La década nefasta de Spielberg: ¿levantará cabeza el 'rey Midas de Hollywood'?

Las malas cifras de 'Los Fabelman'  se suman a la mala racha del antiguo rey de los blockbusters. 
Steven Spielberg
Steven Spielberg
Cinemanía
Steven Spielberg

Hoy en día, más de un crítico veterano se estará llevando las manos a la cabeza: Steven Spielberg, ese director al que hace unas décadas se acusaba de representar al Hollywood más comercial y salchichero, ha acabado convirtiéndose en un auteur con excelentes críticas cuyos filmes, sin embargo, rayan a lo bajo en las estadísticas de taquilla. 

¿Exageramos? En absoluto: Los Fabelman, el filme autobiográfico para el que Spielberg ha reunido a Seth Rogen, Michelle Williams y Paul Dano (mas un cameo de David Lynch) se ha llevado a los expertos de calle, con un 91% de aprobados en el agregador Rotten Tomatoes. Pero sus ingresos en EE UU (donde primero tuvo un lanzamiento limitado en Los Ángeles y Nueva York, llegando al grueso de las salas el 23 de noviembre) se han quedado en unos 7,4 millones de dólares. 

De esta manera, Los Fabelman podría quedar como uno de los mayores chascos comerciales de la carrera de su autor. Aunque Spielberg ya contase en sus años de gloria con filmes 'personales' que flojeaban en el aspecto financiero (Always, El imperio del sol y Amistad son los ejemplos más socorridos), esta tendencia se está volviendo cada vez más frecuente conforme nos adentramos en el siglo XXI. 

Puestos a fijar el arranque de esta cuesta abajo, podemos situarnos en 2011 con Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio. Aunque no fue una catástrofe financiera (recaudó 374 millones de dólares sobre un presupuesto de 135), la adaptación del personaje de Hergé tramada en comandita con Peter Jackson tuvo resultados bastante pobres en EE UU, lo que le negó la condición de blockbuster de pleno derecho. 

También en 2011, Spielberg lanzó War Horse, una película que ni reventó las taquillas ni lo pretendía. Eso sí, sus 177 millones en la taquilla internacional la convirtieron en el filme sobre la I Guerra Mundial con mejor resultado hasta el estreno de Wonder Woman seis años más tarde.

En 2012, el poder conjunto de Spielberg y Daniel Day-Lewis consiguieron que Lincoln amasara 275 millones (182 de ellos solo en EE UU) muy a pesar del tono solemne del filme y de aquel maldito chiste del loro. La cinta ganó dos Oscar, que habrían de sumarse al que habría ganar Mark Rylance al año siguiente con El puente de los espías. 

Aquel thriller ha quedado como una de las mejores entregas del Spielberg reciente, así como un ejemplo de esos filmes de formato mediano (40 millones de presupuesto, 165 en taquilla) que parecen condenados a la extinción en la era de las grandes franquicias. Una era de la cual, irónicamente, Spielberg fue pionero en los 80. 

Sin embargo, la siguiente colaboración entre Spielberg y Rylance supuso todo lo contrario. Ni el talento del actor inglés, convertido en monstruo motion capture, ni la historia original de Roald Dahl, ni el talento de la guionista Melissa Mathison (E. T.) lograron que Mi amigo el gigante levantara cabeza: con 195 millones de recaudación frente a 140 de presupuesto, la película fue considerada un fracaso.

Por supuesto, en esto terciaron las bizantinas condiciones del Hollywood actual, donde el presupuesto de rodaje de un filme puede ser poca cosa frente a sus gastos en promoción y marketing. Así las cosas, es normal que 'Steve' se reuniera con el fiel Tom Hanks (y con Meryl Streep) para Los archivos del Pentágono (2018) otro de esos filmes en los que una inversión modesta (50 millones) se ve amortizada a poco que el público ponga de su parte (casi 180 millones en taquilla).

Puede que Ready Player One (2018) ejemplifique mejor que ninguna otra película la paradoja en la que vive el Spielberg de hoy. Más allá de los reparos que puedan inspirar tanto el propio filme como la novela original de Ernest Cline, este recaudó 585 millones de dólares frente a un presupuesto de 175. ¿Un triunfo? Pues no tanto...

Un vistazo a los rankings de taquilla de 2018 revela que Ready Player One no tenía nada que hacer frente a leviatanes como Vengadores: Infinity War, Black Panther, Aquaman, Misión: Imposible - Fallout o (¡ironía gorda!) Jurassic World: El reino caído. Así pues, la cinta acabó el año en el puesto 12 del top internacional y en el puesto 23 del estadounidense.

De esta manera, Ready Player One demostró que una cinta con ambiciones de romper taquillas, pero sin el respaldo de un universo compartido, tiene poco que hacer, por mucho que la firme un director cuyo nombre ha sido sinónimo de éxito. El golpe más duro, sin embargo, llegó en 2021, y su nombre fue West Side Story. 

La nueva adaptación del musical de Leonard Bernstein firmada por Spielberg tuvo críticas, en general, excelentes, y se llevó siete nominaciones a los Oscar (Ariana DeBose se llevaría la estatuilla a actriz de reparto). Sin embargo, su recaudación fue de 76 millones de dólares frente a un presupuesto de 100. Lo que viene a ser un box office bomb en toda la regla. 

Los efectos de la pandemia de coronavirus, el poco gancho taquillero del género musical y un reparto compuesto en su mayoría por desconocidos (ni siquiera el protagonista Ansel Elgort -Baby Driver- era un imán para las ventas) fueron algunos de los motivos aducidos para este fracaso. A los cuales habría que sumar el enorme auge de las plataformas de streaming suscitado por el confinamiento. 

Tras este cataclismo, los resultados de The Fabelmans podrían confirmar que Spielberg ha perdido su corona de rey Midas. Dado lo cual cabe preguntarse qué ocurrirá con proyectos como The Kidnapping of Edgardo Mortara (el drama histórico sobre el antisemitismo con guion de Tony Kushner -Lincoln, West Side Story-) o, dentro de su lado más comercial, Blackhawk, adaptación del cómic bélico de DC.

Sin embargo, el cineasta no parece sentirse cómodo con el actual auge del cine de superhéroes, por mucho que Guardianes de la galaxia le chifle, y (aunque Los Fabelman vaya destinada al VOD) tampoco siente especial simpatía por esas plataformas que últimamente se lo comen todo. ¿Qué camino podría ser el mejor para él durante los años que le queden en activo?

Tal vez (solo tal vez) Steven Spielberg haría bien concentrándose en películas de formato reducido, protagonizadas por actores con los que tiene química (sí, nos referimos a Tom Hanks: ¿pasa algo?) y destinadas a ese público que aún entiende la importancia de su nombre. Porque no es culpa suya si el Hollywood de hoy no le merece.

¿Quieres estar a la última de todas las novedades de cine y series? Apúntate a nuestra newsletter.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento