Los 21 mejores libros de ciencia ficción de la historia y sus adaptaciones al cine

De los pioneros a las vanguardias del género, todos (o casi todos) sus clásicos han pasado por la pantalla
Boris Karloff en 'El doctor Frankenstein', Harrison Ford en 'Blade Runner' y Timothée Chalamet en 'Dune: Parte dos'
Boris Karloff en 'El doctor Frankenstein', Harrison Ford en 'Blade Runner' y Timothée Chalamet en 'Dune: Parte dos'
Cinemanía
Boris Karloff en 'El doctor Frankenstein', Harrison Ford en 'Blade Runner' y Timothée Chalamet en 'Dune: Parte dos'

Si las adaptaciones de libros al cine y las series siempre tienen mucho peligro, las de ciencia ficción no digamos. Tratándose de un género que aspira a desafiar las nociones preconcebidas del público, llevarlo a la gran pantalla siempre es difícil, por mucho presupuesto que uno tenga para efectos especiales. 

Una complicación que llega al paroxismo cuando hablamos de versionar obras clásicas, de esas que cambiaron la ci-fi para siempre (o eso dicen los críticos). Basta con fijarse un poco para saber que muchos autores de primera fila (Ursula K. LeGuin, Lois McMaster Bujold, Gene Wolfe...) o no han sido adaptados nunca, o lo han sido de aquella manera. Eso, por no mencionar aquellos que salieron echando chispas de Hollywood tras darse de bruces con los estudios. 

Pero, si uno busca, encuentra, y aquí tienes una antología de obras capitales de la ciencia ficción adaptadas al cine y la TV. Eso sí, no busques la 2001: Una odisea del espacio de Arthur C. Clarke, porque el escritor publicó la novela tras el estreno del filme de Stanley Kubrick, recogiendo en ella ideas que se habían quedado fuera de la película. 

'Frankenstein' (Mary W. Shelley, 1818)

Aclamada como la primera novela de ciencia ficción, la creación de Shelley es un pilar de la cultura pop, y como tal lleva saltando al cine desde 1910 en versiones de todo pelaje, tanto oficiales como espurias. Pero, si tenemos que quedarnos con un filme sobre el doctor y su criatura, nos quedamos con El doctor Frankenstein (James Whale, 1931). 

No se trata solo de una cinta tan pionera como extraordinaria en su calidad, sino también de una película que definió el imaginario del terror en pantalla grande durante décadas. Algo debido en buena parte al trabajo de ese Boris Karloff recauchutado y con tornillos en el cuello. 

'20.000 leguas de viaje submarino (Julio Verne, 1870)

El escritor francés, otro pionero de la ci-fi, solía apostar en su obra por las predicciones tecnológicas. Y, en muchas ocasiones, esas apuestas le salían bien, como demuestra la historia del capitán Nemo, lanzado a una cruzada ecoterrorista contra las potencias coloniales a bordo del submarino Nautilus. 

Adaptada al cine por primera vez en 1905, 20.000 leguas de viaje submarino tiene una versión que supera al resto en popularidad y atractivo: nos referimos a la dirigida por Richard Fleischer en 1954, con un reparto de campanillas (James Mason, Kirk Douglas) y unos efectos especiales que siguen quitando el hipo. 

'La máquina del tiempo' (H. G. Wells, 1895)

Además de por consagrar el concepto de los viajes temporales como tema de referencia para la ciencia ficción, la primera novela de Wells destaca por haberle colado a sus lectores una fábula muy pesimista sobre la lucha de clases con pretexto fantástico.

En unos EE UU donde aún coleaba el macartismo, no era plan llevar al cine aquello de los Eloi burgueses y los Morlocks descendientes del proletariado. Pero eso no nos impide recomendar El tiempo en sus manos (George Pal, 1960) como la adaptación por excelencia. Además de ofrecer imágenes fabulosas, la cinta reemplaza los terrores sociales del original por otro muy contemporáneo: la guerra atómica. 

'La guerra de los mundos' (H. G. Wells, 1898)

Siempre prolífico, y siempre político, Wells volvió a hacerle la peineta al Imperio británico en este relato de invasiones alienígenas cuyo tema de fondo era el colonialismo: ¿cómo se lo tomaría aquella Inglaterra que había expoliado medio mundo si los marcianos decidieran hacer lo mismo con ella?

