La semana pasada, Boeing anunciaba el final de la producción del F-18 Super Hornet, el icónico avión de combate que tantas alegrías ha aportado a los cinéfilos en su aparición en películas como Top Gun: Maverick. La Marina de los EE UU avisaba que, a partir del 2025, estas aeronaves ya no volverán a fabricarse.
La antigüedad de este modelo ya ponía en peligro su producción en 2021, pero una ley del Congreso de los EE UU permitía que su elaboración continuara en marcha, dividendo a los que creían que debía abandonar el mercado actual y a los nostálgicos.
Esta noticia surge tan solo un mes después de que Boeing notificara el lanzamiento del último jumbo jet 747, que, durante décadas, transportó a cientos de personas en viajes comerciales transoceánicos. Un gigante de los cielos que entregaba su último modelo fabricado.
El final de una era, el principio de otra generación
El primer s F-18 fue construido por el fabricante de aeronaves McDonnell Douglas, quien finalmente fusionó su compañía con Boeing en 1997. A partir de entonces, más de 2.000 Hornet, Super Hornet y Growler fueron creados por el ejército estadounidense y los países aliados, entre los que encontramos Canadá, Finlandia o Australia.
El Hornet nació de la necesidad de la Armada para que sus pilotos pudieran despegar desde los portaaviones, siendo actualizado posteriormente con nuevas versiones, muy diferentes al modelo original, como los Super Hornet y los Growler, la versión adaptada a la guerra electrónica del cazabombardero.
"Estamos planeando nuestro futuro y la construcción de aviones de combate está en nuestro ADN", dijo Steve Nordlund, vicepresidente de la división Air Dominance de Boeing. Una justificación para el fin del F-18 por la que incidía en la necesidad de concentrar la atención en la creación de otros aviones militares, tanto tripulados como no tripulados, y aumentar la producción de otros programas de defensa.
El propio Cruise, después de pilotar él mismo el F-18, presentaba en Top Gun: Maverick otros aviones más apegados a la actualidad, entre los que encontrábamos el SR-72 Darkstar, un aeronave hipersónica ficticia que no es tan diferente a la realidad. Estados Unidos lleva décadas experimentando con prototipos de esta índole y, de hecho, todo apunta a que el Darkstar estaría inspirado en el SR-71 Blackbird, que pertenece a la inteligencia de la Fuerza Aérea de Estados Unidos.
Una serie de aeronaves que aparecen en Top Gun: Maverick junto al Grumman F-14 Tomcat, el avión veterano de la primera película y fuente de alegrías para Cruise en la secuela, así como el Northrop-Grumman E-2 Hawkeye, el North American P-51D Mustang o el Sukhoi SU-57 “Felon".
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