De los Goya a la Lotería de Navidad: por qué el anuncio de los Moriarti se parece tanto a 'Loreak'

El anuncio de la Lotería de Navidad ha vuelto a exhibir carácter cinematográfico, en esta ocasión construido por Jon Garaño, Aitor Arregi y Jose Mari Goenaga, los directores vascos detrás de Moriarti, la productora de las reconocidas La trinchera infinita, Handia y Loreak. Cinemanía entrevista al primero de ellos con motivo de su significativo debut publicitario.

De los Goya al Gordo. ¿Cómo surgió la oportunidad de encargaros de este anuncio?

Tras Handia contactó con nosotros la productora Lobo Kane, con quienes después coincidimos por casualidad en Humor en Corto (Arrigorriaga). A partir de ahí empezamos a hablar. Recuerdo que Eva de Lera, una de las responsables, nos dijo en su momento que íbamos a acabar haciendo juntos el anuncio de la Lotería. En septiembre ya nos comentaron que les gustaría proponernos para eso y a la agencia Contrapunto BBDO y a Loterías les pareció bien la propuesta que presentamos. Es la primera vez que hacemos un anuncio, en todos los sentidos porque no teníamos experiencia ni en hacer un spot de la cafetería del barrio. Era algo nuevo y curioso pero sí que lo afrontamos como si fuese una película, una que tiene que durar 90 segundos.

(Contrapunto BBDO)

Por su carácter icónico, es más que un anuncio. ¿Cómo ha sido la experiencia?

Nos hemos sentido muy cómodos y respetados por la productora, la agencia y el cliente. Han confiado mucho en nosotros y eso ayuda. La gran diferencia respecto al cine es que cuando nosotros damos una toma por buena pasamos al siguiente plano. Aquí no era así, ya que teníamos que escuchar a la agencia y al cliente. Aunque se hace raro, luego las cosas que aportaban y comentaban tenían sentido. Al ser tres directores tenemos una forma de trabajar como un poco asamblearia y en esta ocasión hemos sumado más miembros. También ha sido la primera vez que hemos estado los tres de principio a fin en un rodaje. En La trinchera infinita, la única firmada por los tres, se filmó en dos partes en primavera y verano porque Antonio de la Torre tenía que engordar 15 kilos. En la primera Aitor y Jose Mari estuvieron en el set y yo con el equipo de montaje, y en la segunda trabajé en el rodaje con Jose Mari y Aitor pasó al montaje.

Vuestro cine transmite fuerza, cuidado, personalidad y emociones, carga aquí plasmada en torno a la ilusión y lo amable, elementos muy contagiosos.

El punto de partida ya viene de la agencia, que son quienes escribieron la idea y las primeras versiones de guion. Ellos hablaban de hacer un cuento y nosotros como un ‘cuento no cuento’, que transmitiera esa sensación de cuento sin serlo de verdad. Lo que querían es que fuera un anuncio bonito y optimista y sobre todo recalcaban que reflejara esa ilusión de compartir.

El costumbrismo y el tono de comedia y de misterio favorecen a su vez lo canalizado, por no hablar de la agradable y pegadiza canción (White Winter Hymnal, de Fleet Foxers).

Tratábamos de hacer algo que transmitiese cierta ternura, y hacía ahí tenían que ir la escenografía, la decoración, el vestuario, iluminación, el tipo de movimientos de cámara y también la canción, que pensábamos que podía funcionar muy bien.

(Contrapunto BBDO)

¿Cuál ha sido vuestra inspiración? El título y el concepto hacen pensar en Cadena de favores (Mimi Leder, 2000). No obstante, y distancias al margen, lo del sobre misterioso del principio remite también a su manera a Loreak.

A nosotros también nos vino a la mente Cadena de favores. Y efectivamente para nosotros si es también un poco como Loreak. En esta película una mujer empieza a recibir flores de un desconocido y a partir de ahí se encadena una trama, y aquí esencialmente es lo mismo, aunque con un tono diferente. Hay ciertos paralelismos, y eso nos hizo gracia.

Ha apuntado la forma en que trabajan en un rodaje. ¿De qué tareas se encarga más cada uno?

Cuando trabajo con Jose Mari los roles están muy establecidos y él está más con los actores y yo con el equipo técnico. Con Aitor en teoría también es así aunque se mezcla más. En esta ocasión yo estaba más con los técnicos y ellos se repartían las secuencias y el trabajo con los actores.

La localización, Elizondo y el valle del Baztán, desprende una carga especial.

La agencia tenía claro que, por aquello de que se crea un universo, fuera en un pueblo de unos 4.000 habitantes. Como siempre manejas tus referentes, desde el principio planteamos hacerlo en el Baztán pensando en Elizondo. El valle posee algo especial, único, yo diría que misterioso. Esos caseríos, con esa piedra roja, nos han permitido dar uniformidad a los decorados, lo que en una pieza tan corta era de gran ayuda.

Habéis firmado el anuncio no con vuestros nombres sino como Moriarti.

Siempre nos lo habíamos planteado. Nos conocen más como ‘los de la trinchera’, ‘los de Handia, ‘los de Loreak’. La primera producción importante que hicimos, el documental ‘Lucio’, la dirigieron Aitor y Jose Mari. Nuestras dos primeras películas de ficción las rodamos Jose Mari y yo; y Handia, entre Aitor y yo. Las combinaciones hacen que a la gente se le haga difícil retener los nombres. Ya que empezamos con la publicidad, decidimos el cambio. De hecho, no sé si en la ficción pasaremos también a Moriarti.