Viaje al lago más paradisíaco y poco conocido de Uganda, con islas "de locos" llenas de secretos

Hermosa puesta de sol con el cielo nublado sobre el lago Bunyonyi.
Hermosa puesta de sol con el cielo nublado sobre el lago Bunyonyi.
Michaela Lindbaum
Hermosa puesta de sol con el cielo nublado sobre el lago Bunyonyi.

La rica biodiversidad de Uganda no solo se debe a su geolocalización en el Ecuador de la Tierra, también es gracias a la abundancia de lagos; tantos, que no hay un número exacto. De entre todos destaca el lago Victoria, por ser el más grande de África. Son una fuente importante de agua y de pesca para el país, todo un vergel paradisiaco para miles de animales salvajes, y un destino turístico fascinante y muy poco conocido.

Muchos lagos de Uganda como el de Bunyonyi se formaron cuando la lava de los volcanes bloqueó el curso de los ríos

Muchos de estos lagos se formaron cuando la lava de los volcanes bloqueó el curso de los ríos, originando presas que luego inundarían valles y grietas provocadas por la Gran Falla del Rift, que poco a poco separa África de su cuerno. Esto es lo que sucedió hace aproximadamente ocho mil años al suroeste de Uganda, cuando una de esas profundas grietas se llenó de agua formando el pintoresco lago Bunyonyi a casi 2.000 metros sobre el nivel del mar.

Canoa en el lago Bunyonyi.
Canoa en el lago Bunyonyi.
Carla Royo-Villanova

Hábitat ideal para las aves

Por su origen volcánico en la Falla del Rift, el Bunyonyi es el segundo lago más profundo de África, llegando en algunos puntos a los 900 metros de profundidad. Su nombre significa “lugar de muchos pájaros”. Su rica biodiversidad y las colinas cubiertas de vegetación lo convierten en el hábitat ideal para cientos de aves, como garzas, águilas pescadoras, cormoranes, martines pescadores e incluso la formidable grulla coronada, símbolo de Uganda; hay más de doscientas especies de aves registradas.

El Bunyonyi es el segundo lago más profundo de África, llegando en algunos puntos a los 900 metros de profundidad

Sus limpísimas aguas albergan también una rica vida acuática, con gran variedad de peces, incluidos siluros, reptiles y anfibios, fácilmente visibles si el visitante se anima a dar un paseo en barca. A la belleza escénica de este lago contribuyen también los pescadores, con sus alargadas embarcaciones de madera, su frondosa vegetación y la forma caprichosa e irregular de sus orillas, extremadamente sinuosas, con cientos de micropenínsulas y minibahías. Las comunidades locales han vivido en sus orillas durante siglos, desarrollando una relación armoniosa con su entorno, desde la pesca artesanal hasta las ceremonias más tradicionales, aportando un importante legado cultural a la región.

Gorila en el Bosque Impenetrable de Biwindi.
Gorila en el Bosque Impenetrable de Biwindi.
Andrey Gudkov

Tesoros naturales

Escondido entre montañas, muy cerca del Bosque Impenetrable de Bwindi, donde los gorilas han conseguido sobreponerse de la extinción a la que estaban abocados, el lago Bunyonyi es una auténtica joya, un diamante en bruto alejado del turismo convencional. Un tesoro natural extremadamente tranquilo donde además de surcar sus aguas es posible explorar las colinas circundantes, visitar comunidades cercanas de pigmeos batwa y disfrutar de caminatas por senderos del entorno, aunque se recomienda hacerlo acompañado de algún lugareño por la densidad de la vegetación que lo rodea. El lago más pintoresco y singular de Uganda, salpicado con hasta 29 pequeñas islas e islotes, es también el que más historias sorprendentes acumula. Nos adentramos en un lugar donde cada mañana se renace y cada atardecer es un recordatorio de la fugacidad del tiempo.

El lago más pintoresco y singular de Uganda, salpicado con hasta 29 pequeñas islas e islotes, es también el que más historias sorprendentes acumula

Cuentan, y parece cierto, que en una de estas islas, la conocida como Akampene, o Isla del Castigo, abandonaban a las niñas que habían sido violadas y para colmo quedaban embarazadas. Eran la vergüenza de sus familias y la solución (en otros tiempos) era dejarlas a su suerte en Akampene. Muy pocas conseguían sobrevivir, no sabían nadar, y la que lo lograba era por haber sido rescatada por algún pescador. No todos podían pagar dotes y esta era una buena solución para conseguir esposa. Todos contentos. En 2017 una periodista de la BBC localizó a la última de las supervivientes, una anciana de edad incierta pero centenaria, Mauda Kytaragabirwe, quien, agradecida a su ya difunto esposo, confirmó este trágico episodio del lago.

