Entre retrasos y más retrasos del calendario cinematográfico de Hollywood debido a la huelga de actores y guionistas, encontramos a Michael Fassbender intentando salvar la temporada con El asesino (The Killer), thriller dirigido por David Fincher y basado en la novela gráfica de Alexis Nolent que se estrenará en cines y posteriormente en Netflix el próximo 10 de noviembre.
El teaser lanzado por la plataforma nos muestra las primeras imágenes de este drama sobre un asesino que, tras un error, decide enfrentarse a sus jefes e iniciar una persecución internacional. Pero, tras ver al actor de nuevo en pantalla, nos ha surgido la duda: ¿Cuándo fue la última vez que vimos a Fassbender en acción? La respuesta: en una de las películas de superhéroes que más nos decepcionó cuando salió.
Un trágico final
Cuando en 2011 se estrenó X-Men: Primera generación, los fans de este grupo de superhéroes fuimos con recelo a las salas de cine. ¿Podría alguien estar a la altura de Patrick Stewart e Ian McKellen? Y, sin embargo, tuvimos que tragarnos nuestras palabras: la película sobre los orígenes de la relación entre el Profesor X y Magneto, con James McAvoy y Fassbender como protagonistas (y con Jennifer Lawrence en el papel de Mística) se ganó las alabanzas tanto de los fans como de la crítica.
Tres años más tarde, en 2014, la segunda entrega, X-Men: Días del futuro pasado, añadió a Hugh Jackman como Lobezno y a los actores originales a una trama que jugó con la alteración de líneas temporales para salvar el futuro de nuestro mundo y logró mantener el buen nombre de esta nueva versión de los X-Men.
Sin embargo, tras una tercera entrega que no acabó de cuajar con X-Men: Apocalipsis (2016), la cuarta entrega, X-Men: Fénix Oscura (2019), la última película en la que habíamos visto a Fassbender hasta ahora, acabó por dejarnos con un mal sabor de boca, haciendo que el final de esta nueva saga no lograra mantenerse a la altura de lo que había conseguido hasta la fecha.
Con Sophie Turner dando vida a Jean Grey, la película narraba uno de los arcos más interesantes de los cómics originales y que ya pudimos ver en las películas originales: la evolución del personaje de Turner en la conocida como Fénix Oscura. Pero, el que podía haber sido el final más apoteósico para una nueva saga que había sido bien acogida por los fans, se convirtió en el peor de los desenlaces para uno de los grupos de superhéroes más queridos.
Dirigida por Simon Kinberg, Fénix Oscura no solamente recibió críticas negativas, sino que también fue un fracaso en taquilla, pues de los 200 millones de dólares que costó, solo llegó a recaudar 252 millones. Tampoco le ayudó coincidir el mismo año con el estreno de Vengadores: Endgame, la gran apuesta de Marvel que consiguió llevarse todas las alabanzas que X-Men no recibió.
Además, fue también en 2019 cuando se formalizó definitivamente la compra de Fox por parte de Disney, haciendo que los derechos de Los cuatro fantásticos, X-Men y Deadpool (última película hasta la fecha en la que habíamos oído mencionar al grupo del Profesor Xavier tras el final de Lobezno en Logan (2017)), volviesen a Marvel.
Ello ha hecho que, dentro del calendario de próximos estrenos del MCU, volvamos a reencontrarnos con ellos en X-Men '97, el reboot de la serie animada de los 90. Pero, más allá de eso, y a la espera de lo que conseguirá hacer Ryan Reynolds en Deadpool 3 junto a Hugh Jackman, parece que la última vez que vimos a Fassbender en pantalla fue la última vez que, por ahora, veremos a sus X-Men.
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