La escena de sexo de Rocío Dúrcal y Bárbara Rey en el cine del destape que ha rememorado 'Cristo y Rey'

La cantante de rancheras siempre renegó del filme 'Me siento extraña' que rodó junto a la vedette en 1977.
Rocío Dúrcal y Bárbara Rey en 'Me siento extraña'
Rocío Dúrcal y Bárbara Rey en 'Me siento extraña'
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Rocío Dúrcal y Bárbara Rey en 'Me siento extraña'
Clara Alvarado es Rocío Durcal en 'Cristo y Rey'
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Con la muerte del dictador Francisco Franco y la supresión de la censura franquista, el cine del destape encontró su apogeo a finales de la década de los 70. Unos años en los que los personajes de las películas se pasearon ligeritos de ropa, presentándonos a figuras célebres en el género del despelote como Nadiuska, Ágata Lys o Bárbara Rey, y convenciendo a artistas consagradas como Rocío Dúrcal para que se desnudaran ante las cámaras. 

Precisamente, Marieta es una de las protagonistas inesperadas de la nueva serie de Atresplayer Cristo y Rey, que narra la relación tormentosa entre el domador Ángel Cristo y la artista Bárbara Rey. Una conexión producida después de que ambas actrices interpretaran a Laura y Marta en Me siento extraña (Enrique Martí Maqueda, 1977), que recogió escenas sexuales lésbicas muy explícitas.

El filme narra la historia de la pianista Laura (Dúrcal), quien abandona su hogar debido al maltrato que ejerce sobre ella su marido. Así conoce a la vedette Marta (Rey), con la que trabaja en la creación de un nuevo espectáculo y con la que pronto mantendrá un acercamiento que estará en boca de todos. Un filme adelantado a su tiempo que, sin embargo, sufrió el rechazo de la española más mexicana.

'Me siento extraña', película protagonizada por Bárbara Rey y Rocío Dúrcal
'Me siento extraña', película protagonizada por Bárbara Rey y Rocío Dúrcal
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La película de la que Marieta siempre renegó 

Durante la emisión del primer episodio de Cristo y Rey, los espectadores son testigos de la dramatización de la escena de sexo entre Marieta y Bárbara Rey en Me siento extraña. Aunque Rocío Dúrcal había aparecido previamente en más de una decena de títulos, entre los que encontramos Tengo 17 años (José María Forqué, 1964), Acompáñame (Luis César Amadori, 1966) o La novicia rebelde (Luis Lucia, 1972), la artista impactó apareciendo en una cinta de este calibre, tras presentarse inicialmente al público como una joven muy tradicional.

Un papel que aceptó en un momento en el que las deudas financieras ahogaban a su familia, pero al que siempre intentó restar relevancia en su trayectoria. De hecho, el propio director de Me siento extraña expandió un rumor malintencionado acerca de que Junior, el marido de la actriz, le había golpeado por su participación en el filme. Unas palabras sustentadas en que Marieta acudió al final del rodaje repleta de magulladuras, provocando que el equipo de maquillaje tuviera que tapar cada herida. Pero, Marieta siempre defendió que fue un accidente doméstico. 

Los graves daños que sufrió Durcal en la mandíbula, que incluso hicieron que se le saltaran varios dientes, provocaron que tuviera que ser doblada por María Antonia Rodríguez, la voz habitual de Michelle Pfeiffer, Julianne Moore y Kim Basinger en España, quien salvó los últimos diálogos.

Un runrún al que Bárbara Rey nunca quiso dar crédito, negando que el personaje de Laura y Dúrcal tuvieran ese nexo en común. "Marieta siempre fue una mujer hiperdiscreta y justo después de irse de este mundo es cuando han salido un montón de porquerías a la luz. Ella no iba contando por ahí nada y menos a él [Enrique Martí Maqueda]", revelaba en el pasado la intérprete a Europa Press. Aunque, Bárbara sí que señaló a Junior como la posible causa del rechazo de Marieta al título.

Una secuencia erótica que jamás fue improvisada

Aunque Rey disfrutó mucho del rodaje y siempre mantuvo una buena relación con Marieta, quien falleció en 2006, siempre incidió en que las dos sabían de qué trataría el filme, por lo que nunca terminó de entender la postura de su coprotagonista. Además, la vedette siempre ha afirmado que ambas eran conocedoras de las secuencias eróticas cuando firmaron el contrato, antes de que el rodaje tuviera lugar. 

"A mí me pagaron muy bien, pero creo que a ella mejor y se lo merecía, porque su trayectoria profesional era mucho más larga que la mía y había hecho más películas. Era maravillosa. Después, influenciada quizás por su marido, empezó a renegar de la película", explicaba recientemente Bárbara Rey en el programa El show de Bertín. 

A partir de entonces, Marieta no acudió a la presentación de Me siento extraña y comenzó a hablar mal de la película, dejando caer incluso que la escena de alta voltaje había sido incluida en el último momento. 

"Si haces un trabajo y es bueno, porque te pagan tantos millones, no puedes renegar de él. Te puedes callar porque no sea la película que más te agrade haber realizado, pero no despotricar contra de ella y decir que esa escena no estaba prevista y que se improvisó, porque no es cierto", añadía contundentemente Rey.

Ante la susodicha escena, rodada en una época en la que movimientos como el #MeToo aún siquiera se contemplaban y los abusos contra las actrices se habían normalizado, Rey y Dúrcal siempre fueron conscientes de lo delicada que iba a ser la secuencia. "Como había algún salidillo en el equipo, como suele haber en estos proyectos, tuvimos cuidado y hablamos mucho del día de la secuencia de sexo. Tenían que estar las personas justas, para que no hubiese gente aprovechándose de la situación, pero aun así alguno sí que se coló".  

Más de 45 años después de su estreno, Me siento extraña abandera la búsqueda incesante de libertad en el cine español, demostrando aún su impronta en la historia de nuestro país.

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