Los 54 años de Jorge Sanz: la domesticación del galán que fue el seductor favorito del cine español

El que fue uno de los actores españoles más deseados durante su juventud ha acabado por sentar la cabeza tras una carrera llena de éxitos y una fama que empezaba a decaer.
El actor Jorge Sanz en la presentación de 'Padre No Hay Mas Que Uno 3'.
El actor Jorge Sanz en la presentación de 'Padre No Hay Mas Que Uno 3'.
GETTY IMAGES
El actor Jorge Sanz en la presentación de 'Padre No Hay Mas Que Uno 3'.

“Yo era un hombre objeto, ahora soy un objeto abandonado", soltaba Jorge Sanz en una secuencia de ¿Qué fue de Jorge Sanz? (2010), la serie donde, mezclando ficción con realidad, el cineasta David Trueba le puso a dar vida a un actor en horas bajas y con graves problemas económicos. 

Aquel proyecto puso sobre la mesa los claroscuros de la fama y la capacidad para reírse de sí mismo de Sanz, que hoy parece reivindicar su hueco en el siempre complicado mundo del show business.

Las películas que llevaron a Jorge Sanz al estrellato

La biografía del madrileño presenta a un hombre que fue niño prodigio. Cuando apenas levantaba unos palmos del suelo, Antonio Mercero lo escogió para interpretar el papel de Tito en la serie Verano azul, pero sus padres no le dejaron trabajar en este proyecto, principalmente, porque el rodaje duraba dos años. En cambio, sí le permitieron participar en La miel (1979), de Pedro Masó, y encarnar al Schwarzenegger crío en Conan, el bárbaro (1982).

"Como Schwarzenegger tenía los ojos azules, me pusieron las primeras lentillas de color que llegaron a España, que eran unos pedazo de medios huevos y no había manera de llorar con esas lentillas. Yo me cargué la película”, confesó luego Sanz sobre una producción que costó cerca de 19 millones de euros y se rodó en varias localidades españolas.

Jorge Sanz en 'Conan, el bárbaro'
Jorge Sanz en 'Conan, el bárbaro'
Cinemanía

Ya en su etapa adulta, el actor triunfó como galán pícaro del cine español y llegó a ser visto como un hombre objeto de deseo gracias a títulos como El año de las luces (1987), de Fernando Trueba, donde su personaje se enamoraba perdidamente del que interpretaba Maribel Verdú, que en esta cinta dio uno de sus primeros besos (tanto delante como detrás de la cámara).

Amantes (1991), de Vicente Aranda, y Belle époque (1992), de Fernando Trueba, dispararon la popularidad de un actor que llegaría a creerse el rey del mambo. “Yo iba al colegio con mi propio coche a los 16”, ha contado Sanz en una entrevista reciente en El País.

Maribel Verdú y Jorge Sanz en 'Belle époque'
Maribel Verdú y Jorge Sanz en 'Belle époque'
Cinemanía

“A los 19, tenía un ático en la calle Hortaleza y era el puto amo del mundo, un gallito arrogante e intratable. Un cretino", confiesa. "He vivido siempre como un duque. Hasta cuando llegaba de estar rodando tres meses en Cuba a todo trapo y mi padre, coronel de caballería, me encerraba en su cuartel para que volviera a encarrilarme. Lo que él no sabía es que, en el cuartel, el hijo del coronel también vive como un duque”.

Entre los ochenta y noventa, Sanz ganó un Goya y estuvo nominado a otros cinco. Hasta estuvo a punto de protagonizar Carne trémula (1997), de Pedro Almodóvar. Pero el manchego le dio pasaporte cuando apenas llevaban unos días de rodaje y acabó sustituyéndole por Liberto Rabal. “Me despidió porque yo era un gallito arrogante”, dijo el actor al respecto. "A la semana ya me había puesto de patitas en la calle, pero me pagó la película entera y con eso pagué la casa de mis padres”.

Cuando Jorge Sanz decidió dedicarse a sus hijos

Después de aparecer en La niña de tus ojos (1998) su fama empezó a decaer, y llegó un momento en el que ya no podía elegir los proyectos en los que participaba. Aunque era reacio a hacer teatro (según él “porque tenía la técnica hecha para la cámara”), en 2003 aceptó debutar sobre las tablas con Arsénico por compasión, dirigida por Gonzalo Suárez, donde Sanz encarnaba el papel que Cary Grant interpretó fantásticamente en la versión cinematográfica.

Varios proyectos teatrales después, el actor pasó de entregarse constantemente al hedonismo y las juergas a cuidarse un poco más (en 2014 sufrió un infarto) y velar por el bienestar y la estabilidad de su familia. Eso que muchos llaman sentar la cabeza. “Yo tengo un hijo cada 12 años, es una costumbre muy arraigada”, contó en 2022.

“Con la primera, fui un gilipollas, reaccioné tarde con la madre y me perdí sus primeros 18 años. El segundo fue un regalo de la vida. Me reencontré con Paloma Gómez, mi compañera en Valentina, que rodamos cuando éramos unos críos, yo tenía muchísimas ganas de tener un hijo, y aquello fue mágico. Por eso le pusimos Merlín". El niño nació con fibrosis quística. Luego, murió Paloma a los 46 años, lo que supuso un duro revés para su familia.

Paloma Gómez y Jorge Sanz en 'Valentina'
Paloma Gómez y Jorge Sanz en 'Valentina'
Cinemanía

"La vida volvió a ponerme en mi sitio", opinó al respecto Sanz, que hace ya varios lustros cambió el bullicio del centro de la capital española por la tranquilidad de la Sierra de Guadarrama, donde hoy reside con sus hijos y sus perros. Sin excesivos lujos (en 2021 participó en el programa Ven a cenar conmigo: Gourmet Edition porque aseguraba tener problemas económicos), pero tranquilo y feliz por poder seguir viviendo de su verdadera vocación.

Ahora acaba de rodar con su buen amigo Antonio Resines una serie —Serrines, madera de actor— que se estrenará dentro de unos meses en Prime Video, y por lo visto sigue recibiendo ofertas para teatro y cine. "Tengo la casa pagada y no tengo prisa", ha asegurado. "Puedo vivir con muy poco. Es una de las cosas que sí nos ha enseñado la pandemia. Hay cosas que son sustituibles y muy pocas cosas imprescindibles”.

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