Menos adaptada al cine que otros clásicos de Wells (aunque la versión de 1953, producida por George Pal, tiene su punto), La guerra de los mundos se puso de actualidad en 2005, cuando Steven Spielberg sacó a los trípodes de paseo por unos EE UU post-11 de septiembre. Actualmente tenemos una versión en forma de serie con Gabriel Byrne (Muerte entre las flores) como protagonista. 

'Un mundo feliz' (Aldous Huxley, 1932)

Conocido hasta entonces por novelas realistas como Los escándalos de Crome y Contrapunto, Huxley dio la campanada pasándose a la ci-fi para describir, con mucho cinismo y mucho pesimismo, los peligros de la conformidad en la sociedad de masas. El resultado fue una distopía mucho menos violenta de lo habitual en el subgénero, pero por eso mismo mucho más terrorífica para algunos. 

Aunque la novela había tenido varias adaptaciones en TV, la más reciente es la serie protagonizada por Alden Ehrenreich (Han Solo) y producida por el guionista de cómics Grant Morrison en 2020. El show fue cancelado tras una temporada, tal vez porque sus creadores olvidaron tomar regularmente sus dosis de soma. 

'1984' (George Orwell, 1949)

Uno de los pocos clásicos de la ci-fi con acceso a la zona generalista de las librerías, la novela en la que Orwell desahogó su pánico al estalinismo tras sus experiencias en la Guerra Civil española y la II Guerra Mundial es una de las piedras angulares del género distópico. 

Tras dos adaptaciones televisivas (1953, 1954) y un largometraje bastante olvidado (1956), 1984 volvió a la pantalla grande en el año titular con un filme dirigido por Michael Radford. El cual recomendamos tanto por su mugrienta puesta en escena como por el duelo interpretativo entre Richard Burton y un John Hurt que padece lo indecible en poder de un Gran Hermano aún peor que el de Telecinco (o no, pero esa es otra). 

'Yo, robot' (Isaac Asimov, 1950)

¿Te suenan las tres leyes de la robótica? Pues este volumen, que recopila cuentos publicados por Asimov durante una década larga, fue el que las dio a conocer. Las andanzas de Susan Calvin, psicóloga de inteligencias artificiales, fueron la puerta de entrada para muchos lectores a un mundo donde los pobres cachos de lata ya no ejercían solo como monstruos mecánicos, sino que eran personajes de pleno derecho.  

Así pues, nos apena decir que la adaptación protagonizada por Will Smith en 2004 (basada muy, muy lejanamente en el relato El pequeño robot perdido) es un producto de lo más chuchurrío que no le hace ninguna justicia al original. ¿Alguien se atreverá a convertir a la doctora Calvin en heroína de un filme o una serie en condiciones? 

'Fundación' (Isaac Asimov, 1951)

Al igual que en el caso de Yo, robot, las historias que componen Fundación comenzaron a publicarse en 1940. Pero fue su lanzamiento en un único volumen el que familiarizó a los lectores con conceptos como los imperios galácticos, las migraciones interestelares y los planes para salvar la civilización concebidos a muy, muy largo plazo.

Tras varios intentos malogrados, Fundación recibió en 2021 una adaptación en forma de serie en Apple TV+. La ficción va por la segunda temporada, y si contamos con que Asimov escribió un total de siete novelas sobre este universo (la última, Fundación y Tierra, 1986), tiene cuerda para rato. 

'Soy leyenda' (Richard Matheson, 1954)

Autor literario de El increíble hombre menguante y El diablo sobre ruedas, entre otros clásicos, Matheson se marcó aquí una de las novelas postapocalípticas más originales de la historia. Porque, si solo sobrevive un ser humano y los mutantes son mayoría, ¿quién es el monstruo?

Desgraciadamente, ninguna de las adaptaciones en formato largo (protagonizadas por Vincent Price, 1964, Charlton Heston, 1971, y, sí, Will Smith, en 2007) supieron pillarle el intríngulis a la historia. De modo que la única versión aceptable que nos queda es... ¡un corto español de 1967! Para colmo, su director Mario Gómez Martín nunca llegó a firmar un largometraje.

'Starship Troopers' (Robert A. Heinlein, 1959)

Considerado uno de los 'tres grandes' de la ci-fi clásica junto con Asimov y Clarke, Heinlein fue también el portavoz en el mundillo de un cierto libertarismo de derechas. Esta novela sobre una sociedad futura y militarizada, conocida en castellano como Tropas del espacio, podría ser una de las máximas expresiones de su ideología, aunque los expertos llevan discutiendo sobre ello desde que se publicó.  

