El Festival de Cortometrajes AdN cumple 20 ediciones con Rodrigo Sorogoyen e Isabel Peña como invitados de honor

La gala que reúne al talento cinematográfico de los próximos años contó con los autores de 'As bestas' como maestros de ceremonias.
Rodrigo Sorogoyen e Isabel Peña, premio de honor en el Festival de Cortometrajes Universitarios AdN
Rodrigo Sorogoyen e Isabel Peña, premio de honor en el Festival de Cortometrajes Universitarios AdN
Cinemanía
Rodrigo Sorogoyen e Isabel Peña, premio de honor en el Festival de Cortometrajes Universitarios AdN

No todos los días se cumplen 20 ediciones, y menos cuando eres el festival de cortometrajes universitario más longevo del país. Es el caso del AdN, el festival de Cortometrajes Universitarios que la Universidad de Nebrija lleva celebrando desde hace dos décadas y que anoche vivió en los cines Callao una de sus galas más memorables.

Así pues, la gala arrancó con un espectacular número musical al ritmo de Britney Spears y su Gimme More para demostrar que todos los ojos estaban puestos allí y no en la gala de Eurovisión. Tras unas bromas alumno vs alumni de los presentadores y el emotivo discurso del rector José Muñiz tras entrar con la sinfonía de The Doors, llegó el turno para que dos grandes cineastas dieran el pistoletazo de salida definitivo a la gala.

Se trataba nada menos que de Isabel Peña y Rodrigo Sorogoyen, guionista y director responsables de algunas de las mejores obras españolas de ficción de los últimos años, la última de ellas la multipremiada As bestas. En una gala en la que se reivindicaba la importancia del trabajo en equipo para sacar adelante incluso los proyectos más pequeños, subieron al escenario dos maestros de ceremonias que saben bien lo que es eso. Peña y Sorogoyen llevan trabajando desde que eran estudiantes, tal y como ilustraba un pequeño vídeo-homenaje preparado por los estudiantes y que contaba con la participación de algunos de los actores o productores que los han acompañado desde 2014 con Stockholm así como otros cineastas a los que este dúo les ha servido de gran inspiración.

Los responsables de Que dios nos perdone, El reino o Antitidisturbios no fueron los únicos premiados honoríficos. El ya clásico programa de RTVE Cine de Barrio se llevó el Premio Social de esta edición por su encomiable labor después de tantos años en la difusión y divulgación de nuestro cine, con vídeo de su presentadora Alaska incluido. Tras una antesala de tal magnitud, era momento de pasar a lo más importante, los cortometrajes finalistas que habían presentado los alumnos.

La amistad, la soledad, el aprender a madurar y sobre todo la música fueron algunos de los temas más recurrentes entre los doce cortos finalistas. La influencia de otras disciplinas como el videoclip y un lenguaje mucho más moderno y abierto a las tecnologías se hacían palpables en unos trabajos que rezumaban autenticidad y pasión. Había de todo tipo; documentales emotivos como Desde 1936, propuestas con una estética muy marcada como Huevos fritos o Spirax, o como ya hemos dicho obras muy influenciadas por la música como Entre cuerdas, Psycho Killer o The morning sons.

Tras anunciar los ganadores a mejor corto iberoamericano, pues en esta edición la Universidad de Nebrija ha contado con México como país invitado, era momento de anunciar los ganadores. Los premios a mejor sonido y posteriormente a mejor dirección artística recayeron sobre El T.F.G., un trabajo que precisamente ponía en valor la importancia del arte pero también de la amistad y amor forjada en el proceso. El premio a mejor montaje y posproducción fue a parar a Morreo, probablemente el corto más gracioso y desenfadado en un montaje musical sobre el encuentro amoroso de dos jóvenes al ritmo de la canción homónima de Ojete Calor. Asimismo, Spirax logró el premio a mejor fotografía.

Se acercaba la recta final y con ella los premios gordos del festival. Los premios a mejor guion primero y a mejor interpretación después fueron a parar a Mutis, sin duda uno de los más aplaudidos en su ingenioso y cómico alegato de una actriz que huye de su función y comienza a ser perseguida por los medios de comunicación. El premio a mejor dirección fue para Natalia Salvatierra por I´m tired, el drama de una joven acompañado de la música de Labrinth con claros ecos de Euphoria. El premio del público fue para Pues no, el relato de dos jóvenes en un banco posfiesta de despedida de soltera, mientras que el gran galardón se lo llevó Gazpachuelo, la historia de una joven intentando preparar el famoso plato malagueño con catastróficas consecuencias. En conclusión, una gala llena de pasión y desparpajo de la que no sabemos si saldrán los próximos Peña y Sorogoyen, pero desde luego pone de manifiesto que hay talento por explotar.

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