Los clásicos de Estambul: qué ver en dos días en la joya de Turquía

Visitamos la antigua Constantinopla y nos empapamos de su diversidad cultural, su magnífica arquitectura y su larguísima historia que pasa por griegos, romanos y otomanos.
Lo que no te puedes perder en dos por Estambul
Lo que no te puedes perder en dos por Estambul
Lo que no te puedes perder en dos por Estambul
Lo que no te puedes perder en dos por Estambul

El horizonte de Estambul refleja la esencia de una urbe  dinámica, diversa y totalmente diferente a las demás. Aquí las construcciones de piedra con siglos de antigüedad conviven con modernos edificios de acero y cristal, y a los restaurantes de gastronomía tradicional se suman los de cocina de vanguardia. 

La antigua ciudad de Constantinopla, y la más antigua aún Bizancio, nos hace querer volver una y otra vez, volver a entrar en sus mezquitas, caminar por sus bazares y navegar por las tranquilas aguas del Bósforo. Pero siempre tiene que haber una primera vez: visitamos la joya por excelencia de Turquía y descubrimos todos sus encantos con una ruta de dos días.

Hipódromo de Constantinopla

Hipódromo de Estambul.
Hipódromo de Constantinopla.
Beatriz Pérez

Mientras la multitud rugía desde las gradas, veloces carros de caballos recorrían antaño el Hipódromo de Constantinopla, el centro social y deportivo de la antigua capital del imperio. A día de hoy, tan solo queda el espacio alargado que nos recuerda que aquí estuvo construida la estructura romana desde al año 203.

Paseando ahora por esta céntrica plaza, podemos admirar dos imponentes obeliscos que con sus formas puntiagudas apuntan al cielo. Uno de ellos fue erigido por orden del emperador Constantino VII en el siglo X. Estaba cubierto de bronce, pero durante la Cuarta Cruzada, que pasó por la ciudad en el 1204, robaron todas las piezas metálicas para acuñar monedas y hacer armas. 

Fuente Alemana.
Fuente Alemana.
Beatriz Pérez

Junto al obelisco se encuentra la Columna de Serpientes, una pieza creada por los griegos fundiendo el bronce de las armas usadas por los persas en la Batalla de Platea, que supuso la derrota de estos. Tan solo quedan los cuerpos enrollados de los reptiles, pero antiguamente se podían ver las cabezas y una enorme esfera de oro que reposaba sobre ellas.

Por otro lado, el elemento que más destaca en el Hipódromo de Constantinopla es el Obelisco de Teodosio. Esta gran estructura corresponde al obelisco del faraón Tutmosis III y fue traído desde Egipto y re-erigido aquí en el año 390. Y cerrando la plaza por el extremo norte, se alza la llamada Fuente Alemana, un regalo del emperador alemán Guillermo II al sultán Abdul Hamid II.

Santa Sofía

Mezquita de Santa Sofía.
Mezquita de Santa Sofía.
Turismo de Turquía

Santa Sofía, la joya de Estambul. Fue entre los años 532 y 537 cuando se levantó este enorme templo dedicado a la sabiduría de Dios por petición del emperador del Imperio romano de Oriente, Justiniano. Más de 10.000 obreros trabajaron en esta magnífica iglesia, que cumplió su función como catedral cristiana hasta el 1453. Fue entonces cuando Constantinopla fue conquistada por el Imperio Otomano bajo las órdenes del sultán Mehmed II y Santa Sofía se convirtió en mezquita. 

Siglos después, en 1935 y bajo el gobierno de Ataturk, el templo se secularizó y esta vez se transformó en museo. Pero recientemente, el actual presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, volvió a convertir Santa Sofía en una mezquita y algunos accesos están limitados a los turistas.

Interior de Santa Sofía (Estambul).
Interior de Santa Sophia (Estambul).
Beatriz Pérez

Ahora, los turistas solo pueden acceder a la zona superior, pero es suficiente para dejarse envolver por el encanto de la mezquita. La cúpula, de 55 metros de alto, parece flotar sobre nuestras cabezas y empequeñece el resto de elementos. Los nombres de Allah; el profeta Mahoma; los cuatro primeros califas, Abu Bakr, Omar, Uthman y Ali, y los dos nietos de Mahoma, Hasan y Husáin, dominan la zona de rezo escritos en enormes medallones circulares del siglo XIX anclados a las paredes. 

