Gozar de un abultado trasero podría no ser tan malo como se pensaba hasta ahora (al menos, desde el punto de vista médico), ya que un estudio realizado en Inglaterra concluye que la grasa acumulada en las posaderas puede prevenir la diabetes, informa el Daily Mail.
Según los experimentos realizados, los transplantes de este tipo de grasa facilitan al organismo la asimilación de la insulina, ayudando así a regular el nivel de azúcar en sangre.
Los científicos controlaron el estado de salud de un grupo de ratones en los que se inyectó grasa subcutánea, del mismo tipo de la que se acumula en las caderas y las nalgas, y comprobaron que al inyectarla en los alrededores del estómago los ratones perdían peso y asimilaban mejor la insulina.
De esta forma, los investigadores han descubierto que, si bien la grasa abdominal tiene efectos negativos sobre la salud al incrementar el riesgo de diabetes, e infarto, la grasa de las caderas tiene ciertos efectos beneficiosos, quizá porque incrementa la producción de ciertas hormonas.
"El resultado es importante porque no sólo nos dice que no toda la grasa es mala, sino que también indica que hay un importante aspecto de la grasa sobre el que necesitamos investigar con mayor profundidad", ha señalado el doctor Ronald Kahm, responsable del estudio.
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