El mejor jardín botánico mediterráneo de Europa está en Cataluña

Jardín Botánico de Marimurtra.
Jardín Botánico de Marimurtra.
Juan Lobo
Jardín Botánico de Marimurtra.

Miles de especies vegetales, tesoros arquitectónicos y unas vistas sobrecogedoras de la costa. Así es el Jardín Botánico de Marimurtra, un lugar donde disfrutar de un rico patrimonio natural al mismo tiempo que nos maravillamos con los acantilados donde se asienta. Este espacio de la provincia de Girona está considerado el mejor jardín botánico mediterráneo de Europa y tras una visita las razones quedan más que claras.

Especies exóticas de todas partes del mundo

El Jardín Botánico de Marimurtra se sitúa en el municipio de Blanes, en la Costa Brava, sobre unos acantilados bañados por las aguas del mar Mediterráneo. Aquí nos encontraremos con nada más y nada menos que cuatro mil especies vegetales diferentes, la mayoría de ellas exóticas. Igualmente, hay ejemplares de flora que son extraordinarias por su edad o por sus dimensiones.

Jardín Botánico Marimurtra.
Jardín Botánico Marimurtra.
Felix Gonzalez

Esa diversidad de especies que provienen de todas partes del mundo hacen que el visitante quede inmerso en un paraíso vegetal mágico, al mismo tiempo que aprende sobre botánica, ciencia y los paisajes de la Costa Brava. Por ejemplo, podremos hacer un recorrido por un bosque de bambús del Oriente, por las áridas extensiones de América, los paisajes de Australia, la frondosa selva… A todo ello se suma una fauna formada por insectos y pájaros: hay gallinas en un huerto ecológico, un "hotel" de insectos y muchos nidos de aves.

Un templete romántico y vistas al Mediterráneo

El origen del Jardín Botánico de Marimurtra lo encontramos en la figura de Carl Faust. Este empresario de origen alemán establecido en Cataluña decidió dar rienda suelta a su pasión por la naturaleza y crear este espacio botánico tan único en 1924.

Escaleras de Epicur en el Jardín Botánico Marimurtra.
Escaleras de Epicur en el Jardín Botánico Marimurtra.
Felix Gonzalez

Además, en el jardín no solo encontraremos plantas, sino también algún que otro tesoro arquitectónico. El Templet de Linné es su construcción más singular, con una arquitectura romántica y unas vistas impresionantes del mar. Para llegar hasta él tendremos que bajar las llamadas escaleras de Epicur, que durante solo tres semanas al año se tiñen de rosa gracias al florecimiento del Drosanthemum floribundum.

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