Muchos espectadores de 'Barbie' no iban al cine desde antes de la pandemia

La película de Greta Gerwig ha hecho algo más que ganar una millonada en taquilla.
Ryan Gosling y Margot Robbie en 'Barbie'
Ryan Gosling y Margot Robbie en 'Barbie'
Warner
Ryan Gosling y Margot Robbie en 'Barbie'

Barbie ha superado los 1.000 millones de dólares en tiempo récord: apenas 16 días donde la película de Greta Gerwig coincidió en carteleras con Oppenheimer (contagiándole parte de la afluencia de público) y disfrutó de todo un desfile de entusiastas espectadores vestidos de rosa. No hablamos, pues, solo de un taquillazo: también de un fenómeno social como hacía tiempo que no veíamos, y que ha devuelto la esperanza a Hollywood en un año bastante fatídico para sus grandes blockbusters.

La escasa rentabilidad del cine de superhéroes o la nueva entrega de X franquicia (un modelo del que se apartan tanto Oppenheimer como Barbie) golpea a una industria que nunca ha terminado de recuperarse desde que la crisis del coronavirus casi arruinara el negocio de la exhibición. En ese sentido resulta aún más halagüeño un estudio que ha hecho The Quorum en EE.UU., preguntándose por los hábitos de los múltiples espectadores de Barbie. The Quorum, tras una encuesta, se ha topado con el hallazgo de que muchas de las personas que han ido a ver Barbie en su país de origen no iban al cine desde antes de la pandemia.

Esto es, que Barbie les ha animado lo suficiente como para que salgan de casa. El 11% de las personas encuestadas afirman que desde que estalló la crisis del coronavirus no se habían animado a volver a las salas, y otro 11% ni siquiera recordaba la última vez que fue al cine. Esto nos deja en un 22%, o algo menos, que vendría a ser una cuarta parte del público escrutado. Un número muy reseñable de espectadores que han quedado tan cautivados con el fenómeno Barbie como para cambiar su rutina.

Este estudio, extendido a 1.800 estadounidenses, también indagaba en la frecuencia con la que iban al cine. El 46% dijo “todo el tiempo” y el 32% “de vez en cuando”. “No recuerdo la última película que vi en el cine” fue una respuesta común al otro 22%. Uniendo estos porcentajes con la holgada taquilla de Barbie en el mercado doméstico podríamos estar hablando de 10 millones de estadounidenses volviendo al cine. Y aún hay más: gracias a Barbie el 40% dice que esto les ha recordado cuánto les gusta la experiencia, y ahora piensan ir más a menudo.

Un 46%, en cambio, dice que el precio quizá le disuada, y un 15% atribuye a Barbie la “única vez” que tienen pensado ir al cine por ahora. Un 40%, por último, también asegura que si se topa con más películas como Barbie en la cartelera (que hayan despertado un fenómeno tan entusiasta y divertido, se entiende) volverá sin duda al cine. Algo que llamaría al optimismo, si no fuera porque Hollywood ahora mismo no se encuentra en situación de satisfacer estos deseos.

La huelga de guionistas y actores ha dejado la industria paralizada, llevando al continuo aplazamiento de estrenos y dándose la tesitura de que, una vez pasado el verano, no se divisen películas con potencial de atraer en masa al público. En octubre solo tenemos algo como la nueva entrega de El exorcista (Killers of the Flower Moon de Martin Scorsese tendrá un estreno limitado antes de pasar a Apple TV+), mientras que en noviembre está prevista Dune: Parte 2 pero todo apunta a que la huelga acabará convenciendo a Warner de retrasar el estreno. 

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