'Indiana Jones 5': ¿Qué hay de verdad en la relación de los nazis con la llegada a la luna?

'El dial del destino' elabora una inquietante relectura del alunizaje de Neil Armstrong.
Mads Mikkelsen es el villano de 'El dial del destino'
Mads Mikkelsen es el villano de 'El dial del destino'
Disney
Mads Mikkelsen es el villano de 'El dial del destino'

“Nazis, los odio”. Tal era la reacción de Indiana Jones cuando descubría que el ejército de Hitler estaba detrás del Santo Grial, al igual que él y su padre, en La última cruzada. De cara a El reino de la calavera de cristal nuestro admirado arqueólogo podía librarse de volver a enfrentarse al Tercer Reich lidiando a cambio con la Unión Soviética que representaba Cate Blanchett, pero no ha corrido tanta suerte en Indiana Jones y el dial del destino. De algún modo, como Palpatine, los nazis han vuelto.

De hecho se han infiltrado en la NASA, y liderados por Jürgen Voller (Mads Mikkelsen) han jugado un papel fundamental en la llegada del hombre a la luna que contextualiza la historia de El dial del destino. Sin ánimo de spoilear cuál es el objetivo de los nazis regresados (baste decir que la ambición de Voller va mucho más allá del viaje espacial, queriendo aprovechar el apoyo de Estados Unidos para buscar una reliquia del pasado), la presencia de estos personajes en la película es de lo más inquietante, y conduce a que nos preguntemos si se basa en hechos reales. ¿Tuvieron algo que ver con la misión de Neil Armstrong?

La respuesta es sí. A James Mangold no le costó imaginar a científicos nazis infiltrados como si tal cosa en EE.UU. luego de su derrota en la Segunda Guerra Mundial porque, en fin, esto pasó de verdad y está documentado. Hablemos de la Operación Paperclip.

Repartiéndose los despojos

Una vez el desenlace de la Segunda Guerra Mundial era intuido tanto por los Aliados como por el Eje, en la primera facción se preguntaron qué hacer con los vencidos. Ya entonces se dibujaban las líneas de enemistad entre las potencias aliadas, EE.UU. frente a la Unión Soviética, y se preveía que ambas iban a disputarse la hegemonía a lo largo de los años siguientes, durante la Guerra Fría. Con un nuevo conflicto en ciernes, el ejército estadounidense registró dos posturas distintas en sus filas.

Por un lado había quien pensaba que su deber era recoger pruebas de los campos de concentración para procesar a los oficiales nazis por sus crímenes contra la humanidad, y por otro había quien se planteaba si esto no sería un desperdicio: si no sería mejor utilizar a estos oficiales nazis, garantes de un dominio tecnológico y científico muy preciado, en las guerras que estaban por venir. El mismo ejército soviético se lo planteó, iniciándose una suerte de reparto de prisioneros con la intención de que su talento siguiera siendo aprovechado.

Se fundó la Joint Intelligence Objectives Agency, cuyo director Bosquet Web declaró más tarde: “El ejército se preocupaba por tonterías como los expedientes de los nazis en lugar de priorizar el interés de EE.UU.”. La JIOA tuvo que actuar originalmente de espaldas al presidente Roosevelt, que rechazaba la idea de repatriar a los nazis. Fue este organismo el que impulsó la Operación Paperclip que tan fundamental se reveló para el guion que reescribió James Mangold de cara a El dial del destino.

Los nazis buscan la Anticitera en 'Indiana Jones 5'
Los nazis buscan la Anticitera en 'Indiana Jones 5'
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La Operación Paperclip se ocupó del traslado a EE.UU. de 15.000 nazis, muchos de ellos de ideología convencida por la doctrina de Hitler. Pudo llevarse a cabo gracias a una lista de científicos alemanes y austríacos propuesta por E.W. Gruhn y completada por Werner Osernberg, que había militado en la sección científica de la Gestapo. La Operación Paperclip tuvo que llevarse a cabo a espaldas de Roosevelt, aunque no encontraría el mismo rechazo en los presidentes que le seguirían.

