Viajar sin ataduras: recorrido por el norte de España, en furgoneta o autocaravana

  • En la costa Cantábrica abundan los rincones de gran belleza, que se disfrutan todavía más si se recorre en autocaravana o furgoneta, una opción en auge.
  • Estas son algunas de las paradas imprescindibles, en una ruta del País Vasco a Cantabria, Asturias y Galicia que termina, cómo no, en Finisterre.
Es posible convertir tu furgoneta en una camper para disfrutar de diferentes escapadas
Las furgonetas camperizadas son una opción muy demandada para estas vacaciones.
PIXABAY
Es posible convertir tu furgoneta en una camper para disfrutar de diferentes escapadas

Es tiempo de tomarse unos días libres, alejarse de la rutina y recuperar fuerzas y energías. Y que mejor manera de hacerlo que disfrutando de la brisa del Cantábrico asomado al Peine del Viento en San Sebastián. O más emocionante aún, surcando las olas del océano Atlántico.

Los amantes de los viajes sin guion y sin más brújula que la propia intuición tienen una cita con el paisaje de la costa cantábrica, desde Galicia al País Vasco, pasando por Asturias y Cantabria. Una escapada de lo más aventurera en autocaravana, una casa rodante que permite disfrutar de la mayor movilidad. Y, además, con la ventaja añadida de poder levantarse y, al abrir la puerta, pisar el rocío de los pastos que han convertido este rincón de España en el paraíso más verde de Europa.

PAÍS VASCO

La playa de Laida, en Mundaka.
La playa de Laida, en Mundaka.
WIKIPEDIA

El País Vasco es el punto de partida de esta ruta, libre como el viento, que terminará en ‘el fin del mundo’, en concreto en la zona de Finisterre (Galicia), nombre con el que los romanos denominaban a esta parte de España donde creían que el mundo acababa.

Y no hay lugar más apropiado para arrancar esta aventura sobre ruedas que San Sebastián, la perla del Cantábrico, una ciudad señorial, famosa por la playa de la Concha. Seguramente este es uno de los mejores sitios del mundo para disfrutar del maravilloso placer de comerse unos pintxos junto al mar.

Tanto Donosti como el resto de municipios de la costa de Guipúzcoa albergan auténticos santuarios para los amantes del surf y los viajes inolvidables. A lo largo de la costa que conduce hasta la vecina Vizcaya hay marcados numerosos lugares donde pernoctar si se viaja con caravana, pero uno de los más recomendados es Zumaia. Y en este enclave, merece la pena recorrer la ruta del Flysch entre Deba y Zumaia.

Ya en Vizcaya, hay que cruzar la costa que serpentea el litoral desde Mundaka, que siempre está en la cresta de la ola, pasando por Bermeo, Algorta, Getxo, Las Arenas o la tranquila villa de Plencia. Y todo ello sin olvidarse de la surfera Sopelana, donde se puede disfrutar de un baño salvaje en la playa bautizada con el mismo nombre.

Este arenal, conocido también como Barinatxe o La Salvaje, es refugio de cientos de surfistas y aficionados al parapente, que surcan las olas y desafían los altos acantilados. Además, este lugar ubicado entre los municipios vizcaínos de Sopelana y Getxo es muy apreciado por los amantes del nudismo.

CANTABRIA

El Capricho de Comillas
El edificio más destacado de Comillas (Cantabria) es el Capricho de Gaudí.
ÓSCAR SÁNCHEZ

El oleaje llevará al viajero hasta la vecina Cantabria, esa tierra infinita no por su extensión sino por la variedad de sus paisajes y paisanajes. Tal vez la zona más famosa, por las cuevas de Altamira, es Santillana del Mar; una localidad que, curiosamente, ni es llana ni tiene mar, pero que bien vale una visita.

Otro precioso lugar para pernoctar, prácticamente en su misma playa, es Comillas. Conocida por su antigua Universidad Pontificia, encierra numerosos rincones que se pueden conocer cogiendo el tren turístico, que lleva hasta el del mirador de Santa Lucía. En el recorrido por la costa cántabra merece la pena detenerse también para admirar los acantilados y arrecifes de Costa Quebrada, en Soto de la Marina.

ASTURIAS

Bonito pueblo marinero lleno de color en el que casas y mar se integran a la perfección formando unas instantáneas de postal. Merece la pena visitar tranquilamente su casco urbano y disfrutar de sus miradores y su paseo marítimo.
Cudillero, uno de los pueblos más bonitos de Asturias.
Pixabay/javierAlamo

Tras dejar Cantabria, llega el momento de saborear con calma los más de 330 kilómetros de costa de los que disfruta Asturias. Allí nos esperan playas y calas espectaculares, como Frejulfe (Navia) o Salinas (Castrillón), uno de los arenales más turísticos y extensos de la provincia y donde se puede estacionar sin problemas.

Si se va con tiempo, el recorrido debe incluir una escapada al Parque Nacional de los Picos de Europa, un paseo por la zona vieja de Oviedo y una visita a Cimadevilla, el animado antiguo barrio de pescadores de Gijón.

Y justo antes de cruzar el puente de los Santos sobre el río Eo, que une Asturias con Galicia, se recomienda desviarse hasta la playa de Arnao, que ofrece una impresionante panorámica de las costas gallegas y asturianas.

GALICIA

Es sin duda una de las playas más bonitas de Galicia y la más famosa. El viento y el agua han ido modelando estos acantilados, formando bóvedas y arcos de una gran belleza. El entorno es, desde luego, espectacular.
La famosa playa de las Catedrales de Galicia
Pixabay/plussilk

Con el depósito de la autocaravana ya casi vacío, se divisa el último tramo de la costa cantábrica, que discurre por Galicia, región que celebra su año Xacobeo.

El recorrido debería incluir Ribadeo y su maravillosa playa de las Catedrales, a la que solo se puede acceder previa reserva gratuita en la web (https://ascatedrais.xunta.gal); o la zona de Ortigueira y Cariño, en la costa Ártabra. Aquí se encuentra San Andrés de Teixido y su ermita, un mirador privilegiado que corona los acantilados más altos de la Europa continental.

El viaje en busca de las olas más salvajes está a punto de terminar y ¿ por qué no hacerlo llegando hasta ‘el fin del mundo’, hasta el cabo Fisterra? Sus bellos atardeceres justifican una excursión por este recóndito lugar. 

Durante siglos fue considerado como el final de la Tierra, de ahí su nombre y su simbolismo. Para muchos todavía es el verdadero final del Camino. La belleza del lugar es sobrecogedora con el mar como telón de fondo de un paisaje magnífico.
Finisterre, final de la ruta en Galicia
Pixabay/gavilla
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