El que sí lo tuvo claro fue Paul Verhoeven: llegado al proyecto tras el batacazo de Showgirls, el cineasta holandés consideró el libro como una enorme bosta ultraderechista, de manera que su Starship Troopers (1997) se convirtió en una parodia tan feroz como jocosa del original. Y en una obra maestra, también.

'Solaris' (Stanislaw Lem, 1961)

Dotado a la vez de un ácido sentido del humor y un hondísimo pesimismo, el polaco Lem fue durante décadas una de las voces clave de la ci-fi europea más allá del Telón de Acero. Esta novela sobre la convivencia (difícil, por decir algo) entre científicos humanos y una inescrutable mente alienígena es, probablemente, su obra más conocida, y una de las más impactantes. 

Aunque la adaptación al cine dirigida por Andrei Tarkovsky en 1972 haya pasado a la historia como una cumbre del cine 'de autor', Lem no la tenía en mucha estima: "ese tío no ha rodado mi novela, sino Crimen y castigo", sentenció. Todo sea dicho, su opinión sobre Tarkovsky se suavizó un tanto cuando Steven Soderbergh estrenó su propia versión en 2002. Aquella película, explicó, le parecía aún peor que la soviética.

'La naranja mecánica' (Anthony Burgess, 1962)

Necesitado de pasta y asqueado por la evolución de la sociedad británica tras la II Guerra Mundial, el muy conservador Burgess se marcó en tres semanas la novela que acuñó la palabra 'ultraviolencia' mediante las aventuras de Alex, un psicópata adolescente muy fan de Beethoven que habita un Londres futurista.    

Como todos sabemos, La naranja mecánica cayó en manos de Stanley Kubrick, quien estrenó en 1971 el que habría de ser su filme más polémico. En parte, porque Burgess montó en cólera al ver que el cineasta había cambiado el final original (omitido en la edición estadounidense del libro), y en parte por la censura que impidió o retrasó su estreno en varios países, entre ellos España. 

'El hombre en el castillo' (Philip K. Dick, 1962)

Aunque él no inventó el subgénero, Dick innovó a lo grande las ucronías (o historias alternativas) mediante esta novela sobre unos EE UU ocupados por nazis y japoneses tras la victoria del Eje en la II Guerra Mundial. La victoria del libro en los premios Hugo supuso para el autor un descanso en su vida llena de privaciones.

Llegado 2015, Ridley Scott (quien, como veremos, conoce de cerca el universo dickiano) produjo una serie de Prime Video que expandía y alteraba la novela, si bien respetando su tono surreal. La ficción aguantó cuatro temporadas en antena.

'Qué difícil es ser Dios' (Arkadi y Boris Strugatski, 1965)

Aclamados como lo mejorcito de la ci-fi soviética y autores también de Picnic extraterrestre (adaptada, o así, por Tarkovsky en su Stalker), los Strugatski comenzaron a escribir una novela de aventuras... y les acabó saliendo una sátira ambientada en un planeta anclado en una perpetua Edad Media por un régimen totalitario que, mira tú por dónde, recuerda bastante al de los bolcheviques.

La primera adaptación de este libro al cine fue El poder de un dios (1989), filme alemán que resultó malo de solemnidad. En 2013, Aleksei German rodó una nueva versión que acierta a transmitir la imaginería brutal y grotesca del libro... al precio de resultar críptico en grado sumo.

'Dune' (Frank Herbert, 1965)

Combinando la space opera de toda la vida (en su versión más medieval) con drogas psicodélicas, religión, ecología y una realpolitik negra como el tizón, Herbert firmó, bien una de las novelas más revolucionarias del género, bien un tostón más grande que un gusano de arena, dependiendo de a quién le preguntes.

En cuanto al audiovisual, la historia de Paul Atreides ha generado varios proyectos inacabados a cargo de Ridley Scott y Alejandro Jodorowksy, entre otros, una versión (1984) a cargo de ese David Lynch que reniega de ella tras haberlo pasado canutas en el rodaje y una serie estimable, pero modesta, en 2000. Ha hecho falta esperar al siglo XXI para que Denis Villeneuve obtenga aplausos con su adaptación: ¿estarán las Bene Gesserit detrás de este éxito?

'¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?' (Philip K. Dick, 1968)

Como era habitual tratándose de Philip K. Dick, la historia del cazador de androides Rick Deckard pasó sin pena ni gloria después de su publicación original. Sin embargo, se ha convertido en uno de esos libros de ciencia ficción que siempre salen en las antologías del género y nunca dejan de reeditarse. ¿Por qué? 

