Tras una década de lo más prolífica, Michael Fassbender dejó de prodigarse en pantalla después de ponerse el casco de Magneto en 2019 para la fallida X-Men: Fénix Oscura. Sin embargo, en 2023 regresa por partida doble, primero a las órdenes de David Fincher en El asesino y después con Taika Waititi en El peor equipo del mundo.
El thriller psicológico de Fincher para Netflix pasó por el Festival de Venecia antes de aterrizar en el Zinemaldi donostiarra como la película sorpresa. Fassbender se mete en la piel de un asesino nacido de la novela gráfica de Alexis Nolent y Luc Jacamon, quien, tras un fatídico accidente, debe enfrentase a sus jefes y a sí mismo en una persecución internacional.
Acompañan al actor Charles Parnell (Top Gun: Maverick), Arliss Howard (Mank), Sophie Charlotte y Tilda Swinton (Asteroid City). El asesino se estrenará el 10 de noviembre en Netflix.
'El asesino': crítica de la película
La gran mayoría de cineastas está ligado a un género que prevalece en su filmografía, ese espacio de creación cinematográfico en el que más cómodo se siente o que le permite explorar su mirada. En el caso de David Fincher, ese lugar seguro es el thriller. Él, curtido en el videoclip, encontró en los 90 el tipo de ficción al que mejor se adaptaba su visión.
Seven (1995) lo encumbró, El club de la lucha (1999) confirmó su firma única dentro del cine y Zodiac (2007) hizo de él un maestro del thriller. Solo quedaban las celebradas Perdida (2014) y Mindhunter (2017-2019) para ensalzar aún más su capacidad de reinventar y sorprender con su género de referencia.
Tres años después de la decepcionante acogida de Mank, Fincher confía a Netflix su thriller más subversivo y osado. A medio camino entre American Psycho y la saga de Jason Bourne, el director viaja a la mente de un asesino en busca de venganza, con un Michael Fassbender capaz de expresar desde la más absoluta parsimonia y contención. No hay apenas diálogos, solo una voz en off y una narrativa visual potente, puro cine, ante la que las palabras palidecen.
El arranque del filme en París es sencillamente sublime, mostrando la rutina laboral de un asesino al que acompañamos mientras vigila desde una oficina de WeWork, hace yoga, pasa desapercibido como turista alemán o escucha música preparándose para disparar. Son también los minutos en los que más luce ese delicioso humor negro que se cuela exquisitamente en el filme.
Cuando la trama se vuelve más personal y el filme deja su lado American Psycho para acercarse más a la misión adrenalínica con toques de Bourne, descuida su empaque argumental, aunque por suerte mantiene el ritmo y levanta el vuelo con escenas magistralmente orquestadas como el encuentro entre el protagonista y el personaje de Tilda Swinton. Todo ello se eleva aún más gracias a la fotografía magnética y asfixiante de Erik Messerschmidt, aliado indispensable del director.
El asesino no resulta tan intachable en el CV de Fincher como Seven, Zodiac o Mindhunter, sobre todo por su inconsistencia narrativa, pero es el thriller más audaz del cineasta por su aproximación escabrosa y divertida, amoral e inteligente a la mente del asesino. Aunque la bala se desvíe levemente, el disparo sigue siendo certero.
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