En la zona inferior, está el mihrab, un nicho en la pared que indica la dirección hacia donde debe dirigirse la oración, y a su derecha el minbar o púlpito, donde se coloca el imán los viernes para dar el sermón religioso. Por otra parte, en la zona superior, podemos ver mosaicos cristianos que representan a Jesús, a la Virgen María y a emperadores bizantinos. El mosaico del siglo IX de la Virgen con el Niño Jesús que domina el ábside está tapado con telas, de modo que solo sea visible por los turistas desde las galerías superiores y no desde abajo por los musulmanes.

Mezquita Azul

Mezquita Azul.
Mezquita Azul.
Beatriz Pérez

El Sultán Ahmed I deseaba construir en la ciudad de Estambul una obra que superase en belleza a Santa Sofía, por ello en el año 1601 le hizo el encargó al arquitecto Mehmed Agha, dando como resultado la espléndida Mezquita Azul o Mezquita del Sultán Ahmed

En el momento de su construcción, no había ninguna mezquita con más de cuatro minaretes, ya que no se podía superar los cinco de la Gran Mezquita de La Meca, pero por un error de comprensión de arquitecto, empezó a levantar el edificio con seis, la primera en el mundo con esa característica. Sin embargo, en vez de cambiar el proyecto, se añadieron más al templo saudí, llegando a los 11 que podemos ver hoy en día en la ciudad sagrada.

Interior de la Mezquita Azul de Estambul.
Interior de la Mezquita Azul de Estambul.
ANDREY YARYGIN

La Mezquita Azul presenta una cúpula principal de 43 metros de alto, rodeada de otras muchas más de menor tamaño, creando un engranaje arquitectónico que nos hace elevar la vista y abrir bien los ojos para no perdernos detalle. Uno de los accesos de hace a través de un enorme patio con una gran columnata y un chadirvan, una fuente donde hacer la ablución, es decir, la purificación de algunas partes del cuerpo (manos, boca, nariz, cara, brazos, cabeza, orejas, cuello, cabeza y pies) lavándolas con agua. Este ritual es obligatorio para todos los musulmanes antes de rezar.

La belleza del exterior nos acompaña también dentro, donde nos esperan más de 20.000 piezas de azulejos de İznik (la antigua Nicea), vidrieras policromadas, decoraciones con patrones vegetales y un gigantesco espacio de oración. Destaca el mihrab, que en este caso cuenta con un fragmento de la Piedra Negra de la Kaaba de La Meca.

Tumba de Ahmed I

Tumba de Ahmed I.
Tumba de Ahmed I.
Beatriz Pérez

A medio camino entre la Mezquita Azul y Santa Sophia, encontraremos un edificio que pasa más desapercibido entre esos dos enormes edificios. Se trata de la Tumba del Ahmed I, el sultán 14 del Imperio Otomano y propulsor de la construcción de la Mezquita Azul. Aquí también están enterrados sus dos hijos, que también ocuparon la posición de sultán, además de otros 33 miembros de la dinastía.

La estructura está cubierta de mármol en el exterior y coronada con una cúpula. La puerta nos da la bienvenida con sus incrustaciones de marfil, nácar y carey, y en el interior, además de tumbas de diferentes tamaños, veremos azulejos de İznik y detalladas decoraciones pintadas con la técnica del vidriado.

Cisterna Basílica

Cisterna Basílica.
Cisterna Basílica.
Beatriz Pérez

Las profundidades de Estambul resultan tan atrayentes como el exterior. A escasos metros de Santa Sofía se esconde la llamada Cisterna Basílica, construida en el año 532 durante el periodo de Justiniano para proveer de agua al palacio bizantino que se levantaba encima de ella. Cuando los emperadores se mudaron, la cisterna se abandonó y no fue hasta el año 1545 cuando fue descubierta y rebautizada por los otomanos como el Palacio Sumergido

Y es que eso es precisamente lo que parece, más que un depósito subterráneo de agua, una bella obra de arquitectura digna de emperadores. Esta masiva estructura está sustentada con nada más y nada menos que 336 columnas, que en muchos casos pertenecían a antiguos templos. Es por ello que algunas presentan capiteles y decoraciones de gran detalle, como dos enormes cabezas de medusa de misterioso origen.

Desde el año 1985, tras un laborioso trabajo de restauración, la Cisterna Basílica está abierta al público. Los visitantes pueden caminar sobre el agua a través de pasarelas de madera, deleitándose de la perfecta simetría de las columnas y del juego de luces y reflejos que no hace más que aumentar el encanto del lugar.

