Los secretos que esconde la ruta del Parrizal de Beceite del Parque Natural de Los Puertos

puente beceite
Puente de Beceite.
Hibiscus7. / Wikipedia
puente beceite

Hay muchos destinos en nuestro país donde practicar senderismo y disfrutar de la naturaleza en estado puro. Y aunque algunos requieren cierta preparación, hay otros, como la ruta del Parrizal de Beceite, en el Parque Natural de los Puertos (Teruel), que son perfectos para iniciados o incluso para realizar con niños. 

Una ruta accesible para todo el mundo

Formación rocosa en el Parrizal, Beceite
Formación rocosa en el Parrizal, Beceite
Getty Images/iStockphoto

Esta interesante ruta transcurre por un paisaje de rocas con abundante vegetación y agua, lo que la convierten en una excursión inolvidable. Eso sí, no está permitido el baño, aunque en algunos tramos sea inevitable mojarse un poco los pies. Trazada junto al río Matarraña, lo bueno de esta senda es que es accesible para personas de todas las edades. No se necesita ser un experto para afrontar los 8 kilómetros (entre la ida y la vuelta), en un recorrido que se puede completar en unas 3 horas, sin forzar la marcha. Cualquier momento del año es ideal para realizar una ruta por este impresionante desfiladero. 

El Parrizal de Beceite (Teruel) se encuentra en la cabecera del río Matarraña, en el entorno del Parque Natural de Los Puertos. La primera parada es en la oficina de turismo de Beceite. Es allí donde encontrarás todas las indicaciones necesarias para acceder al paraje. Para la conservación del Espacio Natural del Parrizal, el Ayuntamiento de Beceite ha puesto un aforo limitado en la ruta de las pasarelas, siendo necesario comprar un tique por persona, que se adquiere online. Puedes elegir el día y el turno (mañana o tarde) en el que deseas realizar la excursión. El precio son 5€/persona, y los menores de 14 años tienen acceso gratis. 

Pinturas rupestres en el camino

Ruta por el Parrizal de Beceite, Teruel
Ruta por el Parrizal de Beceite, Teruel
Jose Arcos Aguilar

Ya en el acceso, hay que recorrer aproximadamente un kilómetro y atravesar el río por una senda de madera. Pronto llega la primera sorpresa del camino: las pinturas rupestres de la Fenellassa o Fenellosa. Unas joyas del arte rupestre del arco mediterráneo que pertenecen al estilo esquemático y que tienen unos 3.500 años. Se encuentran en un panel rocoso protegido por una valla. Echa mano de tu agudeza visual e intenta descubrir los tres jinetes a caballo.

La ruta se lleva a cabo siguiendo el curso del río. Muchos de sus tramos se realizan sobre unas pasarelas de madera para ir sorteando el nivel del agua. Un paisaje increíble te va a acompañar durante todo el recorrido.

Tuneles y cuevas

Te encontrarás con un túnel excavado en la roca, y no es el único. Hay otro mas. Ambos se construyeron a principios del siglo pasado, cuando empezaron a explotarse unas minas de carbón en la zona.

Al principio de recorrido aparece la cova de la Dona, está señalizada y resulta casi una parada obligatoria. En medio de una naturaleza sorprendente y de un silencio casi obligado, llegamos a la primera pasarela sobre el río, donde se encuentra uno de los saltos de agua principales. 

El agua, protagonista de la ruta

Rio Matarraña, zona del Parrisal
Rio Matarraña, zona del Parrisal
Hugo Valle Perez

El río es uno de los protagonistas de esta ruta, pero también compite con la belleza de las pozas naturales que van apareciendo según avanza el camino. La Badina Negra es otro de los puntos claves de este sendero, profunda y con aguas de color transparente (aunque cambiante según el momento del día y el sol), este regalo de la naturaleza es todo un espectáculo.

Las formaciones del Parrizal 

Final de la ruta del Parrisal y los característicos Gúbies.
Final de la ruta del Parrisal y las características gúbies.
Getty Images/iStockphoto

Avanzada la ruta, llama la atención cómo la geología toma todo su protagonismo. Es momento de mirar hacía arriba y admirar las gúbies, el rastro que la lluvia y el viento con el paso del tiempo ha ido dejando en las rocas.

El camino sigue su curso hasta llegar a los Estrechos del Parrizal, un cañón de 1,5 metros de ancho, 200 metros de largo y 60 metros de alto. Cuando la garganta tiene agua, se acaba aquí la marcha. Pero si realizas la ruta en verano, cuando la garganta está seca, se puede atravesar. Y es el momento de emprender la vuelta, por el mismo camino. La ocasión es perfecta para prestar atención a esos pequeños detalles que se nos pasaron a la ida. Hay tanto que ver que, seguro que en el camino de vuelta, irás descubriendo nuevas sorpresas que te pasaron desapercibidas. 

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