Viendo la película Terminator 2 (1991) fue como Jake Lloyd tuvo claro que quería meter la cabeza en el mundo del cine. Con apenas siete años, tras aparecer en varios episodios de la serie Urgencias, el estadounidense fue contratado para rodar Un padre en apuros (1996), aquella comedia de tono familiar en la que Arnold Schwarzenegger daba vida a un padre dispuesto a todo por encontrar el regalo de Navidad de su hijo.
Pero la gran oportunidad le llegó a Lloyd algo después, concretamente a los nueve años, con un papel en Star Wars - Episodio 1: La amenaza fantasma (1999), de George Lucas. Tras imponerse en un casting a otros tres mil niños, pudo encarnar a Anakin Skywalker, esclavo del remoto planeta de Tatooine a quien se encuentra por casualidad el maestro Jedi Qui Gon Jinn (interpretado aquí por Liam Neeson).
Estrellato, burlas y acoso
Esa película tan esperada por los fans de la saga de las galaxias convirtió rápidamente a Lloyd en uno de los actores jóvenes más populares de Hollywood. Aunque su interpretación, descrita por muchos como inexpresiva, también fue objeto de crueles mofas y burlas: algunos le pusieron el apodo de Maniquí Skywalker, y el realizador Ron Howard, que también fue estrella infantil, salió en su defensa a través de una carta publicada en Newsweek.
Y por si fuera poco, Lloyd sufrió acoso escolar. “Otros niños fueron muy malos conmigo. Imitaban el sonido del sable de luz cada vez que me veían. Era una locura total", confesó a BlackBook el actor, que en 2001 tomó la decisión de alejarse de la actuación al considerar que la película que le había lanzado al estrellato también se había convertido en la peor de sus pesadillas.
Después de abandonar Hollywood, Lloyd se matriculó en el Columbia College de Chicago para estudiar cine y vídeo. Al mismo tiempo, aceptó realizar algunas apariciones públicas en festivales de ciencia ficción y cómic. Podría decirse que llevó una vida relativamente tranquila hasta que un día de 2015 la policía se presentó en la casa de su madre, Lisa, por una denuncia de agresión.
Su progenitora reveló a los agentes que Lloyd había empezado a gritarle diciéndole que había arruinado su vida y después la tiró al suelo. También les dijo que la antigua estrella infantil no era una persona violenta, aunque sí había sido diagnosticada de esquizofrenia y ese día no había tomado su medicación. Lisa se negó a presentar cargos contra su hijo, que al parecer tenía 19 años cuando empezó a mostrar signos de su enfermedad mental.
Más problemas con la policía
Tan solo unas semanas después de aquel episodio, Lloyd se vio involucrado en una persecución policial en Carolina del Sur. Según el informe de arresto, el de Colorado se saltó un semáforo en rojo y acto seguido huyó a toda velocidad de los policías que intentaban detenerle. Finalmente, perdió el control del vehículo, se salió de la carretera y se adentró en una zona boscosa poco antes de terminar estampándose contra una valla.
Tras ser detenido, Lloyd fue acusado de resistencia a la autoridad, conducción sin carné y conducción temeraria. Como consecuencia, pasó diez meses entre rejas en el centro de detención del condado de Colleton, en Carolina del Sur. Después fue trasladado a un centro psiquiátrico donde recibió ayuda profesional.
En verano de 2018, el joven sufrió otro duro golpe con la muerte de su hermana menor, Madison, que interpretó a una pequeña humana de Naboo en la escena del desfile de La amenaza fantasma y falleció de forma repentina, mientras dormía, a la edad de 26 años.
Estrellas infantiles traumatizadas
En realidad, Lloyd no es el único niño-actor que ha acabado metido en líos o con problemas de salud mental. Mara Wilson, que protagonizó Matilda (1996) y se retiró de la actuación a los 12 años, también ha reconocido que resulta muy difícil ser estrella infantil sin sufrir daños.
"Muchas estrellas infantiles sienten que nunca superarán lo que hicieron de niños, que su personaje se ha apoderado de su vida”, escribió al respecto. “Puede que Jake Lloyd fuera melodramático cuando dijo que La amenaza fantasma arruinó su vida, pero es un poco asqueroso que años después se le siga viendo como un chiste".
El actor de 35 años lleva ya varias primaveras alejado de la vida pública. Sin embargo, su familia accedió en 2020 a compartir con sus seguidores cierta información sobre su estado de salud. “Jake ha sido diagnosticado de esquizofrenia paranoide, pero por desgracia también sufre anosognosia, que le impide reconocer su enfermedad”, explicó su madre a Geek News Now.
“Se ha trasladado más cerca de su familia y todos estamos trabajando duro para ayudarle. Sigue siendo una persona amable y cariñosa, y esperamos que vuelva a ser divertido y entretenido lo antes posible. Jake seguirá progresando con el amor y el apoyo que seguís mostrando hacia él", concluía.
En las últimas semanas, la información surgida en torno a Lloyd ha revelado que el actor continúa ingresado después de 18 meses, pero el parte es favorable. "Sé está relacionando mejor con la gente y se está volviendo un poco más sociable, lo cual es realmente bueno. Es como recuperar al viejo Jake, porque siempre había sido sociable hasta que le diagnosticaron esquizofrenia", ha señalado su madre en una nueva entrevista para Scripps News.
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