Pues la respuesta, claro, es "Blade Runner". La adaptación de Ridley Scott, que se estrenó poco después de la muerte del escritor en 1982, fracasó en taquilla, pero su transformación en título de culto e influencia para toda la ci-fi de los 80 y los 90 no solo convirtió a la novela en clásico, sino que también acabó despertando una auténtica fiebre por llevar sus obras al cine. La mayoría, eso sí, con resultados bastante pochos. 

'Guía del autoestopista galáctico (Douglas Adams, 1979) 

Las aventuras de Arthur Dent y Ford Prefect, su colega alienígena, nacieron como una radionovela de la BBC y acabaron ganándose fans en todo el mundo gracias a su manifiesto cachondeo. Este libro y sus cinco secuelas (la última, firmada por Eoin Colfer tras la muerte de Adams) nos recordaron que la ci-fi es material de primera para la comedia.  

Debido a esa fama, la saga pasó a la TV allá por 1981, dando como resultado una serie muy estimable. Sin embargo, el filme de 2005 (con Martin Freeman, Zooey Deschanel y Sam Rockwell en el reparto) no logró perpetuar esta fama, tal vez porque se quedaba algo corto al explicarnos el sentido de la vida, del universo y de todo lo demás.  

'El juego de Ender' (Orson Scott Card, 1985)

Pese a los experimentos literarios de los 70 y la llegada del ciberpunk, la space opera seguía gozando de buena salud. Algo que el muy mormón Card confirmó cuando su historia de guerras espaciales, protagonizada por un genio militar adolescente, se llevó los premios Hugo y Nebula y generó una saga que ya lleva 20 volúmenes. 

Con semejante currículum, Hollywood persiguió durante décadas la posibilidad de una adaptación. Y, cuando finalmente lo consiguió en 2013, el resultado fue un fracaso de taquilla que dejó insatisfecho a casi todo el mundo. Ni el protagonista Asa Butterfeld, ni Hailee Steinfeld, ni mucho menos un Harrison Ford al que se le veía la desgana en los ojos, estuvieron a la altura de un original tan mítico. 

'El cuento de la criada' (Margaret Atwood, 1985)

Hasta hace no tanto, Atwood negaba ser una escritora de ciencia ficción, lo cual no le impidió firmar algunas de las distopías más terroríficas jamás escritas. Esta novela, inspirada tanto en el régimen islámico de Irán como en el ascenso de la derecha religiosa en EE UU a hombros de Ronald Reagan, es la demostración más popular de ese talento.

De ahí que, tras una adaptación cinematográfica sin mucho lustre a cargo de Volker Schlöndorff (El cuento de la doncella, 1990), la historia de Defred llegase a la fama a partir de 2017 gracias a la serie protagonizada por Elisabeth Moss. Para saber que Gilead está mucho más cerca de lo que nos gustaría, basta con leer las noticias. 

'El problema de los tres cuerpos' (Cixin Liu, 2008)

Durante el cambio de siglo, la ci-fi 'dura' (esa que no pierde de vista el componente científico del género) volvió para quedarse. Y uno de sus heraldos procedía de China: aunque publicada en su país en 2008, esta novela que mezcla los contactos alienígenas con las cicatrices de la Revolución Cultural no fue traducida al inglés hasta 2015, llevándose el premio Hugo. 

En cuanto a las adaptaciones, digamos que la primera (2015) fue una película que quedó inédita y es probable que no llegue a estrenarse nunca. Después llegó una serie china (2023) y ahora son David Benioff y D. B. Weiss, los responsables de Juego de tronos, quienes firman la nueva versión televisiva con el sello de Netflix. 

'Aniquilación' (Jeff VanderMeer, 2014)

Llevándose el premio Nébula, la primera novela de la Trilogía Southern Reach le dio un empujón de fama a su autor y familiarizó a muchos lectores con el 'biopunk', esa corriente de la ci-fi que explota nuestro terror instintivo hacia las mutaciones, putrefacciones y demás fragilidades de la carne y el ADN. 

Ahora bien: para terror, el que les entró a los ejecutivos de Paramount cuando descubrieron que la adaptación dirigida por Alex Garland, con Natalie Portman de protagonista, no era un blockbuster sino una obra de arte y ensayo todavía más inescrutable que el original. Tras el pertinente ataque de nervios, y muy a pesar de la calidad del filme, Aniquilación acabó estrenándose internacionalmente en Netflix. 

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