Las relaciones sentimentales entre estrellas de Hollywood (y en España) han estado presentes durante todas las décadas desde el inicio del cine, y en los principios de los 90 fueron Johnny Depp y Winona Ryder quienes ocuparon ese papel. Los dos actores estuvieron juntos durante cuatro años, desde 1989 hasta 1993, en una relación que dio la vuelta al mundo.
Eduardo Manostijeras (la segunda película de Tim Burton que menos ha recaudado en España, según el Ministerio de Cultura) fue la única cinta en la que ambos han coincidido, aunque no fue durante el rodaje cuando se conocieron, ya que su primer encuentro se produjo con anterioridad, aunque sí fue a raíz del rodaje de la cinta cuando comenzaron el noviazgo.
Así fue primer encuentro
La primera vez que Johnny Depp y Winona Ryder se vieron en persona fue en la premiere de Gran bola de fuego, el 26 de junio de 1989, en el Teatro Ziegfeld de Nueva York. Mientras que la actriz de Minnesota sí que participaba en la cinta dirigida por Jim McBride, el actor tan solo estaba invitado. Pero fue ahí donde se conocieron.
Inmediatamente después de encontrarse en el estreno del biopic sobre Jerry Lee Lewis, tanto Johnny Depp como Winona Ryder iniciaron el rodaje de Eduardo Manostijeras, la segunda colaboración de la actriz con Tim Burton (en 1988 hizo Beetlejuice, de la que ya se está rodando la secuela) y la primera de Depp. En el rodaje surgió el amor, cuando ella tenía 18 años y él 26.
Un final muy doloroso
Johnny Depp (Eduardo) y Winona Ryder (Kim Boggs) traspasaron su amor a la pantalla y la película se convirtió en un éxito, recaudando más de 56 millones de euros en todo el mundo. Todo parecía sonreír a ambos actores, que se comprometieron solo cinco meses de iniciar su noviazgo, aunque el final de la relación supuso un gran varapalo para Winona, tal y como afirmó la propia actriz en Harper's Bazaar el año pasado.
En la entrevista, Ryder confiesa que se sintió "como en Inocencia interrumpida", en referencia a los problemas de salud mental que padeció tras finalizar la relación en 1993. La de Winona County también hizo otro símil con una película en relación con su situación emocional: veía los "falsos moratones y cortes" en su cara (por el maquillaje) durante el rodaje de La casa de los espíritus, adaptación de la novela de Isabel Allende, y se decía que "se estaba haciendo eso en el interior".
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