Las Islas Baleares son uno de los destinos preferidos por personas de todo el mundo que, año tras año, lo eligen para sus vacaciones. El archipiélago destaca por ser un verdadero paraíso mediterráneo, ya que cuenta con algunas de las playas más famosas del panorama español y calas de agua cristalina que merece la pena visitar, al menos, una vez en la vida. No obstante, estas islas también albergan algunos de los pueblos más encantadores, según la Asociación de los Pueblos más bonitos de España.
Hablamos, efectivamente, de rincones que, más allá de su gran belleza paisajística y natural, cuentan con una importante historia a la espalda y una nutrida cultura que se ve reflejada en muchas de sus calles y edificios. Precisamente, los tres municipios seleccionados por la citada institución se encuentran en la isla de Mallorca y desprenden un aire medieval que ofrece una experiencia auténtica y fascinante.
Alcúdia
Con una ubicación estratégica en el noreste de la isla, Alcúdia es la antigua capital de Mallorca, una vibrante localidad costera que invita a pasear y perderse por sus callejuelas repletas de cultura. Su historia se remonta a la época romana, cuando se estableció como un importante asentamiento llamado 'Alcúdia Pollentia', pero se trata de un territorio que fue habitado por diferentes civilizaciones que han ido dejando su huella a lo largo de los siglos, como son los fenicios, griegos y romanos.
De entre su patrimonio destacan las dos antiguas puertas de la muralla que dan acceso a la ciudad, declaradas Monumento Nacional: la Porta del Moll y la Puerta de Mallorca. Además, en el pueblo se pueden ver casas históricas de piedra y edificios bien conservados, así como numerosas tiendas, restaurantes y una animada vida turística y de ocio.
Fornalutx
Situado en el corazón de la Serra de Tramuntana, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, Fornalutx es un verdadero oasis natural y uno de los pueblos más bonitos de España. Sus calles estrechas y empinadas, rodeadas de impresionantes montañas y exuberantes huertos de cítricos, crean un paisaje de ensueño. Pero, además de su belleza natural, también cuenta con una arquitectura tradicional encantadora, con casas de piedra y fachadas de colores pastel.
Los orígenes de este pueblo se remontan a la época árabe, cuando fue fundado por los moriscos y se convirtió en un importante centro agrícola y comercial. Durante la Edad Media, floreció como un lugar próspero gracias a la producción de aceite de oliva y seda. Fornalutx es perfecto, además, para los amantes de la naturaleza, ya que ofrece numerosas rutas de senderismo y vistas panorámicas inolvidables.
Pollença
Pollença es, sin duda, otro tesoro escondido en la isla de Mallorca. Este pueblo, ubicado al pie de la Serra de Tramuntana, combina a la perfección historia, cultura y belleza natural. La historia de Pollença se remonta a la época romana, pero fue durante la ocupación árabe cuando adquirió gran importancia estratégica. Durante este período, se construyó una fortaleza en la colina conocida como Puig de Pollença.
Su casco antiguo está repleto de calles empedradas, plazas llenas de encanto y edificios históricos, como la iglesia de Nostra Senyora dels Àngels y el convento de Santo Domingo. Pollença también es conocida por su famoso mercado dominical, donde los visitantes pueden disfrutar de productos locales frescos y artesanías tradicionales. Además de su patrimonio histórico, Pollença ofrece una ubicación privilegiada cerca de algunas de las mejores playas de Mallorca, como la Bahía de Pollença y la playa de Formentor. Esta combinación de historia, cultura y hermosas playas convierte a Pollença en un destino verdaderamente único.
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