Vista sobre el lago Bunyony desde una terraza.
Vista sobre el lago Bunyonyi desde una terraza.
Michaela Lindbaum

La "isla locura"

La isla de Bwama, que a principios del siglo XX había sido liberada de una siniestra secta liderada por un poderoso brujo, fue la elegida por un médico y misionero británico, aterrado por la altísima mortalidad que provocaba la lepra, para construir un hospital para leprosos. Ya sabemos lo que en otra época, y no solo en Uganda, sucedía con los enfermos de lepra; eran apestados de la sociedad, estigmatizados y totalmente marginados por sus comunidades. Este misionero les proporcionaba medicación a la par de mantenerlos alejados de las poblaciones para evitar contagios. El misionero se llamaba Doctor Sharp y junto a la isla de los leprosos vivió con su familia en la pequeña casa que construyeron en la isla de Njuyeera, más conocida como Isla de Sharp, hoy convertida en alojamiento turístico.

La “isla locura” debe su nombre a una leyenda ancestral según la cual los dioses arrebataron la cordura al hombre que vivía aquí con sus doce mujeres
Grulla coronada, el símbolo de Uganda, en la ribera del lago.
Grulla coronada, el símbolo de Uganda, en la ribera del lago.
Carla Royo-Villanova

Es Kyahugye, la “isla locura” en el idioma local, una de las islas más grandes del lago y de las más visitadas por su accesibilidad y por ser la única que tiene un minisafari, con impalas, monos azules, antílopes cobos de Uganda y cebra; sí, solo queda una, el resto se ahogó intentando salir de la isla. Quien fuera gobernador del Banco Central de Uganda, Emmanuel Tumusiime-Mutebile, compró la isla, la dotó de electricidad, adquirió varios ejemplares de animales salvajes y construyó un ecoresort en lo más alto de la isla para completar la estancia con las impresionantes vistas al lago.

No todos los animales se aclimataron a su nuevo y reducido hogar y optaron por la libertad aun a costa de arriesgar su vida. Una familia de “cebrallos” (cruce de cebra y caballo) sí parece bien asentada. La “isla locura” debe su nombre a una leyenda ancestral según la cual aquí vivió un hombre con sus doce mujeres, y no es por eso lo de la locura. Cuentan que se quedó sin vacas para ofrecer a los dioses y estos reclamaron su cordura, pasando la isla a ser conocida como “la isla del loco”. Desde el resort también organizan gran variedad de actividades.

Miembros de la tribu batwa junto al lago Bunyonyi.
Miembros de la tribu batwa junto al lago Bunyonyi.
Getty Images

El campamento de la isla Bushara

Otra de sus islas, la de Bushara, acoge desde 1992 la Lake Bunyonyi Development Company (LBDC) para abordar el impacto ambiental de la agricultura en el lago Bunyonyi. Con la colaboración de varias entidades, incluida la Iglesia de Uganda y la comunidad local, LBDC opera desde Bushara Island Camp. El campamento se ha convertido en un destino turístico popular que financia programas de agrosilvicultura, grupos artesanales de mujeres y entrenamiento hostelero. Administra un programa forestal para ayudar a los agricultores locales a mejorar la fertilidad del suelo y los rendimientos de sus cultivos mediante la plantación de árboles en terrazas.

El Bushara Island Camp se ha convertido en un destino turístico popular que financia programas de ayudas
Tienda del Bushara Island Camp.
Tienda del Bushara Island Camp.
busharaislandcamp.com

Modelo de desarrollo

También ofrece programas y oportunidades para artesanos locales que pueden vender sus productos en la tienda de artesanía del campamento. Este enfoque sostenible ha beneficiado a cientos de agricultores y miembros de la comunidad, convirtiendo a LBDC en un modelo de desarrollo en Uganda. El campamento organiza actividades y excursiones en barca, como la visita a la cueva de Bukoora, que fuera lugar de refugio cuando había disturbios civiles y también santuario local, o la visita a comunidades cercanas, como el poblado de Mukoni, para compartir con ellos sus costumbres y la vida cotidiana de los granjeros de la zona, o a las herrerías de Abaheshi en la aldea de Ahamugada, donde los herreros siguen utilizando métodos tradicionales transmitidos por sus antepasados para fabricar herramientas y armas.

El campamento de Bushara organiza visitas a comunidades cercanas y excursiones en barca al santuario local de la cueva de Bukoora

Más allá de locuras, leyendas, tragedias y buenas obras, el lago Bunyonyi, testigo privilegiado de la historia de Uganda, es una vena de la tierra que hace palpitar a golpe de agua la fuerza indomable de la vida. Un santuario natural que invita a sumergirse en la esencia misma de la existencia.

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