En una colina a 750 metros de altitud, se alza un espectacular pueblo que nos atrae por su bonita arquitectura, su despliegue de flores de todos los colores y su agradable olor, y es que se trata de la capital mundial del perfume. Hablamos de Grasse, una localidad del departamento de los Alpes Marítimos, la preciosa costa Azul del sur de Francia.
La mayor productora de aromas del planeta.
La historia del perfume de Grasse se remonta al siglo XVII, cuando los artesanos del pueblo empezaron a extraer aromas para la elaboración de fragancias. Hasta ese momento, los habitantes del lugar se dedicaban a curtir piel y teñir tejidos, pero desde Italia llegó la moda de usar guantes perfumados, de modo que algunos artesanos empezaron a aromatizar esas las piezas de cuero con esencias extraídas de las flores.
A mediados del siglo XVIII, el pueblo contaba con un gran número de especialistas que eran capaces de extraer aromas como el jazmín o la rosa. Con el paso del tiempo, esas técnicas centenarias se fueron perfeccionando hasta convertirse en la mayor productora de aromas del planeta.
En 1900, en las terrazas que rodean la villa, se extendían más de 800 hectáreas de campos de jazmín, 700 ha de rosales y 6 ha de nardos. A ello se sumaban los naranjos, las verbenas, las violetas y la menta. Por ello, Grasse se convirtió en la capital mundial del perfume, un título que sigue ostentando a día de hoy.
Una joya de la arquitectura
El pueblo de Grasse se encuentra al abrigo del Parque Natural Regional de los Préalpes d’Azur, pero además de su naturaleza y de los vastos campos de flores que la rodean, también cuenta con auténticos tesoros arquitectónicos. Podemos empezar nuestra visita al pueblo, por la Place des Aires, sus casas con arcadas y la fuente de Luis XV. Desde allí, nos adentramos en un laberinto de callejuelas, restos de una muralla del siglo XVI y palacetes y casas de los siglos XVII y XVIII.
Entre los edificios destaca el casino de Belle Époque (a día de hoy el Palacio de Congresos) y la impresionante Catedral de Notre-Dame du Puy. Esta se levantó en estilo románico provenzal en el siglo XI y en su interior guarda cuadros de Rubens y de Fragonard y un bello retablo.
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