Qué fue de Kim Novak: la estrella de 'Vértigo' que huyó de Hollywood y cumple 91 años

La rubia más radiante del Technicolor fue diagnosticada con trastorno bipolar años después de cambiar de vida.
Kim Novak
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El biógrafo de Alfred Hitchcock dice que, hoy día, el indiscutible maestro del suspense "estaría en la prisión por acoso sexual". Desde luego, además de por revolucionar el lenguaje del cine y rodar clásicos como Psicosis, La ventana indiscreta, Los pájaros o Rebecca, el británico ha pasado a la historia por ser uno de los directores más incorrectos que ha dado Hollywood.

Es de dominio público que Hitchcock estaba obsesionado con las mujeres. Sobre todo con las rubias, de quienes opinaba que eran "auténticas damas que saben transformarse en prostitutas a la hora de pasar al dormitorio". Una de sus víctimas fue Grace Kelly, la única actriz que ha rodado tres películas consecutivas con el director.

El enemigo de las rubias: de Grace Kelly a Kim Novak

Como albergaba esperanzas de conquistarla, Hitchcock se hundió cuando la mujer decidió abandonar el cine para casarse con Rainiero de Mónaco. Se empecinó en crear a una nueva Grace Kelly y puso sus ojos en Vera Miles, que firmó un contrato de cinco años por tres películas.

Hitchcock demandó un control absoluto sobre la apariencia de Miles, pero ella no era de las que se dejan modelar. Cuando el director se disponía a filmar con ella Vértigo (1958), la actriz se quedó embarazada y le dijo que no iba a hacerlo. Aquello le sentó como un tiro a su jefe, que se tomó el asunto como una afrenta personal y no se lo perdonó jamás.

"Como no la tenía en plató, lo paga con la pobre Kim Novak", explica Abe the Ape en su libro Alfred Hitchcock, el enemigo de las rubias (Lunwerg). "Años después confesaría que nada le llenaba de mayor gozo que ver a la Novak repetir una y otra vez la secuencia en la que cae en las gélidas aguas de San Francisco". Novak se convirtió en aquellos días en su nuevo objeto de deseo y tormentos varios, pero también ha pasado a la historia del cine gracias a ese largometraje.

Kim Novak, la nueva Marilyn Monroe

Nacida en Chicago en el seno de una familia humilde, Marilyn Pauline Novak era tan tímida de niña que solía esconderse detrás de las cortinas cuando sus padres recibían visitas. Según ha contado la propia actriz, algunos niños de su barrio se metían entonces con ella y, durante su adolescencia, fue violada "por varios chicos" en "el asiento trasero del coche de un desconocido".

Nunca le contó aquello a su madre, quien, con la esperanza de ayudarla a vencer su timidez, la apuntó a un club de chicas local, cuyo director la animó a ser modelo. Durante unas vacaciones de verano en la universidad, Novak viajó en tren hasta San Francisco para promocionar frigoríficos en las distintas paradas del trayecto. 

Mientras iba de viaje, una compañera modelo sugirió una escapada rápida a Hollywood para visitar un estudio de cine antes de regresar a casa. Fue entonces cuando RKO la invitó a hacer de extra en dos películas.

Su poderosa presencia captó la atención de gente como Harry Cohn. Tras una prueba de cámara, el jefe dictatorial de Columbia Pictures la fichó para su estudio. Como veía a los actores como meras mercancías reemplazables, Cohn pensó que aquella rubia explosiva podría competir con la Marilyn Monroe de la Fox. También le cambió el nombre por Kim y decidió alojarla en el Hollywood Studio Club para así poder vigilarla mejor.

Se dice que Cohn sufrió su primer infarto cuando empezaron a circular rumores de que la actriz salía con Sammy Davis Jr.. El matrimonio interracial estaba prohibido en el país y el ejecutivo le advirtió de que mantener un romance con un negro perjudicaría el negocio. "Se negaron a que me acercara a la casa de Sammy", comentó Novak. 

"Me encantaba su familia, eran maravillosos. Sammy ya había perdido un ojo en un accidente y Harry Cohn amenazó con sacarle el otro. Estoy segura de que habría conseguido que sus amigos gángsters lo hicieran. Cohn estaba definitivamente metido con la mafia", 

El ascenso vertiginoso de Kim Novak

La estadounidense tenía 21 años cuando interpretó su primer papel acreditado en Hollywood, en la película de cine negro La casa número 322 (1954). Después, Cohn logró convencer a Joshua Logan para que le diese el papel protagonista en el oscarizado —y en su día polémico— melodrama sureño Picnic (1956), donde Novak da vida a una joven que se enamora de un vagabundo interpretado por William Holden.

Con Vértigo, la actriz pudo interpretar los dos papeles que definirían su carrera en Hollywood: el de la gélida mujer fatal Madeleine, y el de la dependienta Judy. En el filme, un detective retirado (al que encarna James Stewart) se enamora de forma obsesiva de Madeleine e intenta convertir a Judy en ella. 