Palacio de Topkapi

Puerta de la Salutación en el Palacio de Topkapi.
Puerta de la Salutación en el Palacio de Topkapi.
Beatriz Pérez

La extensa y opulenta corte del Imperio Otomano, tuvo como su residencia el majestuoso Palacio de Topkapi desde el siglo XV al XIX. Los sultanes, las concubinas y los cortesanos han sido ahora sustituidos por turistas que recorren incansablemente los espléndidos pabellones y los jardines llenos de flores.

La grandiosa Puerta Imperial nos invita a pasar al interior de este enorme complejo y así ingresar al primer patio, donde se encuentra la iglesia bizantina de Santa Irene. Una segunda puerta flanqueada por dos torres, la de la Salutación, nos da el acceso al segundo patio. Desde allí podremos visitar el Harem, la Cámara del Consejo Imperial y las antiguas cocinas, donde cada día cocinaban para 5.000 personas. A día de hoy, estas acogen una interesantísima colección de objetos antiguos como cerámicas y vajillas de porcelana o plata.

Palacio de Topkapi.
Palacio de Topkapi.
Beatriz Pérez

La Puerta de la Felicidad nos permite entrar a una zona que antaño estaba reservada al sultán. Lo primero que veremos será la Sala de Audiencias, donde se trataban asuntos de Estado y, para evitar que los espías pudieran escuchar lo que se hablaba, se dejaba correr el agua de una fuente ubicada en el exterior. La biblioteca de Ahmed III; el dormitorio de las Fuerzas Expedicionarias, que acoge una amplia colección de túnicas y uniformes originales; las Sala de las Reliquias Sagradas, y la Sala del Tesoro, con decenas de objetos con piedras preciosas, son también paradas imprescindibles.

La visita al Palacio de Topkapi se cierra con el cuarto patio, conocido como el jardín de los tulipanes por sus coloridos parterres. En esta zona visitaremos la terraza de mármol y diferentes pabellones como el del Médico Jefe o el de Kara Mustafa Pasha, todos ellos con detalladas decoraciones artísticas.

Otras mezquitas en Estambul

Mezquita de Ortaköy.
Mezquita de Ortaköy.
Beatriz Pérez

Las mezquitas de Santa Sofía y de Sultán Ahmed son auténticos símbolos de Estambul, visitas imperdibles en la ciudad del Bósforo. Pero habiendo alrededor de 3.000 en la urbe, merece la pena tomarse el tiempo de descubrir alguna más. Por ejemplo, la más grande de Asia Menor es la Mezquita de Çamlıca, mientras que la Mezquita de Solimán corona la tercera colina de la ciudad y domina el Cuerno de Oro desde las alturas con su imponente presencia.

La Mezquita de Faith fue la primera de carácter imperial en construirse en Estambul tras la conquista otomana. Y por su parte, la Mezquita de Ortaköy, a orillas del Bósforo, destaca por su estilo neobarroco otomano. A escasos metros de este templo se ubica The Stay Bosphorus, una buena opción de alojamiento si estamos visitando la ciudad. Este hotel se ubica en una antigua mansión del siglo XIX, que perteneció a la familia de arquitectos que se encuentra detrás de importantes edificios en la urbe, incluyendo la mezquita vecina.

Cómo viajar de España a Turquía

La aerolínea Turkish Airlines ofrece vuelos directos a Estambul desde Madrid, Barcelona, Málaga,  Valencia y Bilbao. En el caso de Madrid y Barcelona, la frecuencia es de entre tres y cuatro vuelos diarios; Málaga y Valencia, dos vuelos, y Bilbao, uno al día.

Cabe destacar que la compañía aérea oficial de Turquía ofrece un servicio de stopover para potenciar el turismo en la ciudad: los pasajeros que vuelen con Turkish Airlines y hagan escala en Estambul con una conexión de al menos 20 horas podrán disfrutar de forma totalmente gratuita de una noche en un hotel de 4 estrellas. Los pasajeros que vuelen en Business Class dispondrán de dos noches en un hotel de 5 estrellas. Por otro lado, si la escala es de entre 6 y 24 horas, los clientes también podrán acceder al Touristanbul, un servicio turístico también gratuito que ofrece ocho opciones diferentes de tours guiados por varios puntos de interés de la ciudad, así como un desayuno, comida o cena dependiendo de la hora.

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