Conoce a Adrian Tomine: las diferencias entre 'París, Distrito 13' y los cómics que adapta Audiard

'París, distrito 13' adapta las viñetas de Adrian Tomine, uno de los autores clave de cómic indie estadounidense.
París, distrito 13
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Cinemanía
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París, Distrito 13 (Les Olympiades en su título original), además de ser el nuevo trabajo del ecléctico director francés Jacques Audiard –donde reconfigura el imaginario de la Nouvelle Vague para el público contemporáneo– y su primera colaboración con Céline Sciamma, es la muy libre adaptación de tres relatos cortos del historietista estadounidense Adrian Tomine. Un autor emblemático del tebeo indie americano de los años 90 y contemporáneo de autores tan destacados de la escena independiente estadounidense como Charles Burns, Daniel Clowes, Chris Ware o David Lapham.

La obra de Tomine, áspera en un primer contacto con la misma, se construye en base a retazos de vida, slices of life que introducen a sus lectores en relatos acerca de la soledad y la angustia existencial en la vida urbana contemporánea. En concreto, relatos que tocan el tema básico de la obra del autor, las pequeñas tragedias, decepciones y anhelos del día a día. 

Tomine no está interesado en contar grandes dramas, sino historias en las que cualquier lector pueda verse reflejado, hurgando en la psique de unos personajes atormentados, ya sea por decisiones que no tomaron, por la desidia de un día a día gris del que a menudo son responsables o por el recuerdo de un pasado que se antoja más memorable y entrañable de lo que realmente fue.

Las formas bajo la que Tomine crea unos relatos (en su mayoría cortos, a excepción de la novela gráfica Shortcomings) basados en el in medias res, se conforman a partir de una composición de página estructurada de manera geométrica –al estilo de Chris Ware, con quien comparte varios puntos en común– y un trazo de línea clara. A ello se le suman unos finales abruptos y ambiguos, que potencian esa sensación de desazón emocional y existencialista que sienten los antihéroes de sus historias.

Summer Blonde
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Todos estos relatos fueron autoeditados en la revista Optic Nerve a principios de los noventa, hasta que Drawn & Quarterly comenzara a publicarle bajo su sello editorial de manera regular y recopilara dichos relatos en antologías como Sonámbulo, Rubia de verano o la más reciente Intrusos. De dos de dichas antologías extrajo Jacques Audiard personajes, situaciones y relatos después de que una amiga le diera a conocer y le prestara algunas novelas gráficas del autor.

De todo lo que cayó en sus manos, Audiard seleccionó cuatro relatos en concreto: Rubia de verano y Escapada a Hawái, pertenecientes a la antología Rubia de verano (publicada en España por La Cúpula ediciones); y Amber Sweet y Triunfo y tragedia, de la antología titulada Intrusos (publicada en España por el sello editorial Sapristi. Amber Sweet y Escapada a Hawái son en los que se centraron sobre todo Audiard y sus guionistas Céline Sciamma, Léa Mysius y Nicolas Livecchi.

'Amber Sweet' y 'Escapada a Hawái'

Amber Sweet y Escapada a Hawái son en los que se han centrado sobre todo Audiard y sus guionistas Céline Sciamma, Léa Mysius y Nicolas Livecchi. De la primera de ellas surgen los personajes interpretados por Noemí Merlant (Nora Ligier) y Jehnny Beth (Amber Sweet, en el primer trabajo de la cantante y compositora como actriz) y su juego de doppelgangers. 

Amber Sweet
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En el relato original, la protagonista, de nombre desconocido, sufre la comparación, las burlas y la confusión en su vida diaria, tanto universitaria como sentimental, motivado por su parecido físico con la actriz pornográfica. Pero si en el relato de Tomine su protagonista comienza a tener problemas en su vida sexual, motivado por su falta de confianza en que ella solo sea un objeto de deseo para sus parejas por parecerse a la estrella del porno, en la obra de Audiard este le introduce un trauma del pasado y un deseo inconfeso hacia la propia Amber Sweet.

Escapada a Hawái le sirve a Audiard para introducir el personaje central bajo el que construye el conjunto de París, Distrito 13, el interpretado por Lucie Zhang (Émilie Wong), a quien en el relato original la conocemos como Hillary Chan. Posiblemente sea el relato y la protagonista que más literalmente ha adaptado Audiard. 