A Roosevelt le sucedió Dwight D. Eisenhower, veterano de guerra. Sin mostrar un rechazo tan furibundo a las actividades de la JIOA, puede que en cierto punto sí llegara a inquietarle, como dejó claro en su famoso discurso de despedida de mandato en 1961. Fue ahí, en una retransmisión televisiva, cuando Eisenhower habló de su preocupación por “el complejo militar-industrial”, que tan básico apunta a ser para el pensamiento conspiranoico pero que evidenciaba una verdad subterránea: la libertad con la que puede actuar el ejército (y la industria armamentística) en detrimento del gobierno democráticamente elegido.

De hecho, frente a las actividades de la JIOA y la presencia de nazis en instancias estatales la opinión pública no se indignó en ningún punto. Fundamentalmente por la desinformación: en 1946 se había presentado una delegación de “sabios alemanes” que contribuirían al poderío militar y científico de EE.UU. en el mundo (y en particular a hacer frente a los avances de la Unión Soviética). La cobertura se cuidó de no informar de cuáles eran sus antecedentes, pues la versión oficial era que EE.UU. no estaba alojando a ningún sospechoso de crímenes de guerra.

Armstrong llegó a la luna con una pequeña ayuda
Armstrong llegó a la luna con una pequeña ayuda
Cinemanía

De Von Braun a Mads Mikkelsen

Entre los científicos alemanes repatriados destaca Wernher Von Braun. Durante el gobierno de Hitler había sido puesto al frente del programa espacial del Tercer Reich, pasando ocasionalmente por puestos de poder en campos de concentración como el de Dora, y mostrando entonces bastante desidia con respecto a la actividad bélica del Führer. Antes que en la expansión del nazismo, a Von Braun le interesaban los progresos científicos en el viaje espacial, de forma que no temió cambiar de chaqueta llegado el momento. “Mi país ha perdido dos guerras mundiales y esta vez quiero estar del lado de los ganadores”, dijo.

Von Braun formó parte de la lista de JIOA y en 1946 ya estaba en EE.UU., trabajando en un programa de fabricación de cohetes que trataba de darle continuidad a sus invenciones puestas al servicio del Tercer Reich: esto es, los misiles V2. Los comienzos fueron algo complicados, pues al poco de empezar uno de los misiles de Fort Bliss fue a parar accidentalmente en la frontera de México, a pocos kilómetros de Ciudad Juárez, y Washington tuvo que dar explicaciones.

Eso no impidió que Von Braun trabajara con toda tranquilidad. Como ocurría con otros oficiales, en el ejército de EE.UU. había dudas sobre su lealtad, pero nunca fueron vigilados seriamente (ni sus actividades fueron monitorizadas fuera del país). Von Braun pudo ir escalando puestos, hasta amasar una gran cantidad de poder en la NASA y en el programa espacial junto a Arthur Rudolph, otro nazi “converso”.

Wernher von Braun
Wernher von Braun

Así que la responsabilidad nazi en la llegada del hombre a la luna está más que probada: Mangold solo ha cambiado a Von Braun por el personaje de Mikkelsen, y se le ha ocurrido que estos avances vayan encaminados a encontrar la Anticitera para sus propios fines. Tanto Von Braun como Rudolph desempeñaron un papel principal en el alunizaje de Neil Armstrong en 1969, sin que nadie se inquietara particularmente. Su presencia al frente del organismo (que ratificaron tanto el presidente Truman como Kennedy) solo se topó con problemas a principios de los años 70, cuando el viaje espacial perdió prioridad y apoyos.

Se sucedieron las restricciones presupuestarias, y además hubo un renovado interés por el pasado de los oficiales. A Von Braun le obligaron a testificar entonces en Alemania Occidental por su participación en el campo de concentración de Dora (optando posteriormente por apartarse de la vida pública), del mismo modo que resurgieron acusaciones contra Rudolph y este tuvo que exiliarse a Hamburgo. Ninguno de ellos llegó a pagar por sus crímenes. 

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