En el momento álgido de su carrera interpretativa, la vedette y actriz del destape Bárbara Rey abandonaba todos sus sueños profesionales por amor. Tras de sí dejaba 43 películas y colaboraciones con cineastas de renombre como Luis García Berlanga, Antonio Mercero y Mariano Ozores. Precisamente, con este último sería con el que realizaría la película que daría fin a su filmografía.
El cuarto episodio de la serie Cristo y Rey ha mostrado a Bárbara Rey dejando a todos patidifusos tras el abandono de su carrera y su mudanza al circo Russo. Unos sucesos que ocurrieron realmente, incluida la boda televisada el 12 de enero de 1980 desde Valencia, bajo la carpa de su nuevo hogar y con el cura de este mismo emplazamiento, el Padre Mendizábal.
No faltaron las más de 10.000 bombillas, ni el himno de la Comunidad Valenciana, en un espectáculo televisado que, contradictoriamente, supuso el alejamiento de la vedette de las cámaras. Ese mismo año, la película Unos granujas decentes, de Mariano Ozores, salió a las salas de cine. Un filme que supuso el último trabajo de Rey para el cine, quien no volvería nunca a rodar una película.
Unos granujas decentes sirvió para plasmar la imagen más sensual de la intérprete nacida en Totana (Murcia), en contraposición a la imagen de una monja mexicana. El filme narra la historia de Sor María de Guadalupe quien viaja desde el continente americano a un convento de una congregación española, donde busca cambiar su vida repleta de líos.
Allí encontrará nuevos conflictos, puesto que el dueño del convento quiere venderlo para hacer apartamentos, mientras que la monja se granjea enemigas entre sus compañeras, que la renombran como Sor Metiche.
Un comedia con el humor absurdo típico del cine de la época, donde Bárbara Rey interpretaba a Violeta Martínez, una mujer que llega inesperadamente a la vida de la hermana, revolucionando el convento. Un filme en el que también encontrábamos entre los papeles principales a Antonio Ferrandis, el icónico Chanquete de Verano Azul.
Por su parte, el rol protagonista estuvo interpretado por la actriz y cantante mexicana María Victoria, encargada de una deliciosa banda sonora compuesta de temas como Credo y Triunfo del amor. Un filme que está disponible en estos momentos a través de la plataforma española FlixOlé y que supuso el culmen en la carrera de Bárbara Rey, que llegaba después de sus trabajos en 1979 en El periscopio (de José Ramón Larraz) y Mi adúltero esposo ('in Situ') (de Joaquín Coll Espona).
La vedette regresaría al mundo de la televisión en 1989 tras su polémico divorcio de Ángel Cristo, trabajando entonces en números de revistas y en diversos programas televisivos, pero sin retornar a las salas de cine que tantas alegrías le aportó en su trayectoria.
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