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Aunque le cambie el nombre a su protagonista, el resto de los elementos que rodean al personaje se encuentran trasladados de manera fidedigna. Desde su origen chino al fracaso de una vida laboral por debajo de sus expectativas académicas, tanto para ella como para su familia, al igual que los problemas con sus compañeros de piso –ya sean de índole sexual o de convivencia, tanto con ellos como sus parejas– la enfermedad de su abuela o la rivalidad con su hermana médico.

Pero lo que si que añade Audiard, tanto a Escapada a Hawái como a Amber Sweet, es un componente sexual que contrasta con el trabajo de Tomine. En la obra de Tomine, la sexualidad siempre es incómoda y habitualmente se sitúa fuera de los márgenes de las viñetas. En cambio, en el trabajo de Audiard la sexualidad y sobre todo la representación de la misma se sitúa en primerísimo primer plano. 

Es esta, junto a la traslación del relato de la periferia vaciada de Los Ángeles al bullicioso y multicultural Distrito 13 de París –espacio de clubs nocturnos, juventud universitaria, restaurantes orientales económicos y contrastes entre enormes rascacielos y arquitectura clásica– la mayor diferencia entre los relatos originales de Tomine y la muy libre adaptación de Audiard.

'Rubia de verano' y 'Triunfo y tragedia'

Ese elemento sexual, además de emparentarlo con Rubia de verano –el relato de Tomine con mayor carga sexual explícita de su obra y cuarto de los relatos comprados para la adaptación, aunque no sea mencionado en los créditos de la cinta– parte de un personaje no proveniente de la obra original de Tomine y que engarza ambos relatos: Camille Germain, interpretado por el actor Makita Samba. 

Un personaje que surge de un secundario del relato Escapada a Hawái –el compañero de piso de Hillary Chan, con el que tiene una breve e insatisfactoria relación sexual– pero que Audiard construye casi desde cero.

París, distrito 13
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Lo primero que hace Audiard es cambiar la raza y profesión del personaje. En París, Distrito 13 es un profesor de instituto de raza negra, atractivo y exitoso en el terreno sexual, pero aquejado de un terror atávico hacia el amor y el compromiso. Casi un espejo invertido del protagonista de Rubia de verano, un incel que espía y ansía a su objeto de deseo desde la oscuridad de su apartamento y que quiere ser todo lo que aparenta ser el personaje de Camille. 

Además, Audiard, a través de la familia de Camille –su padre y su hermana tartamuda– integra de manera orgánica, pero de manera escasamente desarrollada –casi un pie de página– el relato original Triunfo y tragedia, el tercero y último de los cómics adaptados.

Amber Sweet
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En Triunfo y tragedia, a partir de una composición de página que acerca más que nunca el tono y el estilo de Tomine a la obra de Chris Ware, somos testigos del incómodo y desasosegante vía crucis de una chica adolescente con problemas de tartamudez para intentar convertirse en una estrella del stand up comedy. 

Posiblemente uno de los relatos más nihilistas de la obra de Tomine, cuyo estilo gráfico cercano a la animación, sirve de contraste para un relato acerca de la falta de talento, la pérdida y la desintegración de la unidad familiar. En cambio, Audiard lo transforma para servir casi de contrapunto humorístico y desengrasante del resto de dramas existenciales que conforman su adaptación.

Y aunque al principio Adrian Tomine se quedó sorprendido de que su obra tuviera algún interés para ser trasladada a la gran pantalla y que eligieran cuatro relatos pertenecientes a dos momentos completamente diferentes de su obra y de su vida –entre los relatos de Rubia de verano e Intrusos pasó más de una década– el resultado final, según cuenta en la web de Curzon, satisfizo sus expectativas. 

Según el autor, “…el uso del blanco y negro, el carácter episódico, los protagonistas juveniles, la vida cotidiana y la puesta en escena libre y rápida, comencé a sentir que Audiard se acercaba a la Nouvelle Vauge. Y a medida que fui teniendo más información, comencé a pensar en los Cuentos morales de Éric Rohmer, de los que me había enamorado cuando siendo aún joven, empecé a descubrir el cine internacional”.

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