Abe the Ape explica en su libro que, durante la famosa secuencia en la que Judy sale del baño convertida en Madeleine (enfundada en su traje gris), la actriz llegó a producirle una erección a Hitchcock "pues, en sus códigos, la protagonista estaba desnuda y dispuesta a ofrecerse al personaje masculino".

Gracias a su convincente interpretación, Novak le dio un guantazo a todos los que en esa época la tachaban de mala actriz. "Kim nació para el color en las películas de los 50, para ese tipo de iluminación y diseño de producción y puesta en escena", dijo en una ocasión Martin Scorsese. "Y tenía una presencia muy poderosa. Parecía terrenal y etérea, ordinaria y extraordinaria, todo al mismo tiempo, y era desgarradoramente vulnerable".

Siendo la actriz más taquillera del momento, Novak rechazó Desayuno con diamantes (1961), El buscavidas (1961) y la inacabada película que Marilyn Monroe iba a rodar cuando murió, Something's Got to Give. En 1966, tras un matrimonio que duró menos de un año —con el actor inglés Richard Johnson, al que había conocido en el rodaje de The Amorous Adventures of Moll Flanders (1965)—, Novak estaba ya harta de Hollywood.

Para entonces llevaba décadas luchando contra la depresión y no terminaba de verse en los papeles de chica ligera de ropas que le ofrecían. "Quería que me apreciaran por lo que era como persona y por lo que tenía que ofrecer", confesó al respecto. "Sabía que era una buena artista y quería expresar mis sentimientos, no los del guionista ni los del director. Quería expresarme a mí misma. Quería interpretar el papel de alguien con una enfermedad mental. Creo que podría haber hecho un buen trabajo, porque conocía esos sentimientos".

Kim Novak: en busca de la felicidad

La actriz vivía en el Big Sur, California, cuando un incendio arrasó todos los objetos de valor que tenía en su casa. Después vino el alud de barro que la llevó a hacer las maletas y poner rumbo a la costa pacífica de Oregón. Allí conocería al doctor Bob Malloy, con el que se casó en 1976. Desde entonces, pasó a dedicar su tiempo a estar en su rancho, ayudar a su marido en su trabajo, escribir poesía y disfrutar de la naturaleza.

En alguna entrevista, Novak ha reconocido que nunca quiso tener hijos ("Los animales son mis hijos", decía). Pese a que tampoco echaba de menos la actuación, aceptó tirarse de los pelos con Angela Channing en la serie Falcon Crest, y en 1991 rodó Pasiones prohibidas, de Mike Figgis. Según dijo luego, quedó tan poco satisfecha con la experiencia que ahí decidió que ya no volvería a pisar un plató de rodaje.

Años después de retirarse definitivamente del cine, Novak fue diagnosticada de trastorno bipolar. "Cuando descubrí que era bipolar, pensé: 'Bueno, sí, eso tiene sentido'”, señaló. “Así pude entender muchos de mis comportamientos. No es algo tan terrible si sabes cómo manejarlo". A raíz del diagnóstico, empezó a hablar públicamente de la necesidad de visibilizar y actuar contra la espiral de silencio que envuelve esta enfermedad mental. Una dolencia que, en su caso, se trata con fármacos antipsicóticos.

Su idilio con el dibujo y la pintura ha tenido un efecto muy positivo en su bipolaridad. Según la propia actriz, también ha sido un salvavidas tras la muerte de Malloy, fallecido en 2020. Pero además de servirle como terapia, el arte le ha brindado una nueva salida profesional a Novak, que en 2018 exhibió públicamente algunas de sus obras en el Butler Institute of American Art, en Youngstown (Ohio).

Kim Novak, siempre bella

Hace años, Novak rechazó un millón de libras por escribir su autobiografía. Sin embargo, en 2021 aceptó publicar de la mano del Butler Institute of American Art el libro Kim Novak: Her Life and Art, donde muestra retratos de sus padres y de los muchos animales a los que ha ayudado y acogido, y pinturas inspiradas tanto en Vértigo como en el movimiento #MeToo.

A sus 91 años, Novak sigue luciendo un aspecto estupendo. Aunque en 2014, su apariencia física fue ridiculizada por Donald Trump, quien, tras verla presentando un premio en la ceremonia de los Oscar, tuiteó que alguien debería perseguir judicialmente a su cirujano. La actriz se defendió con un "tengo derecho a sentirme bella siempre que crea conveniente".

Después, Novak admitió que se había inyectado su propia grasa en las mejillas para aumentar la confianza en sí misma, decisión de la que rápidamente se arrepintió. Las burlas por aquel comentario malintencionado del expresidente la empujaron a hacer campaña contra el acoso escolar pero, sobre todo, le recordaron por qué había huido de la meca del cine.

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