Durante la pasada edición de los Goya, el incierto estado de la animación española derivó en algo tan chocante como que La gallina Turuleca fuera la única película nominada dentro de su categoría (ganando, evidentemente). Aunque no se trataba de algo excepcional, sí sorprendía teniendo en cuenta que el estado del medio en España había mejorado notablemente en los últimos años, con películas como Klaus (nominada al Oscar) y Buñuel en el laberinto de las tortugas ejerciendo como puntas de lanza inmediatamente anteriores. El sector, en efecto, está en alza, y aparentemente ya se están tomando medidas para fomentar una mejoría significativa desde la capital de nuestro país.
Este viernes 18 de junio, durante su discurso de investidura, la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso detalló las líneas maestras de un plan para fomentar la producción de animación y VFX en la Comunidad de Madrid. Según se hacen eco medios como ABC el equipo de la gobernante (reelegida tras los comicios del pasado mayo, donde se topó con una victoria aplastante), pretende convertir a Madrid en el núcleo de la animación y los efectos visuales al sur de Europa, incentivando “la creación de empleo en este boyante sector”. Supondría la primera ayuda directa que recibe el sector de animación en España, convertido de repente en una prioridad estratégica.
Históricamente, nuestro país siempre ha carecido de incentivos específicos para la animación, pero la creciente demanda por parte de los servicios de streaming a lo largo del mundo ha motivado un esfuerzo para impulsar la creación de empleo en el sector, a partir de ayudas específicas que favorezcan el crecimiento económico. El plan de Díaz Ayuso pasa por cinco líneas de actuación: en primer lugar, una internacionalización de la producción. En segundo, la celebración de eventos internacionales con vistas a colaborar con organismos de Canadá, Irlanda, EE.UU., Alemania y Reino Unido.
En tercer lugar, la puesta en pie de un fondo para la formación y prácticas, a través de cursos de 600 horas que auspiciaría Pixel Cluster (foro de empresas de reciente inauguración) y exigiría la final contratación del 50% de los becados. Por último, también se desarrollarán un fondo de apoyo para la producciones españolas impulsadas desde empresas madrileñas, y un fondo específico para generar nuevas IPs a base de cortometrajes, series y películas.
Una medida muy esperada
La citada Pixel Cluster, formada por 16 empresas privadas de animación y efectos visuales, es la principal garante de este plan. De hecho, bajo sus directrices ya ha sido organizado Next Lab, una iniciativa coordinada por José Luis Farias que quiere promover la aplicación de nuevas tecnologías en la animación y el desarrollo digital, a través de talleres y prácticas de pitching. También se prevé en los próximos meses un evento internacional que estudie el impacto de la IA en el sector.
“Es una gran noticia porque pone en valor nuestro talento creativo y nuestra capacidad de producción en animación y creación de contenidos digitales”, declaraba Nico Matji, presidente de Pixel Cluster y productor de un título fundamental como es Las aventuras de Tadeo Jones. “Este plan nos dará fuerza para atraer talento y recursos, y nos hará más ágiles y competitivos. Madrid siempre ha acogido el talento y siempre ha mirado más allá de sus fronteras”.
En los últimos años varias películas animadas han destacado en la taquilla y han tenido un amplio recorrido internacional, como pudieran ser Planet 51, Chico y Rita (nominada al Oscar), la citada Tadeo Jones, Mortadelo y Filemón contra Jimmy el cachondo o Atrapa la bandera, por no hablar de las excepcionales Klaus y Buñuel en el laberinto de las tortugas. Dentro de los VFX, son bien conocidas las aportaciones de El Ranchito (afincada en Madrid) al audiovisual mainstream, en tanto a la famosa Batalla de los Bastardos de Juego de tronos o la espectacular recreación del tsunami en Lo imposible de J.A. Bayona.
Más allá de estos hitos, sin embargo, el caudal de medidas se antoja oportuno por la actual situación del sector en España. Se da el caso de que, por mucho prestigio internacional que haya engrosado en los últimos años, solo el 4% de las empresas audiovisuales del país se dedica a este ámbito. Un 4% que, curiosamente, genera el 20% del empleo total de la industria y da trabajo a 8.000 personas.
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