Este es el pueblo de la triste y bella historia de la reina mora

Ciurana.
Ciurana.
ELEMAKI / WIKIMEDIA COMMONS
Ciurana.

La rica historia de muchos pueblos españoles queda reflejada en su folclore y las historias transmitidas y coloreadas de generación en generación, y son pocas las leyendas tan bonitas como la de la reina mora de Siurana (Tarragona).

Siurana es una pequeñísima población de tan solo 27 habitantes situada en el municipio de Cornudella, que a su vez se enmarca en la Sierra de la Gritella. Se trata de un pequeño núcleo de arquitectura medieval excepcionalmente conservada y rodeada de escarpados acantilados.

La leyenda de la reina mora nos lleva hasta el pasado medieval del pueblo, en los tiempos del dominio musulmán. Según cuenta, en aquellos años Siurana estaba bajo el reinado de Abd-el-azia, una reina inimaginablemente bella que gustaba de celebrar fastuosas fiestas en su palacio. Una de esas noches, los cristianos lograron penetrar en los muros del pueblo gracias a la ayuda de un judío, y una vez dentro comenzaron a masacrar a toda la población.

El pánico, cuenta la leyenda, cundió en palacio cuando una flecha entró por la ventana y se clavó en la mesa. Presa del miedo, Abd-el-azia tomó su caballo blanco y huyó hacia los acantilados cercanos. Con intención de acabar con su vida antes de ser capturada por los cristianos, tapó los ojos a su caballo para que no se detuviese ante el abismo; el equino, entonces, clavó su pata tratando de frenar, dejando en la roca grabada para siempre la huella de su herradura en el lugar que hoy se conoce como el Santo de la reina mora.

Al margen de la mitología local, Siurana sigue atrayendo visitantes a día de hoy a conocer sus monumentos medievales y su riqueza natural, o bien a practicar deportes de naturaleza como la escalada y a degustar productos como su aceite de oliva, que cuenta con denominación de origen protegida.

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