquiera durante un año, 2023, tan catastrófico para la marca como ha sido. Y la razón es que, por mucho dominio público que salvaguarde a Mickey Mouse, es bastante difícil que surjan ficciones protagonizadas por el ratón que la ley pueda amparar.

Es fácil recordar en esto que Winnie the Pooh: Blood and Honey (y derivados) sí se haya salido con la suya. La obra de A.A. Milne pasó a dominio público recientemente y hubo un grupo de avispados que aprovecharon para convertir la historia en una película de terror que va a tener secuela e incluso universo cinematográfico. Pero claro. Winnie the Pooh no es lo mismo que Mickey Mouse, aunque ambos guarden relación con Disney. Mickey Mouse es consustancial a la empresa, y los actuales derechos de autor exigen que cada obra se preocupe de dejar claro que no guarda relación con una marca registrada.

Es decir, que una obra que utilice a Mickey Mouse a partir de 2024 tiene que cuidar que su aspecto sea escrupulosamente el de El botero Willie (en blanco y negro y con aire más desagradable), además de dejar claro que no tiene nada que ver con Disney. Lo que es, en fin, imposible. Pensar en Mickey Mouse es pensar en Disney, así que en la práctica lo único que garantiza la ley es que a partir de 2024 cualquiera podrá proyectar El botero Willie del modo que se le antoje. Algo que, de hecho, ya podía hacer desde hace tiempo, porque Disney tiene disponible en YouTube El botero Willie. Pocas más vueltas se le pueden dar. 

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