Aunque España cuenta con lugares espectaculares, fuera de nuestras fronteras también podemos visitar destinos asombrosos (y semidesconocidos) que prometen experiencias inolvidables. Uno de ellos es Montenegro, un país que, a pesar de su reducido tamaño (la mitad de Galicia), tiene cinco fantásticos parques nacionales, uno de los cañones más profundos de Europa y una de las bahías más bellas del mundo. Bordeado por el mar Adriático y con picos montañosos que dominan el paisaje a más de 2.500 metros de altura, recorrer este rincón balcánico es disfrutar de continuos espectáculos visuales.
Kotor y su impresionante bahía
Esta ciudad fortificada de la costa adriática y su bahía rodeada de acantilados es uno de los lugares más bellos de Montenegro. Pasear por sus calles es un auténtico regalo para la vista. Un casco antiguo medieval formado por sinuosas calles y pintorescas plazas, pero también preciosas iglesias románicas, entre las que destaca la Catedral de Sveti Tripun (del año 1166).
Declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, la ciudad se sitúa al abrigo del impresionante fiordo de Kotor, el único que se encuentra en el Mediterráneo. Si te ves con fuerzas, te recomendamos subir hasta lo alto de las murallas para disfrutar desde el castillo de San Juan de unas vistas alucinantes.
Perast, el rincón más bello de Montenegro
El pueblo más antiguo de la bahía de Kotor no puede faltar en cualquier ruta por el país balcánico. Su ubiación en medio de un fiordo y su bonita arquitectura en piedra blanca lo convierten en uno de los lugares más turísticos de Montenegro. Cuenta con un casco histórico en el que se mantienen intactas las maravillas de las villas marineras venecianas. Antiguos palacios y numerosas iglesias, dan buena cuenta de la relevancia económica que tuvo Perast en el pasado.
Desde la costa de Perast puedes aprovechar para realizar una excusión en barco a la cercana isla de Gospa od Skrpjela. En esta joya natural, que está en medio del fiordo, se encuentra la iglesia de Nuestra Señora de las Rocas, de estilo bizantino.
Parque Nacional Lovćen
En este impresionante parque está uno de los lugares que no deberías perderte: el Mausoleo de Njegos. No solo porque se ubica en un paraje excepcional, sino también porque en todo lo alto del pico Jezerski es donde reposan los restos de Petar II Petrović-Njegoš, el líder que defendió la unidad montenegrina. Las vistas que te encontrarás al llegar arriba, te costará olvidarlas.
Parque Nacional Durmitor
Tendrás que ir al noreste del país, entre los ríos Piva y Tara, si quieres disfrutar de otro de los paisajes más impresionantes de Montenegro. Un bosque de pinos negros con más de 400 años, cuevas y lagos glaciales son algunas de las maravillas que forman este parque que ha sido declarado Patrimonio Natural de Unesco. Una zona ideal para los amantes del senderismo que encontrarán un reto en el pico Bobotov Kuk, el punto más alto del país, con 2522 metros. La zona es famosa también por la práctica del rafting.
La encantadora Budva
Hay que remontarse hasta el siglo V a.C. para encontrar los orígenes de esta ciudad medieval que se encuentra rodeada de montañas y mira al Adriático. Recorrer las calles peatonales del casco antiguo amurallado (Stari Grad) es trasladarse a siglos atrás en el tiempo. Aunque lo más destacable son sus murallas de piedra, que construyeron los venecianos, en este destino turístico tampoco faltan las playas de agua color turquesa y con palmeras en las que disfrutar del sol y la tranquilidad.
Y por supuesto, como en cualquier otro centro vacacional, en el paseo marítimo podrás aprovechar para descubrir la rica gastronomía montenegrina, con platos típicos como la Riblja Čorba (sopa de pescado) o el Cevapi, salchichas de carne y especias a la parrilla servidas con pan de pita y salsa de queso agrio.
La isla Sveti Stefan, el lugar más lujoso de Montenegro
Al sur de Budva (a unos 8 kilómetros por carretera) se encuentra la principal joya turística montenegrina: la isla de Sveti Stefan, que tiene orígenes en la Edad Media y fue fortificada por los venecianos. Este antiguo pueblo de pescadores, hoy se ha convertido en un resort de lujo, por el que pasan actores y millonarios para disfrutar de la exclusividad en sus tres playas de arena rosada. Para entrar en la isla hay que estar alojado en el hotel o tener una reserva en el restaurante.
El Monasterio Ostrog
Es el monumento más visitado de Montenegro y es fácil entender porqué. Construido dentro de una cueva y con magnificos frescos en su interior, este monasterio ortodoxo es uno de los principales destinos de turismo religioso y peregrinaje en los Balcanes. Data del siglo XVII, aunque su aspecto actual es de 1920 tras ser reconstruido tras un incendio. En lo alto del monasterio se encuentra la caverna que custodia la tumba y los restos de San Basilio. Pero lo que más llama la atención son las fabulosas vistas que se tienen de la llanura de Bjelopavlici y del valle de Zeta, al estar situado a unos 900 metros de altura.
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