¿Te atreves a ver estas películas antes de entrar en el mar? Los peligros del agua en el cine de terror

Por mucho que aprieten las temperaturas, ponerse el bañador no es buena idea si estos bichos andan cerca. 
La llamada 'ameba comecerebros' (izq.) y el póster de 'The Bay' (dcha.).
La llamada 'ameba comecerebros' (izq.) y el póster de 'The Bay' (dcha.).
Cinemanía
La llamada 'ameba comecerebros' (izq.) y el póster de 'The Bay' (dcha.).

La playa está a reventar. Los altavoces bluetooth escupen remezclas electrolatino de Noche ochentera mientras la arena se convierte en vertedero y el agua muta en un sospechoso caldo cuyos ingredientes incluyen la crema bronceadora, el sudor y otros fluidos sobre los que mejor no especular. En definitiva, estamos ante un infierno veraniego de los de toda la vida. ¿Hace falta algo más para convertir este paisaje en una distopía? Pues sí: una ameba comecerebros.  

El microorganismo de marras atiende por Naegleria fowleri, y aunque ya ha causado varias víctimas en EE UU es poco probable (de momento) que nos lo encontremos en nuestras playas, ríos y piscinas. Aun así, su capacidad de infectar el sistema nervioso y lo inesperado de su amenaza lo han convertido en carne de titular. 

Desde una perspectiva cinéfila, eso sí, la ameba comecerebros llega tarde: si algo nos han enseñado nuestras películas favoritas es que la playa más pacífica puede convertirse en un teatro del horror a poco que uno se despista. ¿Quieres comprobarlo? Aquí van unos ejemplos. 

'La mujer y el monstruo' (Jack Arnold, 1956)

Al igual que la ameba comecerebros, el monstruo acuático más primigenio del cine habita en aguas templadas (en su caso, las del Amazonas). Pero, a diferencia del bicho microscópico, la criatura de la Laguna Negra no va por ahí infectando sistemas nerviosos, sino huyendo de paleontólogos con ganas de meterlo en un acuario. Todo un clásico de la serie B, este filme era también una de las películas favoritas de Ingmar Bergman, que gustaba de revisarla el día de su cumpleaños.  

'Tiburón' (Steven Spielberg, 1975)

Nos lanzamos a mar abierto para constatar dos hechos: el primero, que vamos a necesitar un barco más grande para lidiar con Bruce, ese escualo (bautizado en honor al abogado de Spielberg) que revolucionó Hollywood devorando bañistas a ritmo de John Williams. El segundo, que cuando el honesto sheriff Brody (Roy Scheider) avisa de que hay que cerrar las playas, es mejor hacerle caso por mucho que le duela a la industria turística y a un alcalde prevaricador.

'Piraña' (Joe Dante, 1978)

El espabilado de Roger Corman (aquí, productor) nunca encontró una moda de Hollywood que no pudiera vampirizar. Con clase, eso sí: no por nada este filme, exploitation jocosa del terror acuático puesto de moda por Tiburón, contó con el futuro director de Gremlins tras la cámara y con John Sayles (Lone Star) como guionista. Para saber más acerca de la secuela Piraña 2: Los vampiros del mar, habría que preguntarle a James Cameron... pero dudamos de que el canadiense esté por la labor. 

'Shin Godzilla' (Hideaki Anno, 2016)

Si hablamos de terrores surgidos del mar, sería imperdonable olvidar a nuestro lagarto japonés radiactivo gigante favorito, resucitado aquí por el director de Neon Genesis Evangelion con pasión de fan y ánimo deconstructivo. Así, en lugar de implicar al bicho en una ensalada de monstruos al estilo de Hollywood, Anno imagina un escenario donde Godzilla es solo la mitad del problema: la otra mitad es una burocracia incapaz de gestionar la crisis. ¿Te suena de algo?

'Deep Rising' (Stephen Sommers, 1998)

Un año antes de arrasar con La momia, Sommers se estampó en taquilla con este filme de acción y terror en alta mar, considerado hoy un título de culto. Unos criminales secuestran un crucero de lujo en alta mar... para descubrir que el buque está casi vacío a no ser por unos pocos supervivientes y una horda de bichos acuáticos con muy malas pulgas. La verdadera sorpresa llega después, al constatar que los presuntos engendros son solo partes de un todo aún mayor. 

'La grieta' (Juan Piquer Simón, 1990)

Algas caníbales, submarinos desaparecidos, ingeniería genética... y un reparto donde coinciden R. Lee Ermey (el sargento de La chaqueta metálica), Tony Isbert, Frank Braña (veteranísimo del 'Almería western') y nada menos que Pocholo Martínez Bordiú, interpretando a un personaje sueco. Solo el director de Supersonic Man, Descanse en piezas y Misterio en la isla de los monstruos podía cocinarnos semejante zarzuela de marisco. 

'Dagón, la secta del mar' (Stuart Gordon, 2001)

Nuestro viaje nos lleva a aguas españolas, concretamente las de la Costa da Morte... pero también con un toque de Nueva Inglaterra, porque el director de Re-animator adaptó aquí un relato de H. P. Lovecraft (escritor impepinable si hablamos de terrores marinos) llevándoselo a Galicia, y con Francisco Rabal en el reparto. Lo que viene a ser una ración de Cthulhu a feira, con escamosas y mucilaginosas criaturas de las profundidades empeñadas en aparearse con humanos. 

'The Bay' (Barry Levinson, 2012)

En el año apocalíptico por antonomasia (antes de 2020, queremos decir), el director de Rain Man probó suerte en el terror found footage satirizando los problemas medioambientales de la bahía de Chesapeake, el estuario más grande de EE UU. El calentamiento de las aguas y los excrementos de pollo hormonado provocan la aparición de parásitos mutantes que siembran en terror en un pueblo de Maryland: ¿alguien se anima a rodar un remake en el Mar Menor?

'Underwater' (William Eubank, 2020)

La última película que llegó al mercado con el sello de 20th Century Fox era, por así decirlo, un cadáver ambulante antes de su calamitosa trayectoria en cines. Lo cual es una pena, porque ver a Kristen Stewart (acompañada por Vincent Cassel y Jessica Henwick, entre otros) enfrentándose a criaturas subacuáticas y primigenias en la fosa de las Marianas tenía su aquel: al menos, el resultado acabó siendo más digno que aquel remake de Los ángeles de Charlie. 

'Megalodón' (John Turteltaub, 2018)

Se come a esa señora, se come a ese señor... pero no puede zamparse a un Jason Statham listo para demostrar que nada puede con él, ni siquiera un escualo prehistórico del tamaño de un autobús dispuesto a pegarse un atracón de bañistas. Pese a las malas críticas, la cinta arrasó en taquilla, y ahora tiene en cartel una secuela (Megalodón 2: La fosa) dirigida por el siempre interesante Ben Wheatley.  

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