La noble y aristocrática villa de Comillas, situada a unos 55 kilómetros del norte de Cantabria, posee el título de conjunto histórico-artístico desde 1985. A todo ello se le suma que la asociación Pueblos más Bonitos de España ha añadido esta localidad de apenas 2.000 habitantes a su lista conformada por 116 municipios preciosos ubicados a lo largo y ancho de la Península Ibérica, Islas Baleares e Islas Canarias.
En el caso de Comillas, en el que se une naturaleza y la más coqueta arquitectura, no hay que olvidar que es conocida mundialmente por su imponente patrimonio de factura modernista en el que dejaron huella arquitectos del prestigio de Lluís Domènech i Montaner, Joan Martorell y hasta el mismísimo Antonio Gaudí.
Esto es reseñable puesto que Comillas integra junto con León, Astorga y Palma de Mallorca la reducida nómina de lugares fuera de Cataluña donde se han conservado edificios en los que el talento de Reus intervino en sus planos. En este caso, no es extraño recalcar la majestuosidad de El Capricho, un edifico modernista construido por el arquitecto catalán Antoni Gaudí, entre los años 1883 y 1885.
Un edificio modernista diseñado por Antonio Gaudí
Construido entre 1883 y 1885 bajo la dirección de Cristóbal Cascante, El Capricho de Gaudí, con un diseño inteligente a la par que onírico, se encuentra en la parte más septentrional de la capital cántabra, a orilla de las suaves colinas con vistas al mar Cantábrico. Aunque parece sacado de un cuento, lo cierto es que quedó abandonado tras la Guerra Civil, y años después, en 1969, fue declarado Bien de Interés Cultural.
En el año 1977 pasó a manos del empresario Antonio Díaz, quien lo restauró y lo convirtió en un restaurante. Finalmente, en el año 1992 el grupo japonés Mido Development se hizo con el control del monumento y en el año 2009 se convirtió en museo. Se trata de una residencia de verano con fantasiosos torreones y característicos azulejos con el relieve de girasoles.
De hecho, el artista diseñó las instancias interiores para un aprovechamiento óptimo de las horas de sol, tal y como hacen los propios girasoles. Consta de un semisótano, piso y buhardilla, con una torre lateral. Las fachadas muestran alternancia de franjas horizontales de ladrillo visto y frisos de cerámica con motivos vegetales y la hoja de girasol.
¿Qué ver en Comillas?
Justo al lado del Capricho encontramos el Palacio de Sobrellano y la Capilla Panteón de entre 1881 y 1888, bajo la dirección de obra de Cascante, por encargo de D. Antonio López, primer Marqués de Comillas. Este palacio con estructura ortogonal se organiza en dos pisos, el panteón en el inferior y la capilla en el superior.
Asimismo, no podemos olvidarnos del Mirador de Santa Lucía, desde donde se puede disfrutar de unas fantásticas vistas.
Comillas y su inolvidable marqués
Cuando hablamos de Comillas es imposible no nombrar al Marqués de Comillas Antonio López. Y aunque en épocas muy diferentes este ilustre señor es como Bustamante para San Vicente de la Barquera. Gracias a sus famosos contactos consiguió que el pueblo creciera como la espuma fundando importantes empresas navales, bancarias y tabacaleras e incluso trayendo a fascinantes arquitectos de Cataluña como Gaudí o Lluís Domènech i Montaner que harían increíbles obras maestras en la villa.
Tras sus aportaciones a la Guerra de Cuba fue nombrado por el Rey Alfonso XII primer Marqués de Comillas haciendo que Comillas sea lo que actualmente es gracias a su ayuda.
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